Narra Carolina
Tuvimos una cena tranquila Sebastián, Víctor Manuel y yo, después de terminar de cenar, le ayudé a Víctor Manuel a recoger la cocina de la casa de los tíos de Sebastián y terminado eso, él se disponía a retirarse, se despidió de Sebastián y después yo lo acompañé a la puerta.
- Muchas gracias por todo Víctor Manuel, por el vino, por la compañía y por la cena – le dije yo muy relajada.
- No hay de que, Carolina y si algún día quieres ver más de Madrid o necesitas un guía o algo, no dudes en avisarme – me respondió Víctor Manuel, con su encantadora sonrisa.- Claro que sí, que tengas bonita noche y nos vemos mañana en el estudio – le dije yo mientras él se alejaba lentamente.Entré a la casa, pensando que Sebastián ya había subido a su recámara, pero como mejor amigo chismoso que era, estaba ahí en la sala esperándome.
- ¿Qué me he perdido Caro? – me preguntó con esa sonrisa de cinismo, típica en él.
- Nada, que no ha pasado nada hombre,Narra Víctor ManuelCarolina estaba irritable y con justa razón, pues yo no le había avisado lo del evento del día de hoy y no fue por maldad, fue simplemente porque sin que ella misma se diera cuenta, cada día que pasaba yo la ponía más a prueba y sé que eso la asustaba demasiado, pero algo tenía yo en mente que por muy difícil que fuera estaba decidido a ganarme su corazón y sé que ese hermoso vestido color plata era un paso más para conseguirlo, cuando ella bajó de mi oficina luciendo el vestido, de inmediato supe que había acertado en mi elección, se veía bellísima, como si fuera una modelo, estaba muy hermosa, pero como no todo podía ser perfecto, ahí me di cuenta que había olvidado un detalle, los zapatos pero desgraciadamente ya era tarde para eso y teníamos que irnos al evento de la familia real, además que Carolina no sería ni la primera ni la única mujer en usar un vestido con tenis. Nos fuimos en varias camionetas, como era un evento grande, debíamos ir la mayor
Narra CarolinaVí a Víctor Manuel, parado en la entrada de su casa como esperando ver a alguien, yo de inmediato al ver esa reacción tan desconcertante en él, decidí acercarme a él para preguntarle sobre lo que estaba pasando.- Víctor Manuel, ¿Pasa algo?, ¿Quién era? – le pregunté así directamente.- Carolina, me ha dicho el vecino que era Heidy, al parecer algo le ha pasado – me respondió el muy preocupado por esa mujer.- Si gustas me retiraré para que puedas ver qué le pasa a tu amiguita – le dije yo, tomándome lo poco de vino que me quedaba en la copa para después dirigirme a la puerta de salida.- Carolina, no quiero que te vayas así, pero en verdad me preocupa Heidy, ella a veces viene a quedarse conmigo, no estás para saberlo pero tiene una vida difícil – me dijo Víctor Manuel.- Entiendo en serio, no te preocupes, nos vemos en el estudio mañana – le dije yo, simulando que no pasaba nada, cuando en el fondo ardía de coraje.- Caro, estamos muy bien
Narra Víctor ManuelMe acerqué a Carolina caminando muy contento hacia ella, hasta que me situé a su lado, mientras Heidy entra al estudio.- Hola Carolina, buenos días – la saludé con una sonrisa enorme.- Hola Víctor Manuel, ¿Cómo te va el día de hoy? – me preguntó ella muy relajada.- Bien gracias, te ví y quise venir a fumar un cigarro contigo – le dije yo un poco nervioso.- Qué bien, ví que llegaste con Heidy, por cierto, ¿Cómo sigue? – me preguntó Carolina.- Está un poco mejor, por cierto tendré que pasar un momento a darle un adelanto del sueldo que me pidió, no pudo ir a su casa por un cambio de ropa – le dije a Carolina.Entré a darle el dinero a Heidy y después caminé de vuelta con Carolina, ella me miraba con una mirada que me era imposible de descifrar.- Listo Caro, ya estoy libre – le dije a Carolina brindándole una hermosa sonrisa.- Qué bueno, ¿Pudieron dormir algo? – me preguntó Carolina.- Sí, yo sí y Heidy al parecer tambié
Narra CarolinaDespués de ese arrebatado, intenso y loco beso, me separé de Víctor Manuel, pues a pesar de que el beso me encantó, me volvió loca y me fascinó, no lo ví apropiado de acuerdo al momento que estábamos viviendo en ese momento respecto a la salud de Heidy.- Víctor Manuel, creo que debemos ir a ver qué pasa con Heidy – le dije en un tono de angustia a Víctor Manuel.- Sí, debemos ir a ver eso Caro, pero me dejé llevar, discúlpame – me dijo Víctor Manuel pidiéndome perdón.- No pasa nada, por cierto, sé que está mal que te lo diga, pero para tu egoteca, que bien besas cabroncito – le dije a Víctor Manuel haciéndolo reír.- Gracias Caro, creo que es un milagro verdadero obtener un cumplido viniendo de una mujer como tú, pero es igualmente agradecido – me dijo Víctor Manuel.- Por nada, es la verdad, tu boca me encanta, lo siento por ser tan directa pero es así – le dije ruborizándome un poco.- A mí me encantas toda tú, no solo tu boca – me respo
Narra Víctor ManuelEstaba destrozado totalmente por la inesperada muerte de Heidy, me desplomé en llanto sin poder controlarme a lo que Sebastián quién se quedó a mi lado en el hospital, me abrazó y me brindó su apoyo sin decir ninguna palabra a pesar de lo mal que traté a Carolina, estuvimos ahí en la sala de espera del hospital y después llamé a mi padre, para que viniera a ayudarme respecto a lo de los trámites del cuerpo de Heidy y de lo que se iba a hacer para que nosotros sin ser familiares directos pudiéramos llevarnos su cuerpo a la funeraria y darle sepultura. Cuando llegó mi padre no sé qué fue lo que hizo que tardó un par de horas en el hospital haciendo los trámites hasta que llegó una camioneta de la funeraria para llevarse a Heidy a lo cual, yo pedí el consentimiento del hospital de al menos pasar a despedirme de ella, al cuarto donde la tenían.Entré junto con una enfermera que me condujo al cuarto dónde Heidy yacía muerta, recostada en la cama
Narra CarolinaSebastián me llamó tan pronto llegó ese día, al salir de lo de Heidy, yo la verdad es que me sentí mal de todo lo que había pasado de Víctor Manuel y de cómo me había tratado la última vez que nos vimos, así que decidí salir a un bar de por ahí y me topé con un chico agradable llamado Joaquín y después de tomar algunas copas nos besamos apasionadamente afuera del bar, después sin pensar bien las cosas, lo cual era mi costumbre últimamente, me fui con él a su piso dónde pasó de todo, sólo que esta vez, yo no estaba tan ebria para decir que no sabía lo que hacía. Al día siguiente que amanecí junto a él, él me sorprendió, preparando de desayunar, así que me levanté y envuelta sólo con la sábana me fui a sentar a un banco de la cocina, dónde él se encontraba cocinando.- Buenos días Joaquín – le dije yo, brindándole un saludo y una sonrisa.- Buenos días Carolina, ¿Dormiste bien? – me dijo Joaquín muy contento de verme en su cocina.- Claro que sí Jo
Narra Víctor ManuelSebastián me miraba sorprendido por lo que acababa de hacer, lo cual lamenté demasiado siendo el uno de mis mejores amigos, pero es que la actitud de Carolina, cada vez era peor, peor y peor, lo cual de sobremanera me enfurecía a más no poder y justo cuando yo iba a decirle algo, él me sorprendió reclamándome.- Víctor Manuel, date la vuelta, debemos regresar por Carolina – me dijo Víctor Manuel cuando ya íbamos demasiado lejos de dónde la dejamos.- No voy a regresar y mucho menos a exponerme a más pendejadas de la loca de tú amiga, lo siento en serio pero es algo con lo que no puedo – le respondí a Sebastián enojado.- Víctor Manuel, no te entiendo en serio, pensé que te gustaba Carolina y ahora, ¿Andas con Daniela?, sé que la muerte de Heidy te afectó más de lo que a los demás, pero eso no justifica lo mal que trataste a Carolina desde el hospital – me dijo Sebastián.- Sí la traté mal y lo acepto y hasta lo reconozco abiertamen
Narra CarolinaJoaquín me miraba con unos ojos muy puros, creo que fue la primera vez que pude ver en alguien un alma así, pura y transparente que no ocultaba nada, entonces me pude dar cuenta que estaba enfrente de un gran y asombroso chico. Él le dio un trago a su copa de vino y entonces mirándome sin despegar la vista de mí, comenzó a contarme.- Verás Carolina, yo vivía con dos amigos en este piso, hace un par de años, todo estaba bien y vivíamos como roomies, no sé si en México se use eso – me dijo Joaquín.- Sí claro que se usa, está bien que mi país sea de tercer mundo, pero nos damos el lujo de tener ciertas cosas en lo moderno – le respondí yo haciéndolo reír.- De acuerdo, entonces continuo, el caso que uno de mis dos amigos con los que vivía, se iba a casar y nos había advertido a mí y a mi otro amigo que buscáramos casa, pues él con su chica pensaban comprarnos nuestra parte de este piso, para vivir ellos como recién casados, lo que ni a mí ni a mi