Jazmín Zabaleta Villa Yo iba nerviosa de camino a la Universidad, sabiendo que me acercaba a ver a Rodrigo y que no sabría la reacción de él al verme, después del beso de anoche. –Qué tengas un hermoso día, hija. –Igual tú, papá. Bajé de la camioneta de papá y subí las miles de escaleras de la Universidad y cuando llegué a mi salón, mi amiga Eva no había llegado. Escogió un pésimo día para llegar tarde, ahora que hay tanto que contar, pero no podía hacer otra cosa que esperarla, teníamos primero una clase de gramática y después vendría la que sería mi materia favorita, la clase de literatura con el guapísimo de Rodrigo, solo de pensar en él, siento que vuelo por todo el cielo. –Jazmín, pareces una tonta – Eva me dio un zape – Te estoy hablando amiga, te quedaste como en el limbo. –Eva, a ti te quería ver y no seas mentirosa que no estabas cuando llegué – Le reclamé – Siéntate, tengo que contarte algo. Estoy que no me la creo, tenías razón, con lo de ya sabes quién. –Con lo del p
Jazmín Zabaleta Villa –Eva, estás loca amiga. No podía creer que fueras capaz de inventar algo como esto del dolor solo para que el profesor no me pasara a explicar la clase pasada. Te lo juro que, por un momento, hasta yo me la creí. En un comienzo se la creí, es muy buena actriz, debería seguir sus sueños, no le iría mal. Todos en la clase le habían creído, lo del dolor de estómago, eso me había salvado de haber pasado al frente de todos. –De eso se trata Jazmín, recuerda que siempre he querido ser actriz y que no se pudo – Recordó mi amiga – Rodrigo, tenía que creerse que un dolor inmenso me aqueja y deberías darme las gracias. Claro que se lo agradecía, estaba a punto de hacer el ridículo delante de toda la clase, si Rodrigo me hubiera obligado a que expusiera lo de ayer, eso hubiera sido mi fin. –Gracias, en serio, aunque no me gusta para nada la idea de perder clases y menos ahora, después de lo de anoche. –Sé de sobra que odias perder clases, amiga, pero dime ¿Acaso tenías
Rodrigo De la SierraEsa noche y las noches que siguieron en las siguientes dos semanas, me la pasé yendo a verme con Jazmín un rato por las noches, pero algo estaba pasando con ella que no podíamos avanzar a nada más que no fuera solo a darnos simples besos y eso me estaba desesperando. Yo necesitaba concretar ese negocio, lo más rápido posible para no seguir estando cerca de ella, algo me pasaba que no era ni yo mismo capaz de explicar lo que sentía estando con ella.–Rodrigo, quisiera saber algo – Me dijo ella una noche – Sé que a lo mejor suena tonto, pero quisiera saber lo que soy para ti.Sabía que iba a llegar el momento en que ella quisiera saber si a lo que teníamos le podíamos llamar de alguna manera, y era lógico porque era el primer hombre al que ella le daba cabida en su vida.–Eso es muy fácil, preciosa – Tomé su mano entre la mía – Eres la mujer a la que quiero, porque yo te quiero y mucho Jazmín y quisiera que fueras mi novia. Sé que, a lo mejor para ti, es muy pronto
Rodrigo De la Sierra–Dora, eres muy peligrosa tú – Declaré – No puedo creer el poder que tienes en tu sobrina para manipularla y no me caerá nada de raro que la empujes a mi cama antes de lo que creo.Ella se iba a encargar de decirle a su sobrina que ya estaba lista para que diera ese paso conmigo, yo había hecho todo lo posible y no había dado resultados, por más que lo insinuara.–Eso no es un problema, para mí es pan comido. Tienes a Jazmín donde los dos la queremos y estás cerca de todo ese dinero que te prometí, con mis consejos y la ayuda que te dé, te estarás acostando con ella más pronto de lo que te imaginas.–Claro, para eso me has contratado y ahora más que nunca, me urge terminar ese trabajo – Dije un poco tenso – Ella se está enamorando de mí y yo, quisiera ya que se acabe esto y que cada uno siga con su vida.–Todo con calma, Rodrigo – Dora me llamó por primera vez por mi nombre – Además no creo que la estés pasando tan mal con mi sobrina, eres hombre y no me puedes ne
Rodrigo De la Sierra–Dime, ¿Por qué no? No tiene nada de malo, si nos encontramos con gente de la universidad, no tienen por qué decir nada. Diremos que nos hemos cruzado en el camino.–No me lo tomes a mal, pero prefiero que no – Ella me miraba con sus ojos de preocupación – Mejor, si puedes cuando termines tus clases vas a la cafetería, esta tarde estaré ahí sola atendiendo y podemos pasar un rato juntos.Esa propuesta me vino mucho mejor, esperaba dar unos pasos más contundentes en ese terreno llamado Jazmín, para que pronto se lograra mi objetivo. Era necesario para mí, culminar cuanto antes toda relación con Jazmín y más que con ella con Dora, esa mujer está loca y me temo que, si tardo más del tiempo que ella espera con su trabajo, podría ya no querer pagarme y eso no me conviene. Definitivamente, yo, necesito salir rápido de toda esta cuestión.–De acuerdo, hermosa – La atraje hacia mí, pegándola en la pared del callejón – Nos vemos más tarde en la cafetería, hoy no me toca da
Jazmín Zabaleta VillaNo podía creer mi mala suerte, mi mamá me había encontrado con Rodrigo en un apasionado momento y se puso como loca de enojada y por si eso fuera poco, tuvo el valor de correrlo. Esto no podía estar pasándome; Sin embargo, estaba pasando, Rodrigo se quedó de una pieza cuando mi mamá lo corrió y yo no sabía ni qué decir, estaba paralizada.–Señora, me presento, soy el novio de Jazmín – Rodrigo le dijo a mamá con propiedad, como todo un caballero – Y claro que me retiro, con su permiso y me disculpo por lo que ha visto de lo que solo yo, soy culpable.Esta presentación iba a poner peor a mi madre, yo era la que tenía que haberlo presentado en una reunión organizada, para que lo conociera toda la familia, no así a la fuerza, porque ya no le había quedado de otra a Rodrigo.–Me importa un bledo quién sea – Reiteró mamá – He dicho, largo.Nunca había visto a mamá tan enojada,–Nos vemos, hermosa – Rodrigo me besó suavemente en los labios haciéndome reaccionar – Te lla
Jazmín Zabaleta Villa–Claro que no lo iba a hacer, mamá – Me defendí – Eso que viste lo hacen todas las parejas, solo estábamos besándonos y no exageres las cosas. Ya corriste a Rodrigo, ¿Qué más quieres ahora? Que mi papá me castigue de por vida, seguramente, yo tengo también mis derechos.–No quiero eso, hija, solo quiero que te des a respetar y lo siento mucho – Mamá me desafió – Tengo que pedirte, que no vuelvas a ver a ese muchacho. Apenas si lo conoces o me tomas por tonta, ¿Crees que no sé qué es el mismo cliente que hace poco vino a la cafetería? Al que te mandé a llevarle un café.Mamá estaba en todo y no se le escapaba una, ella estaba demasiado enojada y ya me podía imaginar lo que le pasaba por la mente, que desde esa ocasión yo me he estado viendo con él y no está para nada equivocada, pero, tampoco me podía crucificar por lo que pasó, que en realidad no fue nada, además de unas cuantas caricias.–Siento mucho que no me creas mamá, que siempre me doy a respetar – Dije de
Jazmín Zabaleta VillaEso me aterraba, Rodrigo iba a querer salir corriendo, pues el tiempo que llevamos no creo que amerite que lo presente con mi padre, eso debía ser ya cuando nuestra relación estuviera firme, no ahora cuando en un dos por tres se podía venir todo abajo.–Eso es bueno, hija, es mejor que mi hermano sepa que su princesa se ha enamorado – Dijo mi tía con normalidad – No le veo nada de malo, eres hermosa e inteligente y además tu novio está bien guapo.–Tía, eres incorregible – Me reí – Guapo o no, se me armó un problema mayúsculo con mamá y estaré castigada hasta que deje este mundo, imagínate que hasta me cacheteó.– ¿Florencia? – Mi tía dijo el nombre de mamá con enfado – No sé por qué tu madre es tan anticuada, si supieras que ella bueno te tuvo cuando solo tenía 19 años y no fue precisamente porque se la pasara rezando el rosario con tu padre.Mi tía y sus cosas, claro que me tenía que contar la historia de mis padres y sé a qué edad me tuvo mamá, por eso me habí