Habían pasado dos semanas desde qué nuestros amigos se fueron y en las que mi felicidad no podía ser más. Decidimos no comprar casa, sino construirla a nuestro gusto. Dylan me dejó a mí toda la tarea, él solo opinaba, pero la decisión era solo mía. Eso nos tardaría casi un año en construirla.Por eso empezamos a amoblar la finca, él tomó un gran cuarto para hacer su estudio de música. Mi monito pasaba en lo suyo y yo en lo mío. En una semana viajaremos a Estados Unidos.Desde hace diez días vivíamos Dylan y yo en la finca con la señora María. La hemos pasado felices sembrando los infinitos árboles que había escogido. ¡En unos años el lugar será divino! Por otro lado, mi estómago se estaba inflando, eso solo traducía una cosa, sangre…Ingresé a la casa, la señora María se había quedado sembrando, Dylan tenía en brazos a José Luis.—Mira lo que nos dejaron al cuidado.Mi monito se veía tan bello con un bebé en brazos, mi hermanito quedaba tan pequeño en semejante hombrote.—¿Y mamá?—Di
Dylan me quitó a José Luis, se lo llevó a los brazos de mamá Samanta. De Catalina no sabíamos nada, Rafael no había salido. Algo le pasa a Ricky, tenía más de una semana de no hablar con él. No era normal. Y no por mí, pero no ha llamado a Cadie.—Betty.Dylan regresó, en ese momento necesitaba un abrazo. Mis manos seguían temblando y comencé a llorar. Lo dicho por la señora Mary me dejó peor. Cubrí mi rostro, mi cuñado y amigo me abrazó.» Si quieres llamo a Lucas para que vaya a visitarlo de nuevo…—No está, llega en unos días, no sabe cuándo, se fue a una capacitación de algo, la señora Taylor no supo decirme bien, porque ella tampoco sabe. Ricky solo le dijo que por unos días será confinado en un entrenamiento, al parecer militar. Lo raro es que no me llamó.—¿De qué estás hablando? Ricky odia la milicia, eso es tema de Lucían que hace el curso para teniente del ejército.—Eso fue lo dicho por la madre de Ricky, me parece muy raro, no me lo dijo a mí. —tengo mucho miedo—. También
Betty esperaba mi respuesta.—Sal mañana mismo, enfréntalo, exígele que te explique. Si esperas más tiempo puede que se vuelva a esconder, por qué eso es lo que, hecho, huir.—Pero Cadie…—¡Aja!, ¿y pa’ qué está la madrina? Tú aclara, estás embarazada, debes de procurar darle un buen embarazo al bebé, y para estar colgando mejor caer de totazo.—Tienes razón, aunque el embarazo no me ha dado nada. Dile a mamá Samanta que bajo en un rato. Voy a comprar el tiquete a Atlanta.—Llámate a Lucas, él te puede recoger y que te lleve a hablar con don cobarde.—No lo llames así.—No lo justifiques.—Cata, nunca te he dicho lo que le hice. Solo que me comporté mal. Pero si te lo digo sentiré vergüenza. —La miré, eso era cierto, no podía juzgar sin saber.— Lucas sabe dónde vive.—Sí, tienes razón. —Me dio un beso en la frente—. Eres la mejor hermana del mundo.Pelé toda mi cuadrilla de dientes. Ella ingresó a su habitación y yo regresé al cuarto a aplicarme perfume, por salir huyendo al pipi de
Lucas sonreía, pero también lo noté algo preocupado.—¿Por eso es el afán de hablar con él?—En parte, la razón verdadera es averiguar porque dejó de llamarme. —Su mirada fue un poema.Llegamos a su apartamento, no tenía nada más que un mueble, un comedor, su cocina estaba equipada por lo que pude ver, me llevó a la habitación de huéspedes.—Betty perdóname el desorden, eso sí, las sábanas son limpias. El baño es ese y es para ti sola, yo tengo un baño en mi cuarto.—Gracias. Ve a dormir, tienes ojeras.—La verdad me siento agotado.Me encerré en la habitación, le envié un mensaje a mamá Samanta, me contestó «ahora ya podía dormir tranquila». Sonreí, al menos a la familia que me abrió su corazón y puertas le era importante. «Dios, espero mañana todo quede aclarado». El cansancio me venció, menos mal había puesto la alarma del celular. Me levanté, llamé a mi princesa.—Hola, mami, ¿ya viste a papi? —Si las cosas no salen bien, mi hija va a sufrir mucho.—No y voy a ir a verlo, ¿ya te a
El aludido se metió sus manos en el bolsillo.—Betty, el video se ve muy real, pero eso no tiene nada que ver con nuestra amistad. Solo embarrada que nos hagas creer en tu cambio cuando no es así.En ese momento no pude evitar las lágrimas. Mi cuerpo tembló.—De Ricky lo entiendo, porque mi pasado lo tiene lleno de dudas, pero ¿qué tú pienses eso? Eres mi amigo.—Y lo seguiré siendo Betty, pero…—¿Crees en la palabra de Ricky que está cegado por lo dicho por Rosa y ese tipo?—Conocemos a Máximo, es un buen chico, es un ingeniero de sistemas y un experto en informática y telecomunicaciones. ¿Por qué nos mentiría?—Ya… —necesitaba irme. Estaba al punto de un colapso—. Entonces Ricky, ¿es un, hasta nunca?Era una estúpida, me aferraba a mi última esperanza, tan solo verlo bajar la guardia para ir a correr a sus brazos.—Sí, de verdad lamento haber escogido para mi hijo una madre como tú. Deja esa profesión, será o mejor mi hijo.Comencé a hiperventilar por unos segundos hasta recordar lo
Hay uno de esos videos donde salgo con tres hombres al tiempo. Ya deben de imaginar como tienen a la mujer. —Los ojos se me humedecieron—. Ese fue el video que vieron. Es mi rostro el que sale ahí.—Busca otro ingeniero. —Le dijo mi madre.—Ya tengo la cita con él en dos días, es un conocido del abogado. Voy a quedar hasta que Cadie deje de ser una Taylor. Ricky dijo cosas horribles, y no quiero tener ningún vínculo con él desde ahora.—Betty… —Dylan la miró.—Lo sé Dylan, pero él dijo que se arrepentía de darle a su primer hijo una madre como yo. Gritó el no querer verme nunca más en su vida. Entiendo su duda porque como me dijo mamá Samanta, aún no hay los suficientes momentos vividos para hacer peso a mi cambio, por eso no cree en mí, dijo muchas palabras hirientes. Soy yo la que no quiere tener ningún vínculo con él, no por orgullo, en esta ocasión es por dignidad. Apenas sepa quién es la mujer que hace esos videos la denunciaré.—¡Blanco es, gallina lo pone y frito se come! Tan c
Salí de clases, vi al decano, me hizo señas para que me acercara.—Cecilia, ya que te veo te comento.—Dígame señor.—La otra semana teníamos previsto documentar una expedición con el canal al que estamos vinculados.—Disculpe, yo tengo un viaje para dentro de cuatro o cinco meses.—Lo sé, te lo ganaste. Esto sería algo extraoficial, el profesor que cubriría estos tres meses le dio varicela y no puede viajar. Él mismo te recomendó.—Gracias, señor. —Mi corazón quería brincar de la felicidad—. Pero mis clases…—Señorita, eres una de las mejores en la facultad. Podríamos manejarlas a distancia, pero quería saber si aceptas el puesto, te pagarán y estarás unos meses en África.—Excelente. ¡Claro que acepto!—¡Perfecto! Eso quiere decir que, llegando de África, te vas para Brasil.—¿Es en Brasil donde tendré mis otros cuatro meses?—Así es. Pasa por secretaría, dale tus datos a mi asistente para comprarte tus tiquetes y te haga las reservaciones. Recuerda vas en representación de la unive
Escucharlos era un aliciente, tenerlos como familia de corazón me hacía pensar que fui perdonada.—Ya mañana me entregan los resultados, luego Mario ejecuta y radica todo para que al día siguiente Cadie pase a tener mis apellidos.—¡Ay mija! Creo que se te fue la mano con quitarle eso a Ricky, pero Rochi me dijo que eso puede ayudar a hacerle entender al cacorro ese. Ya lo veré arrepentido y con el rabo entre las piernas. ¡Nojoda!, dejo de llamarme Henrry Páez a que lo veré aquí suplicando perdón.—Abuelo, no deseo hablar de nada al respecto. Más bien, quiero regalarle a Cadie un caballo.—¡Erdaaaa! Qué vaina buena. Claro que sí, cuenta conmigo.—También quiero comprar ganado.Eso se me ocurrió ahora, yo necesitaba agarrarme de algo y la familia siempre será el primer brazo amigo.—Mija sabes que, de cumpleaños, a mis bisnietos les regalamos Rochi y yo un lote de novillas. ¿Quieres más?—¡Verdad, lo había olvidado!—Betty, ¿qué pasa mija? Puedo ser un cascarrabias, pero este viejo sab