La situación de Betty no será nada fácil. Esperemos todo le salga bien. —Llegaron mis papás. El timbre sonó y la señora Rosalba abrió, invitó a pasar a una señora de cabellos rubios como su hija. —Mucho gusto. Soy la señora Brown, vine por mi hija. —Catalina salió con Betty. —Mami te presento a una compañera. La señora se quedó mirando a Cata, luego le sonrió de la manera más genuina. —Esta compañera si me gusta hija. —Betty no dijo nada, se lanzó a los brazos de su madre y se puso a llorar, Cata se encogió de hombros—. Cariño ¿qué tienes? —Nada mamá. Confieso que fui muy mala con Cata hasta el día de hoy. —La señora se puso roja. —Betty… —Lo siento, mamá. —Hablemos en la casa. —Se despidió y cuando tomó la mano de Cata—. Lamento y te pido disculpa si mi hija en algún momento te hirió. —Tranquila señora, Betty solo me fortaleció, eso se lo agradezco. —esa era mi Bodoque. Terminamos de vernos la película, ahora estábamos sentados en el mismo mueble, pero con varios centímetr
E El bar se encontraba a reventar, tocamos varias canciones de rock all roll, ya se había vuelto costumbre hasta el punto de inventar un concurso para el próximo mes, tocaba el piano. Y algo que siempre sentía era a mi madre a mi lado cuando lo hacía, pero aún no me atrevía a tocar el que me regaló, aún cuesta hacerlo, han pasado los años y sigo sin superar eso. La abuela dice que poco a poco, terminamos nuestro repertorio con el bar más lleno de lo normal. Nos ofrecieron tragos y ya era una costumbre negarnos. Si llego tomado a la casa la abuela de manera literal me da escobazos. Guardamos los instrumentos, pasamos por nuestra paga, el administrador lucía feliz, con nuestro éxito los bares en los que tocábamos nos ganábamos una reputación y ellos obtenían ganancias, por eso querían contratarnos cada ocho días y eso era imposible. Al salir del despacho en dirección a la salida nos topamos con el padre de Vicky y ella también lo acompañaba, se veía algo tomada, con una pinta de mujer
Había pasado tres meses, desde entonces muchas cosas habían cambiado, la ausencia de mi padre era dolorosa, creo que nunca pasará ese dolor ante su recuerdo, pero era cierto, la vida continúa. Mi abuela se fue hace un mes, el abuelo pasó dos semanas con nosotros y las otras dos en Montería en los dos meses seguidos al sepelio, siempre al pendiente de todo, era un roble. Mamá decidió quedarse en Estados Unidos hasta mi operación, me dijo que su deseo era volver a casa después. El doctor Robinson seguía muy al pendiente de nosotras, se ha tomado muy en serio la solicitud del abuelo, no había que ser muy sagaz para darse cuenta de la atracción que siente por mi madre, él ha sido todo un caballero, no dice nada, solo se le van los ojos al verla, mientras que ella, por el contrario, era inmune a esas miradas de cordero degollado y suspiros alejados del médico. También he visto la buena relación entablada con Dylan, hablan mucho en las reuniones a desayunar, almorzar o cenar inventadas p
Me tomó del brazo mientras caminábamos a una tienda de ropa masculina, empezaremos por los detalles de los chicos, al doctor y a mi abuelo. —Ricky y yo fuimos novios, de hecho, él ha sido el único novio que he tenido, porque me lo pidió cuando teníamos catorce años, él es unos meses, mayor que yo. Ambos perdimos la virginidad juntos, pero jugué con él, mientras él me adoraba, yo soñaba con Samir, Cata a esa edad yo no pensaba que el amor era para toda la vida, sin embargo, para Ricky sí, duramos siete meses hasta que Vicky por fin me aceptó. —Tú siempre has estado al lado de Vicky, cuando ingresé a la escuela ustedes tres me hicieron la vida imposible. —Es cierto, pero solo éramos amigas de escuela. Nunca pasamos más allá de una invitación a un cumpleaños. Yo quería ser modelo, Abby ya era modelo infantil, yo quería eso, mis papás jamás lo aceptaron, por eso me escapaba y cuando Vicky se dio cuenta lo arriesgada me aceptó por fin. » Ya estaba más cerca de Samir, aunque él botaba la
La tarde la pasamos entre sentimientos agradables y otros tirantes, odio las películas de miedo, a Dylan le causan risa mientras que a Ricky y a Betty le agradan, pasé gritando, con los ojos cerrados, refugiándome en los hombros de mi mejor amigo. En la vida me vuelvo a ver una vaina de esas. ¡Nombreeee! No vuelvo a ser masoquista.—Hoy dormirás conmigo.Le susurré en el oído lo que él sin ningún problema afirmó, después de tocar en el bar llegará a mi habitación por la ventana.—Miedosa, no has visto nada de película por taparte los ojos.—Detesto esas películas.Menos mal terminó, mis amigos solo se burlaron, no son ellos los que quedarán traumados, yo cierro los ojos y una imagen se me cuela por el pensamiento. Les hice mofa de que me importaba torta lo que dijeran. Nos invitaron a comer, como ya era costumbre pedí una ensalada, ya le tenía cariño.Estábamos esperando a la abuela de Dylan, para llevarla a casa, luego ellos se iban a su trabajo. Pero una cosa era lo deseado y otra l
Llamé a mi mamá y la puse al tanto, me dijo que llegaría en taxi porque a su carro le pasó algo y le tocó dejarlo en el supermercado, mañana quedó de pasar y desde la muerte de papá no saca el carro de él. Apenas llegamos no nos dejaron verla, nos dijeron que en efecto presentó una amenaza de aborto y el papá del bebé se encontraba con ella. Nos reímos, no creo que Ricky esté contento con la confusión, pero bueno. A Dylan le entró una llamada, se retiró para hablar, me pareció extraño, su lenguaje corporal era de preocupación. Mi madre llegó y llamó a los padres de Betty.—Señora Brown… —No pudo seguir hablando, vi cómo mamá cambiaba de colores—. ¿Le puedo hacer una pregunta, señora? —miré a Dylan, pocas veces he visto a mi madre sacada de casillas—. ¿Usted parió a Betty? No se llene la boca diciendo ser una buena cristiana cuando es evidente que no lo es.» Tampoco me conoce para lanzar dichas injurias y no se preocupe, no la vuelvo a llamar así su hija esté en la clínica. Que tenga
Después de lo sucedido en la clínica, Betty no vino a trabajar con nosotros, debía quedarse en casa bajo cuidados durante tres días. Mañana era Navidad y no íbamos a trabajar, estaremos reunidos en familia.No podía negar que me encontraba nervioso ante la respuesta de Bodoque, no tenía idea por qué le pedí el subir un poco a la intimidad entre nosotros. —sonreí como un tonto—. Si me ponía a pensar no me imaginaba tocando a Catalina, pero cuando la tengo cerca, cuando la beso, cuando ella juega con mi lengua y besa mi cuello solo deseo hacerla mía.—Nos toca cantar.Dijo Lucas. Salimos al escenario, en esta ocasión canté varias baladas en la que incluí una mía. Se la escribí a Catalina cuando se murió el señor Luis.—Una vez más muchas gracias por estar aquí. —Le dije a la audiencia, estaba sentado en un taburete, con la guitarra que me regaló, Bodoque—. Ahora voy a compartir una canción de mi autoría. Espero sea de su agrado, se la compuse a alguien muy especial. Nunca CambiesIYo
Esperábamos que dijera algo. De mi parte, aunque callara, no tenía nada que decir, más que Catalina me gustaba, pero era muy pronto para decirlo. Lucas se encogió de hombros. —Yo nunca lo he negado, esa monteriana me tiene embobado.—Por lo que veo. Es mejor llegar acompañado. Mejor llego con Nadia, todos quedaríamos emparejados. —dijo Lucían.—Yo no tengo pareja. —comentó Ricky.—¿Y Betty?Hablamos en coro los tres. Ricky se puso rojo, se fue en dirección a la salida, era momento de irnos, él era el transporte. Tomé mi guitarra de las manos de Lucían que la traía y seguimos al enojado conductor. Me dejaron primero, como siempre, al ingresar vi a mi abuela, pero en esta ocasión se encontraba despierta.—Abuela, ¿qué son estas horas? —hacia sus manualidades.—Mi amor, que bueno que llegaste, ando terminado mis regalos de Navidad, en esta ocasión seremos tantos y no quiero dejar a ninguno sin detalle, Mira, es para mí Cadie —mostró un saquito de lana de color rosado. Le mandé el mensa