Alejandro:
Después de despedirse de sus socios, llegando al acuerdo de dejar a Alejandro fuera con la condición de pagarle la parte que le correspondía, Nico al fin pudo respirar más tranquilo. Necesitaba que esos hombres estuvieran de su parte. Se encargó de devolver a las chicas a los clubs con el fin de dejar la casa despejada para poder ordenar sus pensamientos sin escándalos.
No se había atrevido a entrar en la habitación, más que nada porque a los quince minutos su hermano volvía con un arsenal de comida y él había preferido quedarse al margen de la situación, y no incomodar más a Cassy.
Cuando tomó asiento, echó de menos la presencia de su hermano, ya que Mel era la que solía llegar la última.
—¿Dónde está Adam?
Pero a Mel no le hizo falta contestar, porque tanto Adam como Cassy aparecieron en el momento.
Con extrema educación, Adam deslizó la silla para invitar a Casandra a sentarse, ¿cuánto más podía molestarse para hacer
Narrador:Aunque no tenía intención alguna de acostarse con Nico, había algo en ella que la obligaba a buscarlo, y es que por más que quisiera negarlo, se sentía atraída por ese hombre.Se quedó en la puerta indecisa por tocar llamar, cuando de pronto se preguntó qué demonios buscaba en ese hombre.Cuando se giró arrepentida por querer perseguirlo, la voz de Adam sonó a lo lejos.—¡Cassy! ¡Espera!Genial, ¿No podía pronunciar su nombre con discreción? Estaba segura de que si Nicolás estaba al otro lado de la puerta, habría oído a su hermano.—¿Dónde ibas?Nicolás abrió la puerta justo en el momento en que su hermano pasaba su brazo por el hombre de Casandra.Cassy no parecía incomodarle el gesto de Adam. Los vio alejarse, y por algún motivo siguió los pasos de ambos.En seguida llegó una carcajada tan aguda que le costaba creer que fuera ella la que se estuviera riendo de esa manera. Solo se había reído con él, m
Narrador:Había momentos en que solo pensaba en su madre, otros en todas las clases que se había perdido, y preocupándose por como lograría recuperarlas, era absurdo porque incluso Nico le había asegurado que jamás volvería a su vida.Se tiraba en la cama horas y horas imaginándose de vuelta a casa, asfixiando a cada unas de sus amigas para terminar llorando en los brazos de su madre. Aquellas escenas parecían tan reales, pero al fin y al cabo solo eran creación de su mente, nada era real.En cuanto Nico asomó su cabeza por la puerta, se sintió desilusionada, una parte de ella había ansiado que fuera su hermano, porque pasar tiempo con Adam significaba no pensar en nada más, solo centrarse en él y vivir ese momento.—¿Se puede?Se acomodó en la cama después de poner los ojos en blanco.—El señor Díaz pidiendo permiso, cuando hace tan solo unas semanas me ordenaba ponerme de rodillas. ¿A qué se debe este cambio de actitud?—Y
Narrador: —Mi padre mató a esa chica —susurró dejándose caer al suelo del gimnasio. —Y tú viste como Alejandro mató a ese hombre...—Me alcanzas la cuerda —se pronunció Adam algo angustiado.—No hiciste nada, lo dejaste morir... ¿Eso en que te convierte?Adam volvió a hacer unas flexiones algo tenso y en seguida se vio interrumpido nuevamente.—¡Odio esto! —replicó histérica.—Ponte los guantes y vamos a descargar un poco con el saco...—¡No quiero boxear!—Entonces, golpea contra mí si eso te hará sentir mejor.Pero no era nada de eso, hubo días en los que entrenar con Adam la hacía olvidar toda aquella situación en la que estaba envuelta. Pero la imagen de ese hombre agonizando en el suelo la acechaba.—Esto es una puta mierda, Adam.—Vamos a comer algo...—Necesito salir —se le quebró la voz, y llegaron los sollozos. —Por favor...Adam rehusó mirarla y volver a sentir el dolor que deja
Narrador: Nico había demostrado que no tenía nada a que temer, y una vez que hubo terminado le costó todo un mundo alejarse de su pecho.Jugueteó con el poco bello que tenía en el pecho, con ninguna intención de querer despegarse de él.—¿Estás celoso de Adam? —preguntó al fin.—Tengo mis propias reglas, yo no manoseo a Mel, por lo tanto me gusta que todos mantengan las manos alejadas de lo que es mío.Tiró de su vello con la intención de hacerle daño, pero Nico no se inmutó.—Le debo la vida... Y esto —se incorporó medio desnuda y besó sus labios. —Nunca me habrías conocido si él no me hubiera traído.—Lo sé, pero no quiero esos acercamientos entre vosotros, ya no es solo por mí, piensa en Mel, ella ahora está bastante sensible.—No hay nada entre Adam y yo...—Ni lo habrá —concluyó tajante.Nico se incorporó desnudo haciendo que sus mejillas se encendieran y desvío la mirada hacia otro lado, aunque a esa
Narrador: En cuanto Cassy, la torpe de la comida, se pringó los labios de salsa. Adam sonrió al mismo tiempo que alcanzaba una servilleta para ofrecérsela. Sin dejar de mirar a su hermano.—¿Qué demonios pasa contigo? ¡Uno no puede ser tan torpe comiendo! —le reprochó Adam.—Y desordenada —añadió Nico. —Tiene mi habitación patas arriba.—Una no puede ser perfecta... —dijo tragando. —¡Dios, esto está delicioso!El cambio de humor de Cassy había sorprendido a todos los presentes, había pasado de lamentos a gemir durante la comida.—Al menos podré quemarlo cuando entrenemos —al momento se percató de que su comentario había afectado a Mel. —Cuando esté embarazada prometo que engullir como si no hubiera un mañana —añadió esforzándose por sonreírle a Mel. —¡Come, mujer! —la animó una vez más.—No es por nada, pero tú ya comes como si fuera a acabarse el mundo.—Tus ataques no me afectas, Adam. Es más, mañana te voy a hacer
Narrador:Paseó sus dedos por la espalda de ella, totalmente seducido por aquella figura femenina. Se sentía tan frustrado e inútil por no saber cómo sanar sus heridas que empezaba a arrestar un gran peso encima.Ojalá pudiera borrar cada uno de los recuerdos traumáticos que la hacían temblar. O simplemente haber llegado a tiempo de detener a su primo, pero ya no había nada que hacer, solo le tocaba esperar y hacer lo posible para que ella volviera a sentirse bien.Cassy se movió inconsciente y murmuró algo que él no llegó a comprender.Se aproximó más a ella y aspiró aquel aroma que tanto le empezaba a gustar. Jamás se había sentido de aquella manera con una mujer, hasta entonces solo había buscado su propio placer a base de provocar dolor en una mujer. Pero Cassy era una persona rota, y lo que necesitaba era que alguien que le devolviera todo lo que habían arrebatado.La puerta se abrió de golpe y sus ojos fueron a parar hasta los de
CassyDe nuevo el silencio vuelve a ser algo aterrador. Aunque dura más bien poco.—¡Traed a esa zorra! —le escucho decir.Supongo que se refería a Mel, y al poco rato la escucho gritar, es tan desgarrador, tan dolorosos, que la situación solo puede ir a peor.—¿Vas a abrir o le pego un tiro? —amenaza.Completamente temblando, me arrastro por el suelo hasta lograr salir de debajo de la cama. Mel repite el nombre de Nico una y otra vez, lo que me hace temer más por su vida que por la mía.La butaca bloquea la manilla de la puerta, aunque los intentos de ellos por tirarla, provocan que todo el mobiliario se tambalee.—Lo estás empeorando todo, Cassy.No quiero ser culpable de más muertes, pero me siento tan aterrada que ni siquiera me planteo abrirle la puerta. No quiero morir.—Cassy... —logro escuchar a Mel. —Nico ha muerto... Se ha ido...Grito por primera vez, grito sin importar el daño que me causo al de
Cassy:El largo trayecto me está dejando caos, siento mi cuerpo golpearse cada vez que el coche hace un movimiento brusco.Solo deseo conciliar el sueño y olvidar todo lo que ha pasado. Sobre todo sacarme de mi mente la última imagen que tengo de Nico.Y entre todo el desorden que hay en mi cabeza, Adam aterriza en ella, abro los ojos de golpe, aunque la oscuridad sigue siendo la misma.Adam. Mi esperanza. Sé que no se podrá quedar de brazos cruzados, y luego se me rompe el alma pensando en como reaccionará cuando descubra el cuerpo sin vida de Nico.El vehículo se detiene en seco provocando un nuevo golpe, en tan solo unos minutos levantan el capó del coche y la luz solar me ciega por completo, quiero llevar las manos hasta mis ojos, pero uno de ellos tira de mi brazo obligándome a salir.Escucho a Mel gritar y llorar, la mantienen sujeta al mismo tiempo que tiran de ella hacia la casa.—¿Vas a caminar o te tengo que ar