La culpa no me deja en paz y la inmensa agonía me oprime el pecho, sigo recluida en cuidados intensivos por el riesgo que está corriendo mi bebé en este preciso momento. Debo de ser fuerte ya basta de sufrimientos y pena, me recuperaré y mi hijo se salvará. Digo entre sueños convencida que saldré de esto y seré una nueva mujer. Robert llega me mira estoy postrada en la cama inmóvil, toma mi mano y me pide perdón, se siente culpable por no haber sabido lidiar con el enojo que le provoco mi rechazo. Está consciente que es tan responsable como yo de esta situación. Aunque su error es mayor. Toma mi mano y deja escapar una lagrima de su mejilla, haciéndome una difícil promesa que desconozco si la cumplirá, ablandar su carácter y dejarme en paz para que sea feliz. Sale de mi habitación abatido y se queda quieto muy pensativo en la sala de espera, no tiene intenciones de moverse del hospital. Mi madre está muy aburrida ya cumplió haciendo acto de presencia y le dice a Robert: —Debo irme m
Ya todo está pactado, lo expreso para mí sin miramientos. No tengo excusas para no ceder a ser la esposa de Robert Fox con todas sus letras, han pasado unos días y ya me dieron el alta en el hospital espero por mi marido para que me lleve a casa, dejo el hospital con la esperanza de que mi hijo estará bien y nacerá en condiciones normales ya tengo un poco más de cinco meses de embarazo ya mi pancita es notoria.Este ser que habita dentro de mí lo defenderé con mi vida si es posible, mientras toco mi vientre para hablarle a mi bebé. Llega mi cuñado, concibo que debo de mantener distancias de ahora en adelante con él, no sé si podré, sigo sintiendo esa sensación de emoción al verlo que llevo oculta muy dentro de mí no pretendo ser la amante de mi cuñado. Tampoco procuro caer tan bajo.—Diane espero que por tu bien hallas tomado la decisión correcta.—No tengo la menor duda.—Te sigo queriendo—se me acerca y un intenso escalofrío abriga mi cuerpo.—Apártate de mí, Andrew debemos mantener
Sigo junto con Robert no se ha apartado de mi lado, es fin de semana hace un espacio en su ajustada agenda para pasar el día conmigo. Estamos esta vez desayunado en el comedor que da a la parte trasera de la hacienda, es un lugar muy cómodo y tranquilo, en lo particular me encanta comer aquí.Robert sostiene mi mirada con sus hermosos ojos verdes, cuando esta sereno sus ojos brillan y se distinguen muy radiantes, me sostiene mis manos, se acerca y me da un sutil beso en la comisura de mis labios. Qué me tomó por sorpresa sin embargo mi cuerpo no se aceleró, de la forma como se acelera cuando tengo a Andrew cerca.Trato de retribuirle el mismo beso para que la sensación sea reciproca por lo que me le acerco lo abrazo ligeramente acariciando su cabello y le estampo un ligero beso. Los empleados se quedan consternados al vernos manifestarnos amor, sin embargo, John me mira con recelo ya que en reiteradas ocasiones me traslado hasta el río para mis citas con Andrew, aunque en aquellos par
Por un momento consideré las palabras de Andrew que llegaron a mi mente, cuando me decía que me amaba y que era algo inevitable para él sentir amor por mí. Robert se ha ido de la casa muy temprano a sus compromisos laborales y me quedo sola en la finca con los empleados, después de desayunar he decidido meterme a la ducha y cambiarme de ropa.Quiero ir a visitar a mi padre hasta el centro de rehabilitación, pero solo podré ir con Robert hasta que él pueda acompañarme, aun mi libertad esta dosificada, en el fondo Robert desconfía de mí, lo presumo ya que sutilmente me dice que me acompañara a todos lados con la excusa de protegerme. Si ya le dejé claro que seré su esposa con todo lo que ello implique, hasta que cedido acostarme con él cuando lo desea.A veces pienso que Robert en el fondo sigue siendo ese hombre huraño e injusto que quiere controlarlo todo, todavía no me siento libre como tanto deseaba, aunque tengo que reconocer que me he quitado de encima un poco de peso.El agua est
Ya al fin convencí a Robert de venir a visitar a mi padre, claro que no voy sola John me acompaña. Es un sujeto callado y muy discreto, es quien me ayudo a encontrarme con Andrew en el rio, tengo la necesidad de hablarle para que no me juzgue, seguramente está pensando que soy una cualquiera que se debate por el amor de dos hermanos. Opto mejor por callar no vaya ser que empeore la situación, llegamos al centro de rehabilitación donde reposa mi padre, lo veo sereno y en una absoluta calma a lo lejos, está conversando con otras personas. Me le acerco emocionada: —Papá—balbuceo emocionada y voy enseguida acobijarme entre sus brazos. —Mi niña hermosa como está creciendo tu vientre—me lo dice emocionado. Mi padre desconoce por completo lo que me paso hace algunas semanas, cuanto tuve aquel terrible accidente en donde casi mi bebe pierde la vida. No pretendo decirle nada de lo que me ha ocurrido ya les había dicho a todos que no le contaran nada. Quiero saber si mi madre ha venido por
Ya en casa nos vamos a dormir, tantos encuentros inesperados el día de hoy me han dejado exhausta. Robert entra presumo que estaba en la cocina se acuesta a mi lado y yo rápidamente le manifiesto una mirada firme, no estaré por ahora con él. Solo haré una tregua en el viaje a la playa y luego tendrá que esperar a que culmine mi embarazo. Lo dejo dormir y me levanto a mirar al horizonte, me gusta contemplar a las estrellas en el firmamento oscuro, siento que allí hay un rayo de esperanza para mí. De la nada rompo en llanto trato de no hacer mucho ruido para no despertar a Robert quien duerme plácidamente. Rápidamente mi cara se hincha y se enrojece por el llanto, me acuesto al lado de Robert y se levanta velozmente. Se preocupa por el verme así y me dice: —¿Ahora por qué lloras Diane? —frunce el ceño, aunque lo quiera negar parece muy hostil. —Por nada—lo miro a los ojos y en voz baja musita: —¿Qué está pasando? —Estoy cansada quiero dormir—le digo con la intención de no darle expl
Estamos rumbo al aeropuerto a lo que sería nuestra atropellada luna de miel, lo malo es que ha Robert se le ocurrió a última hora la brillante idea de traer compañía con nosotros, si me entristecía la idea de estar a solas con él. El estar ahora cerca de Andrew me descompone totalmente, frunzo el ceño ante su desatino. En definitiva, este viaje ya no me tiene animada ahora mis ganas de salir corriendo entran en aumento.Puedo ver por el retrovisor como Andrew me pone de manifiesto una sutil sonrisa. Finjo de inmediato no haber visto nada, por lo que continuo muy seria con la mirada perdida en el horizonte. Robert me mira de reojo y roza mi rodilla, al mismo tiempo bosqueja una sonrisa perversa.Ya ha Robert ahora lo concibo diferente más lujurioso y obsceno, tiemblo al pensar cuando salga de mi embarazo, y me quiera tener que ser cuantas veces quiera. El poseerme lo seduce y lo atrapa es un hecho.Llegamos al aeropuerto Robert me toma de la mano y me musita:—Ya muero por hacerte el a
Definitivamente este intento de Robert por unirnos como familia fue un completo desastre. Me digo mentalmente que la fatalidad forma parte de la vida de Robert y ahora de la mía.Hemos llegado a la casa, mi esposo decide irse de una vez al pueblo, según a resolver algunos asuntos de trabajo. Amy me mira sorprendida y me dice:—¿Qué ha ocurrido Diane? Yo no los hacía por aquí tan rápido—me pregunta.—Ay Amy. Este viaje fue una total calamidad.—¿Por qué mi niña?—Me puse mal en el avión, mi presión se elevó muchísimo. Gracias a Andrew que me estabilizó no pasó a mayores.—¿El joven Andrew?—Robert a última hora lo invitó junto con Lauren. Según para reivindicarse con su hermano.—El señor Robert definitivamente está cambiando para bien mi niña.—Te equivocas Amy.—¿Qué sucede Diane?—No quiero hablar de Robert, quiero descansar Amy.—Te llevo un té, ya subo a llevártelo.—Gracias Amy.Si Amy y todos supieran la clase de pervertido que es Robert, lo que vi ayer me dejó consternada lo su