Este senador va a caer pronto!!
Toco un par de veces, antes de entrar.―¿Te encuentras bien, Rachel?Cierro la puerta de su habitación y me acerco a la cama. Victoria tiene los ojos rojos de tanto llorar―Dentro de lo que cabe.Le respondo con una sonrisa tensa. Rodeo la cama y me siento a su lado.―¿Crees que ellos están bien?Pregunta, con una expresión preocupada. No puedo asegurarlo, pero confío que así sea. Además, Lud me lo prometió. Sin embargo, no se lo digo. No quiero preocuparla más de lo que ya está.―Sí, ellos harán lo que sea para volver con nosotras.Por fin, logro robarle una sonrisa.―Estoy tan preocupada, Rachel. No puedo perderlo, no sé cómo vivir sin él ―me dice con desconsuelo―. Aparte de ti y de esta bebé que, pronto, llegará a mi vida, no tengo a nadie más.Me acerco y dejo un beso en su frente.―Y lo tendrás de vuelta ―sostengo su rostro entre mis manos―. Él las ama más que a cualquier cosa en su vida. Te puedo asegurar que, dentro de sus planes, no está dejar sola a su familia.Limpio la lágri
¿Ángel guardián? Si la situación no fuera tan decadente, juro que me habría partido de la risa. Creo que he estado enviando señales equivocadas. Si esta chica tuviera una idea de lo que realmente soy, me compararía con el mismísimo Lucifer.«La salvaste, Massimo, tal vez esa sea la razón por la que te ve como si fueras su ángel guardián. De cierta manera lo fuiste. Si no hubieras insistido y seguido tus corazonadas, no habrías dado con ella. Quizás hubiera muerto en aquella habitación»Un temblor recorre mi cuerpo de pies a cabeza con aquel pensamiento. Lo descarto en el acto.―E… Ella, me…Inhala profundo. Está haciendo un gran esfuerzo para poder hablar. Es lamentable el estado en el que se encuentra. ¿Qué clase de monstruo hace algo como esto contra un ser humano inocente? La rabia y la ira han desatado un inferno en mi interior. Ver lo lastimada y golpeada que está, exacerba mis instintos depredadores. Hay un animal sediento de venganza, una criatura maligna que necesita una presa
Tengo que encontrar una manera de escapar de este lugar. No confío en nadie, mucho menos, después de lo que me pasó. Llegué a la ciudad hace dos años, escapando de una vida miserable, de un hombre que hizo todo cuando pudo para acabar conmigo, para hacerme sentir que no valía nada… que era una más de sus posesiones. Me vi obligada a cambiar mi nombre, cualquier cosa que pudiera delatar mi verdadera identidad. Dejé atrás un pasado que aborrezco con toda mi alma. Construí una vida maravillosa desde sus cimientos. Fui feliz, hasta que mi mala suerte me alcanzó una vez más. Fui secuestrada hace más de un año y, desde entonces, fui sometida a una serie de situaciones detestables, obligada a realizar actos despreciables que me hacen sentir asco de mí misma… de mi propia existencia.Intento mantener mis ojos abiertos, pero la simple tarea ya es sumamente complicada. El dolor en mi cuerpo, el agotamiento, la decepción. En mi cabeza rondan cientos de pensamientos que me atormentan y no me permi
Aprovecho que, Rachel, sigue con la chica que encontramos en la mansión del senador, para darme un baño. Me desnudo por completo y arrojo la ropa al cesto de la ropa sucia. Me detengo frente al espejo del tocador. Observo al hombre parado frente a mí. Esta vez la operación se llevó a cabo sin recibir ni un solo rasguño. Inhalo profundo. Doy gracias a Dios por eso. La captura de ese hijo de puta no me ofrece ningún tipo de seguridad. No sé por qué, pero creo que nos falta algo. Me temo que estamos pasando por alto, la parte más importante de este asunto. Cualquier cosa que se nos esté escapando, espero poder averiguarlo antes de que ese maldito, porque no me quedan dudas de que se trata de un hombre, lleve a cabo su cometido y resultemos todos muertos.Me dirijo al cuarto de baño, abro la llave del lavabo y lleno un vaso con agua. Cojo el envase de calmantes del gabinete y extraigo un par de pastillas debido a que comienzan a dolerme las costillas. Deslizarse por paredes de más de dos m
Ato mi corbatín y me aparto del espejo. Esta noche será importante para mí. Una vez que zarpe el barco con la carga, mi destino estará trazado. Nadie podrá parar mi ascenso hacia la cúspide del éxito. Seré el hombre más importante de esta ciudad y, quizás, por qué no, el futuro presidente del país.Salgo de mi habitación y me reúno con los hombres de mi equipo de seguridad.―West, llévate a Rick y asegúrate de que todo salga bien esta noche. No quiero sorpresas innecesarias.Me mira confuso.―Señor, en poco más de una hora los invitados estarán llegando a la casa. Si nos vamos, quedarán desprotegidos.Elevo una de mis cejas.―¿A quién se le ocurriría atentar contra la vida de un senador tan importante? ―sonrío divertido―. No se te olvide que habrá personalidades muy importantes de esta ciudad visitándonos ―niego con la cabeza―. Estaremos bien. Con un par de tus mejores hombres será más que suficiente ―no parece estar muy convencido con mis explicaciones, así que hago valer mi autoridad
Observo a la perra tendida sobre la cama mientras sigue sedada. No puedo negar que es una mujer hermosa, no más que Rachel, pero tiene lo suyo. Extiendo mi mano y deslizo los dedos sobre su piel sedosa. Mi polla se tensa al contacto. Hace mucho que no disfruto de un buen polvo. Quizás la puta sirva para algo después de todo, sobre todo, ahora que no puedo acercarme a mis jóvenes feligreses. Hace poco me vi obligado a abandonar el pueblo en el que viví por mucho tiempo. Después de todo lo que hice por ese lugar sucio y mugroso, esos pueblerinos tuvieron la desfachatez de echarme de allí sin ningún remordimiento. Juro que algún día me las pagarán.Me acerco a la mesa y cojo la cajetilla de cigarrillos. Golpeo el paquete contra el costado de mi dedo índice, extraigo un pitillo y lo llevo a mi boca mientras repaso de arriba abajo el cuerpo desnudo de la zorra. Mi polla está dura y la puta no me la pone fácil. Está como para chuparse los dedos. Sonrío y niego con la cabeza. Dios obra de man
A la mañana siguienteFue imposible conciliar el sueño con tantos pensamientos aglutinándose dentro de mi mente. Además, estoy ansiosa por ir al hospital y saber de papá. Mi corazón no ha dejado de palpitar con desenfreno debajo de mi pecho. Desde que supe que estaba desaparecido, no he dejado de pedirle a Dios para que lo protegiera y lo trajera de regreso a mi vida, sano y salvo.―¿Puedo escuchar desde esta distancia los engranajes de tu cerebro moviéndose a toda marcha, cariño?Giro la cara y me encuentro con ese par de hermosos ojos verdes que son mi perdición.―¿Crees que está bien?Inhalo profundo, mientras espero su respuesta.―Estoy seguro de que tu padre está bien, de lo contario, hace rato que habrían tocado la puerta de nuestra habitación para informárnoslo.Tiene razón. Estoy siendo paranoica.―Tengo tanto miedo, Lud ―niego con la cabeza―. ¿Y si ya no es el mismo? —me relamo los labios con nerviosismo―. Tengo mucha inquietud con lo que voy a encontrar en ese hospital.Apoya
Las últimas palabras de Raymond Ward, siguen repitiéndose en mi cabeza sin parar. Hasta ahora no había querido presionar a Rachel para que me contara lo que pasó la noche en la que su casa se incendió, pero ya no pienso seguir esperando. Necesito saberlo para poder protegerla.―¿Estás lista para hablar?Asiente en respuesta.―Sí. Lamento haber tardado tanto tiempo para contártelo.Inhalo profundo. Inclino mi cara y la beso en la cima de la cabeza. No ha dejado de llorar desde que abandonamos el hospital. No me gusta verla en este estado. Sobre todo, ahora que está más sensible que nunca a causa del embarazo. Hubiera dado todo cuanto tengo para evitarle más sufrimientos.―Soy todo oídos, cariño.Me preparo para escuchar uno de los episodios más terribles de su vida.―Aquella noche desperté ahogada por el humo ―cierro los ojos, necesito tomarme esto con calma―. Fue cuando descubrí que la casa se estaba quemando. Todo pasó muy rápido. No pude hacer nada para salvar a mi madre ―suelta un s