Gracias por el cariño y receptividad a mi historia. Los invito a dejar sus comentarios y seguir esta historia con interesantes giros. Gracias infinitas queridos lectores y sigan mi historia.
Estamos rumbo al aeropuerto a lo que sería nuestra atropellada luna de miel, lo malo es que ha Robert se le ocurrió a última hora la brillante idea de traer compañía con nosotros, si me entristecía la idea de estar a solas con él. El estar ahora cerca de Andrew me descompone totalmente, frunzo el ceño ante su desatino. En definitiva, este viaje ya no me tiene animada ahora mis ganas de salir corriendo entran en aumento.Puedo ver por el retrovisor como Andrew me pone de manifiesto una sutil sonrisa. Finjo de inmediato no haber visto nada, por lo que continuo muy seria con la mirada perdida en el horizonte. Robert me mira de reojo y roza mi rodilla, al mismo tiempo bosqueja una sonrisa perversa.Ya ha Robert ahora lo concibo diferente más lujurioso y obsceno, tiemblo al pensar cuando salga de mi embarazo, y me quiera tener que ser cuantas veces quiera. El poseerme lo seduce y lo atrapa es un hecho.Llegamos al aeropuerto Robert me toma de la mano y me musita:—Ya muero por hacerte el a
Definitivamente este intento de Robert por unirnos como familia fue un completo desastre. Me digo mentalmente que la fatalidad forma parte de la vida de Robert y ahora de la mía.Hemos llegado a la casa, mi esposo decide irse de una vez al pueblo, según a resolver algunos asuntos de trabajo. Amy me mira sorprendida y me dice:—¿Qué ha ocurrido Diane? Yo no los hacía por aquí tan rápido—me pregunta.—Ay Amy. Este viaje fue una total calamidad.—¿Por qué mi niña?—Me puse mal en el avión, mi presión se elevó muchísimo. Gracias a Andrew que me estabilizó no pasó a mayores.—¿El joven Andrew?—Robert a última hora lo invitó junto con Lauren. Según para reivindicarse con su hermano.—El señor Robert definitivamente está cambiando para bien mi niña.—Te equivocas Amy.—¿Qué sucede Diane?—No quiero hablar de Robert, quiero descansar Amy.—Te llevo un té, ya subo a llevártelo.—Gracias Amy.Si Amy y todos supieran la clase de pervertido que es Robert, lo que vi ayer me dejó consternada lo su
He decidido a última hora ir con Amy para visitar a mi padre, salir de esta casa sin Robert me llena de paz, respiro la suave brisa que se cuela por el auto, es tan gratificante y serena, que me jacto de ella enseguida. Amy me pregunta:—¿Ya le tienes nombres al bebé?—Si es niño quiero que se llame Paolo como mi abuelo y si es niña Robert me sugirió que le coloquemos Ángela como su madre. Aunque el nombre no me agrada.—Ángela es muy bonito. Lo importante a la final es que nazca sano y que crezca feliz.—Así es, Amy.Le pido a John que pare para comprar unas flores para regalárselas a mi padre.—¿Le llevarás flores a tu padre?—Si para que adorne su cuarto y le dé un poco de vida.—Están hermosas—musita Amy.Llegamos de inmediato al centro de rehabilitación donde estaba recluido mi padre y nos percatamos que el lugar es un completo caos, vemos a los empleados corriendo de un lugar a otro, a su vez una ambulancia parqueada fuera, sacan a una persona en una camilla envuelta entre sában
Después de haber enterrado a mi padre, presiento que me viene días amargos, llevaré la imagen de su recuerdo guardada en mi corazón. Mi madre nada que aparece, no tengo ni fuerzas para seguir lidiando con tanto dolor. Debo de seguir cuidando de mi bebé, Robert ha aprovechado mi malestar para huir de casa, seguramente para estar con su juguete nuevo. Ya quedó evidenciado como es él realmente.Por un momento me hizo dudar, hasta quise formar una familia junto con él y mi hijo, pero no es un buen ejemplo y para mí hijo ni para nadie.Llega mi amiga Jessica a la casa al enterarse de lo ocurrido:—Vine como pude tan pronto me enteré, lo siento tanto—me abraza y lloro enseguida.—Mi padre Jessica. Me siento muy sola.—Tienes a Robert y pronto a tu hijo—lloro desconsolada—Te conozco Diane, algo te ocurre.Cuando Jessica se dispone en indagar en mis tormentos, llega Robert a toda velocidad y se sorprende:—Jessica tu por aquí.—Hola Robert. Viene a ver a Diane tan pronto me entere de lo suced
—Por favor Ángela ven aquí. Paolo no corras—llamo a mis hijos.—Ya Jennifer puedes irte a casa—le dijo a la niñera.—Muy bien señora Diane, nos vemos mañana.—Adiós—me despido de ella.Me he quedado sola con mis hijos, tuve unos gemelos maravillosos y muy traviesos. Todo está perfectamente ordenado por la muchacha quien es muy eficiente y cuida muy bien de mis hijos mientras estudio. Llega Amy de trabajar muy cansada:—Hola mi niña, fue día largo en el mercado—Amy ahora tiene nuevo empleo trabajo, atiende su propia tienda de flores. Es una excelente florista.Yo por mi parte estudio y percibo una buena manutención por parte de Robert para los gastos de mis hijos, quien todavía se niega a darme el divorcio. Pero al menos me dejo ir con mis hijos, después que lo confronté no tuvo otra alternativa que dejarme en paz y disfrutar de la compañía de mis gemelos lejos de su presencia y de aquella nefasta hacienda que solo me trajo sufrimientos. Por lo pronto los dramas han cesado en mi vida.
Ya se han dormido mis niños, me dispongo a realizar unas tareas pendientes de la universidad, ya próximamente vienen los exámenes aprobatorios, para pasar al otro nivel. Muchos de mis compañeros conocen mi historia, algunos me admiran por la valentía que tuve en dejar a Robert otros simplemente me critican por qué según, para ellos debo de quedarme al cuidado de mis hijos y estar al lado de mi esposo. ¿Y olvidar mis aspiraciones personales? Jamás lo haría. Ya no, en este punto de mi vida, donde soy una mujer decidida y más audaz.Algunas de sus opiniones, simplemente no las comparto. Esta libertad y serenidad que estoy manifestando no la cambio por nada.En medio de mi agotamiento me he quedado dormida encima de los libros. Antes de irme a mi cama, paso a ver que todo esté bien con mis gemelos, quienes duermen plácidamente. Son tan adorables mis hijos.A la mañana siguiente dejo a mis hijos en la escuela, la niñera que me los cuida a medio tiempo pasará por ellos. Ni siquiera me dio t
Me voy rumbo a mi casa pensando en todo lo platicado con Andrew, hablamos tanto que hasta se me paso el tiempo. Me dijo tantas cosas, de su vida, de la carrera, de la vida. No hubo un tema de que no conversamos, nuestra platica resulto muy amena.Al llegar a la casa, estaba Robert con la niñera esperándome, quien me mira un poco nerviosa, la presencia de Robert la incómoda.—Ya te puedes ir Jennifer, disculpa la demora se me hizo tarde.—No te preocupes Diane, nos vemos mañana—se despide de mis niños con ternura y sale de mi apartamento.—¿Dónde andabas? —me pregunto Robert con suspicacia.—Me entretuve con unos amigos.—¿Se te olvida que estás casada y que tienes hijos?—Que tengo hijos no, de que soy casada si me quiero olvidar para siempre. Te recuerdo que sigo casada porque te niegas en darme el divorcio—lo miro con dureza, ya no me puede manipular a su antojo, lo que lo hace rabiar.—Jamás te daré el divorcio Diane, ni lo sueñes.—¿A qué vas venido?—¿No puedo ver a mis hijos?—C
Robert está conmigo, pasará esta noche en casa. La sensación que estoy experimentando en este momento, me lleva a un estado de frenesí tremendo. Los sentimientos a veces son muy volubles y nos aleja del raciocinio. No me imaginé volver a estar, en una situación como esta de nuevo, con el padre de mis hijos, al cual le había solicitado el divorcio hace casi tres años atrás.Volvemos a hacer el amor, ya exhaustos y sin aliento. Robert me sonrío lo miro con aspereza, porque ya hace tiempo que dejé de sentirme su esposa. Me besa en los labios con la intención de serenarme, me acuesta en su regazo, mientras yo recupero el aliento, por otro lado, las imágenes de nuestro encuentro se mueven en mi cabeza haciéndola estallar.—Diane por favor, hagamos una tregua por nuestros hijos.—No metas a mis hijos en esto. Ya mañana será otro día.—Sé que me equivocado mucho contigo, pero vamos, eres mi mujer. Me has demostrado que ahora te despierto pasión. Esta mujer nueva la quiero nuevamente conmigo.