Cassy
De nuevo el silencio vuelve a ser algo aterrador. Aunque dura más bien poco.
—¡Traed a esa zorra! —le escucho decir.
Supongo que se refería a Mel, y al poco rato la escucho gritar, es tan desgarrador, tan dolorosos, que la situación solo puede ir a peor.
—¿Vas a abrir o le pego un tiro? —amenaza.
Completamente temblando, me arrastro por el suelo hasta lograr salir de debajo de la cama. Mel repite el nombre de Nico una y otra vez, lo que me hace temer más por su vida que por la mía.
La butaca bloquea la manilla de la puerta, aunque los intentos de ellos por tirarla, provocan que todo el mobiliario se tambalee.
—Lo estás empeorando todo, Cassy.
No quiero ser culpable de más muertes, pero me siento tan aterrada que ni siquiera me planteo abrirle la puerta. No quiero morir.
—Cassy... —logro escuchar a Mel. —Nico ha muerto... Se ha ido...
Grito por primera vez, grito sin importar el daño que me causo al de
Cassy:El largo trayecto me está dejando caos, siento mi cuerpo golpearse cada vez que el coche hace un movimiento brusco.Solo deseo conciliar el sueño y olvidar todo lo que ha pasado. Sobre todo sacarme de mi mente la última imagen que tengo de Nico.Y entre todo el desorden que hay en mi cabeza, Adam aterriza en ella, abro los ojos de golpe, aunque la oscuridad sigue siendo la misma.Adam. Mi esperanza. Sé que no se podrá quedar de brazos cruzados, y luego se me rompe el alma pensando en como reaccionará cuando descubra el cuerpo sin vida de Nico.El vehículo se detiene en seco provocando un nuevo golpe, en tan solo unos minutos levantan el capó del coche y la luz solar me ciega por completo, quiero llevar las manos hasta mis ojos, pero uno de ellos tira de mi brazo obligándome a salir.Escucho a Mel gritar y llorar, la mantienen sujeta al mismo tiempo que tiran de ella hacia la casa.—¿Vas a caminar o te tengo que ar
—¿Sabes lo jodido que es tener una relación con alguien como tú?Evito a toda costa tener que mirar a Alejandro, lo único que quiero mantener con él es una orden de alejamiento.Me apresuro en abrir el vestidor pensando que el montón de ropa que había la última vez sigue aquí.Que ilusa.—La mandé a quemar.—¡Eres un puto loco! ¿Lo entiendes? ¡Estás muy mal de la cabeza!—Di lo que te dé la gana, te quiero aquí y desnuda y es justo lo que tengo de ti.Niego de inmediato. Alejandro esta tan mal de la cabeza que sé que lo único que quiere es torturarme.En cuanto se aproxima a mí, se me ocurre la estúpida idea de querer abrir la puerta. ¿A caso tengo a donde ir?, no. Pero no voy a hacerle el favor de dejarme hacer sin antes haber luchado.Estiro de la manilla con desesperación, esperando que se abriera...¡Ábrete maldita puerta!—¿Cómo te hago entender que no tienes donde ir? ¡Nadie espera por ti Cassy. Tu padre murió,
Narrador:Había pasado el día entero con Mel, abrazada a ella, intentando encontrar consuelo. Su memoria estaba repta de hermosos recuerdos que no volverían, pero allí, almacenados en su mente, estaban bien protegidos, al menos Alejandro no podía arrebatarle sus recuerdos.El ruido de la llave girando en la cerradura de la puerta, despertó a ambas chicas, las que al percatarse habían dormido como dos bebés, después de un largo día que hubieran preferido no recordar.Alejandro asomó su cabeza y esbozó una sonrisa ante la imagen que tenía delante. Su imaginación había volado más allá... Aunque no, no quería tocar a esa chica, solo quería volver a tener a Cassy entre sus brazos.—Jason te acompañará a tu habitación, Mel.Ella, aún desorientada, miró a su amiga con preocupación.—Estoy bien —mintió. —No vamos a buscarnos más problemas —le susurró.Mel hizo un esfuerzo por levantarse y caminó hasta la puerta. Alejandro volvió a c
Después de haber estado bajo el cuerpo de Alejandro, me siento alguien completamente distinto. Ni siquiera derramo una lágrima más, tal vez porque ya no me queda nada que llorar ni lamentar. La vida es así de cruel.Me bañé, me sequé, y volví a bañarme. Pero el agua solo purifica mi piel y no mis recuerdos.Me mantengo sentada en la tapa del váter durante media hora o más, el caso es quedarme el mayor tiempo posible en el baño con tal de no ver a esa bestia salvaje.—¿Cassy? —la voz de Mel me hace levantar la cabeza de entre mis rodillas.—¿Estás bien? —pregunta un tanto preocupada.Camino hasta abrir la puerta y me mira de arriba a bajo, repasando mi aspecto.Sin mencionar ninguna palabra, corro a sus brazos, buscando donde refugiarme. Mel empieza a llorar, pero yo no. Yo solo necesito un abrazo y un poco de cariño.No quería seguir lamentando todo, y seguir llorando, cuando no tengo nada que hacer al respecto.—¿Te ha hecho algo? ¿Te ha hec
Narrador:En cuanto dejó a Cassy cerrada bajo llave. Sonrió ampliamente.Dirigió sus pasos hacia la cocina, y llamó a su empleado más fiel.Jason sujetaba la prensa entre sus manos con cara de preocupación.—Nicolás está en todas partes —dijo rebuscando la página exacta del periódico. —Se nos fue un poco de las manos.El periódico anunciaba la noticia como una matanza; ajuste de cuentas, descartando el robo, ya que todo parecía en orden.—Deja de temer, nadie sabrá por qué los mataron...—Tú dijiste que él te humilló delante de esos tres hombres, tus socios, ellos probablemente te señalarán como el principal sospechoso —dijo poniendo el periódico delante de sus ojos—. Sin olvidar que tenemos a su cuñada en esta casa.—De eso te quería hablar —le hizo un gesto con los dedos para que tomara asiento. —Necesito que te deshagas de ella —le pidió sin remordimientos.—No puedo matar a una mujer.—Adam es capaz de
Narrador:Cuando Alejandro tiró de ella obligándola a salir de la habitación, el miedo a la muerte hizo presencia. Aunque creyó que una vez acabase con ella se acabaría ese sufrimiento.Todo lo que no había podido hacer en su vida, la obligaba a suspirar. Todo lo que se podía perder si lograba salir de allí con vida. Aunque sus esperanzas era pocas y limitadas.En cuanto abrió otra puerta y empezaron a bajar las escaleras, no dudó en volver su vista atrás.El húmedo y frío sótano, era el sitio más horrible que podía recordar haber visto. No solo por las telarañas, la mugre. No tenía nada que ver con la casa, la que parecía un palacio digno de reyes.—¿Qué vas a hacerme?Alejandro tiró de unas pequeñas cuerdas y la acercó a la única viga central que había.La empujó contra el cemento, y rodeó sus muñecas inmovilizando sus movimientos.El pánico volvió a apoderarse de ella, y sus intentos por soltarse solo lograba arañar
Cassy:Mel no apareció en aquellos cuatro días, en los que moverme se había convertido en un auténtico reto de superación. Aunque el dolor físico se había atenuado, el dolor interior ya no existía. Fue como si los latigazos de Alejandro mataran cualquier sentimiento que tuviera.Después de tomar una ducha rápida, no puedo evitar intentar ver en el espejo mi espalada. No son unas enormes cicatrices, pero probablemente me quedaran unas feas marcas de por vida.En cuanto escucho la puerta abrirse, soy tan estúpida que aún pienso que puede ser Melania, ahora ya tengo claro que ella está muerta.—¿Qué haces, mi amor?Odio que me diga "mi amor", si me hubiera querido cómo él dice hacerlo, jamás se habría atrevido a tocarme un solo pelo sin mi permiso.—Salgo en seguida.¿Me he acostumbrado a él?, no. Pero responder a tiempo, no hacerlo enojar me evita tener problemas.Termino de secarme el pelo, y salgo fungiendo una sonrisa
Cassy:Cuando logro salir, Adam se precipita a envolverme en sus brazos. Oliver no ha mentido, casi puedo respirar aliviada.Me aferro tanto a Adam y rompo a llorar, tengo tanto miedo de soltarme de su cuello, miedo a no sentirme rodeada por sus brazos, que no pienso en él.—¿Dónde está Melania, Cassy?Me separo de él y solamente niego con lágrimas en los ojos, ni siquiera me siento capaz de hablar.—¿La ha matado? —indaga con desesperación.Vuelvo a negar. No sé que fue lo que sucedió con ella, ni si creer lo que Alejandro había dicho.—Espérame en el coche.—¡No! No me dejes sola, por favor. Mel no está en la casa, creo que Alejandro mandó matarla, quería darte una lección...—¿Cuánto hace de eso?—Más de una semana.No veo lágrimas en los ojos de Adam, solo me precipita a subir al vehículo cuando otro coche se acerca a lo lejos.—Tengo que sacarte de aquí.Me doy prisa en subir, tengo t