Jazmín Zabaleta VillaTenía los nervios a flor de piel, sabía que ese día iba a llegar, el día que Rodrigo me iba a pedir estar a solas con él, en un lugar un poquito más privado y tenía las pulsaciones disparadas a mil latidos por minuto. Saliendo de la universidad, tenía que hacer tiempo y esperar a que Rodrigo terminara de dar sus clases, pero también tenía que resolver el problema que nadie de mi familia me fuera a estar molestando, así que nos fuimos con Eva a comprar un helado y así mi amiga con sus ocurrencias, podía ayudarme.–Jazmín, nos diste un buen susto a todos cuando te desmayaste ¿Ya estás bien amiga? Si quieres, hoy no veo a Sebas y nos vamos a mi casa – Eva era la mejor amiga del mundo – No quiero que vayas a tu casa, después del problema que me contaste que tuviste con tu mamá.–No, yo tampoco quiero, pero debes saber algo amiga – Me disponía a decirle a Eva, lo de Rodrigo y yo – Es que es un asunto complicado y no te dije lo peor del problema que tuve con mamá.Pero
Jazmín Zabaleta VillaIba caminando a encontrarme con Rodrigo y eso me tenía muy emocionada y demasiado nerviosa, saqué un espejo y me miré en él, algo raro en mí, pues nunca lo hacía, pero por alguna razón yo quería verme impecable para él. Quería verme perfecta y quería que él siempre me viera preciosa. Iba en la luna y choqué de frente con él, sin darme cuenta, ya estaba en la esquina de la calle que acordamos.–Jazmín, mi amor – Rodrigo me estrechó entre sus brazos – Estás preciosa, vamos.Rodrigo me miraba directo a los ojos y era mi perdición, me podía perder en sus azules ojos, me tenía hipnotizada.–Hola, mi amor. Por poco y me paso de la calle, vengo distraída y lo siento.–No pasa nada, ven vamos, estamos muy cerca del lugar al que te quiero llevar.Tomé la mano de mi novio y caminé con él, me sentía demasiado nerviosa porque en mi mente pensé que me iba a llevar a un hotel y como mis padres, distribuían el café de la cafetería por muchos sitios, ahora lo peor iba a ser que
Rodrigo De la SierraHabía consumado el trato de lo que dijo Dora y menos mal que ya había logrado lo primordial, llevármela a la cama a la brevedad y ahora iba a venir lo más fácil, el esperar a que Jazmín se fuera del departamento para hacer el montaje correspondiente a las cámaras eso iba a ser pan comido para mí porque lo más difícil ya lo he logrado y ya la hice mía, el video iba a quedar muy bien.Ella dormía a mi lado después de la entrega que tuvimos y aunque yo me sentía culpable, mi liberación de Dora ya estaba cerca, solo tendría que entregarle el dichoso video, que me pagara lo que restaba y cada quien por su lado, solo que tendría que esperar a ver lo de la presentación con su padre.–Rodrigo – Jazmín susurró mi nombre – Mi amor.–Aquí estoy mi amor – Respondí – Descansa un poco más, preciosa.–No quiero descansar – Ella se despertó por completo y se sentó en la cama, cubierta por la sábana – Mi amor, después de lo que hemos pasado juntos, quisiera que me prometas que no
Rodrigo De la SierraDora estaba lo que le seguía de loca y yo no quería discutir más con ella, tenía que cortarla, tenía que atender lo que era mi prioridad y en ese momento esa era Sandra y el nacimiento de mi hijo, tenía que luchar por llegar a tiempo y estar platicando o lo que sea con la loca de Dora, no iba a ayudarme. Para mi buena suerte, el taxi llegó y yo me subí a él y en cuanto lo hice, me despedí de Dora.–Te busco mañana para ponernos de acuerdo con lo restante del dinero – Le dije cortante – Tengo que irme, tengo algo muy urgente que atender.No estábamos aquí para hacernos amigos, y quedarnos a platicar, yo solo quería que esto acabara, librarme de una vez por todas de esta horrible mujer, me fastidia escuchar su voz, esto será mi debut y despedidas con esta clase de negocios, no puedo caer más bajo.–Yo quería que nos tomáramos un trago. Eso estaría bien – Dijo ella – Quisiera celebrar la victoria de hoy, si no tienes inconveniente.Los tenía y muchos, no iba a social
Jazmín Zabaleta VillaEntregarme a Rodrigo, fue la mejor experiencia de mi vida y me sentía en las nubes, llena de felicidad y de amor por él. Era maravilloso todo lo que ese hermoso hombre me había hecho sentir, tanto que no podía pedirle nada más a la vida. Me consideraba afortunada por ser novia de un hombre tan guapo como él y porque él fue quién me hizo mujer. No me importaba saber que iba a llegar a casa y al campo de batalla que me esperaba con mi madre.– ¿Qué horas son estas de llegar, Jazmín? – Preguntó mamá muy enojada – No puedo creer que aun a estas horas estabas con Eva.Tal como lo había pensado mamá estaba con un guardián esperando mi llegada, ni siquiera había sido capaz de saludarme primero, había pasado directamente a llamarme la atención.–Hola mamá, no te enojes por favor, que puede hacerte mucho mal – Dije muy preocupada – Sí estaba con Eva y si no me crees puedes llamarla.Cualquier falla ya tenía una coartada con Eva, nunca me iba a fallar, lo malo fue que ni s
Jazmín Zabaleta VillaMi papá me llevó a la universidad y al entrar y caminar hasta mi salón de clases, me sentía un poco nerviosa. Hoy sin falta iba a tener que pedirle su ayuda a mi tía Dora para que me ayudara en todo ese asunto que mi papá y mi mamá, pudieran hablar con Rodrigo. Me aterra que después de lo que vivimos ayer, él se quiera ir por tener que ir a hablar con mis padres como se hacía en el pasado, pero no podía impedirlo tampoco y menos ahora que mamá está un poco más calmada. Tomé mi lugar en el salón y vi llegar a Eva llorando. Me puse de pie y ella corrió a mi encuentro y la abracé.–Amiga, háblame ¿Qué pasa, Eva? – Pregunté preocupada – No me digas que tienes más problemas con tus papás por lo del trabajo. Yo ya he hablado con los míos, puedes integrarte hoy mismo si quieres a la cafetería.Ya ayer no me había dado tiempo de llamarla por lo que hoy le iba a dar la buena noticia, sus padres ya no tenían que presionarla, así ya no iba a haber problemas con nadie.–Jazm
Rodrigo De la SierraMe había escapado del hospital un rato, para llevarle un sobre a Jazmín con una carta, no quería que ella fuera a cometer la imprudencia de estarme llame y llame por el celular, ahora que tenía que estar al pendiente y al cuidado de mi esposa y de mi pequeño hijo, al que todavía no sabíamos cómo nombrar. Tenía apagado el celular por sí las dudas y que Jazmín no se aguantara de marcarme, todo este asunto me tenía un poco tenso y disperso.–Mi amor, estás muy nervioso y no debes estarlo – Sandra, mi esposa, notaba mi inquietud – tu hijo y yo, estamos en perfecto estado de salud.No quería levantar sospechas, debía calmar mi ansiedad y esperaba que la otra tía de Jazmín, le entregara a tiempo el sobre, era muy importante que se entregara, así me evitaría muchas broncas, que me había metido yo solito, pero todo iba a valer la pena, ya tenía a mi hijo y no le iba a faltar nada. –Lo sé, mi amor – tomé su mano para besarla – tienes que estar tranquila, me preocupé mucho
Rodrigo De la SierraDora es de esas mujeres nefastas que quiere las cosas en el momento que ella las pide y que, además, se siente con todo el derecho de estar ordenando a que esas cosas se hagan y yo, aborrezco a la gente que es así. Me cae gordo que me estén dando órdenes y por muy buen dinero que voy a recibir de ella, a mí no me va a estar manipulando ni ella, ni nadie. Tomé un poco de aire y estaba por apagar de nuevo el celular, cuando recibí una llamada de Jazmín.–Hola, Rodrigo, ¿estás bien mi amor? – Ella me preguntó con su tierna voz – te extrañé mucho en clases y quisiera verte, por cierto, muchas gracias por la hermosa carta que me dejaste en la cafetería, yo también siento que ya te amo.Le iba a tener que pedir que me esperara unos días hasta que todo se normalice con mi esposa y mi hijo, yo no los iba a dejar solos ahora menos que nunca, y también porque tenía encima a la odiosa de mi suegra, que no me dejaba ni respirar, no quería darle más motivos para que me siguier