Ahora sí me la puso difícil. Respiré antes de contestarle.—Catalina vivimos en países diferentes—¡Nojoda! Pero te has vuelto quisquilloso. La distancia no es problema para ustedes.—Lo que Catalina quiere decir menso. —habló Betty, quien me insultó—. Es que saques tiempo para ir a visitarla, tomarla de la cintura y besarla, a gritos te está mandando mensajes entre líneas de que des el paso de pelear por ella.—¿Entendiste o te lo explico en plastilina?Sonreí del comentario de Cata. Hasta hace poco comprendí a que se refería tal expresión; si no entiendes me lo vuelven a decir de manera infantil, por eso el término con plastilina.—Entendí.—Hay algo que yo no entendí. —intervino Dylan—. ¿Qué es buche pavo? —Catalina soltó una carcajada.—Yo iba a hacer la misma pregunta. —dijo Ricky, Cata negó.—Son unos mini dulces de ajonjolí, son del grande de un grano de arroz cubierto de dulce, por eso dije me estaba dando pisticas de a ñinguito o sea pequeñitos. ¿Entendieron? —Dylan la besó e
Unos cálidos brazos me tenían abrazada, se sentía tan bien, años de no sentirme segura, mi pierna abrazaba un cuerpo, mi mano… ¡Espera! Apreté lo que aferraba mi mano, seguí la longitud y… esto parece…Los recuerdos del día de ayer llegaron a mi cabeza, no he salí de casa, anoche me quedé como las novias de barranca, como una pendeja esperando la llamada de Lucas, otra vez me dejó esperando. Además, volví a tener esos sueños húmedos, donde besaba al único hombre de mi vida…¡Espera! ¡Abrazaba el cuerpo de hombre! —abrí los ojos y ¡sí!, estaba sobre el pecho de alguien y los brazos de un hombre rodeaban mi cuerpo. Sin saber quién era o como llegó a mi cama. ¡Ay, Dios mío! Le agarraba el pipí a un tipo que no conocía.Salí despavorida de mi cama y al hacerlo empujé al hombre el cual se cayó. Iba a gritar, pero me quedé muda cuando ese hombre se levantó. ¡Por Dios bendito! Los ratones se me comieron la lengua por el tiempo que esos ojos azules me miraron…—Debe ser un sueño, ya estás jod
¿Admirar? Espero no se esté burlando otra vez, se quitó la camiseta, la bermuda.—¿Quieres que me desnude por completo?¡Ñerda! «¡Después que mataste al tigre le saliste huyendo al cuero!» Sin apartar la mirada de mí, Dylan se terminó de desnudar y el ojo era malo, era traicionero, de una se me fue directico ahí, era verdad, le he tocado el pipi, pero estábamos a oscuras, otras veces con ropa puesta. Miré a la cama.—Catalina mírame.Su pipi ya se encontraba parado, él descarado sonrió con esa picardía que me volvía mantequilla.» Si vieras lo bella que te ves sonrojada. —hasta el cuello lo sentí caliente—. Es tu turno Bodoque. —espepité mis ojos, abrí la boca y la volví a cerrar—. ¿Oh quieres que yo te desnude?Ahora si vi candelilla por todo el cuarto, se fue acercando, su nariz acarició la mía, sus manos se fueron a mi retaguardia y su ronquido hizo cosquilla en mi vientre, con una delicadeza. Como si temiera hacerme daño o más bien adorándome, las manos de Dylan fueron subiendo la
La hemos pasado increíble, volver como a los inicios, estar de nuevo juntos, aunque Cecilia y Lucas tienen un no sé qué raro. Los tres días transcurridos hemos realizado fogata al frente de la playa, formado parrandas vallenatas, ido a casetas a bailar. Además, he dormido con mi mujer todas las noches, la he amado en el baño, en la playa, en la hamaca e infinitas veces en la cama. Quiero borrar de su cabeza esa inseguridad por su cuerpo, quiero demostrarle lo mucho que me excita con solo verla. A nuestro regreso a Montería, porque mañana nos vamos a la finca, debo decirle a Rafa que incluya en sus exámenes semanales el de embarazo. Confiando en Dios, en cualquier momento podría quedar en cinta, y no quiero que sea pronto, egoístamente quiero disfrutarla, amarla, lograr hacerla confiar de nuevo en mí, porque una vez se embarace tendré que alejarla de nuevo. Todos sabemos, en silencio callamos cada vez que tiene esos arranques en donde nos abraza a todos y a mí me convierte en su oso
Con nosotros viajaban Lucas y Cecilia, mis amigos iban sin camisa porque no soportan tener nada sobre los hombros, también iban blancos por la leche magnesia, Ceci lleva en la mano una camisilla sin mangas para él.En el carro de Betty, Ricky conducía y atrás iban Lucían con Paola. Desde las diez de la mañana habíamos salido, la verdad la pasamos muy rico. Yo ni se diga, esta mañana fue increíble terminar entre las piernas de mi novia después de lo que hizo.El abuelo tenía razón, tener a los tres amores en un solo cuerpo era magnífico y Catalina cada vez se tenía más confianza y seguridad. Por eso lo que me hizo en la mañana lo voy a inmortalizar, en mis días de mujeriego en la escuela he de confesar, no disfrutaba, de hecho, no fui de mucho sexo oral. Sin embargo, con Catalina me daban ganas de deshidratarla por esa vía.Lo mejor, no le había insinuado nada de que me lo hiciera a mí, asumo eran consejos de sus amigas y bien por eso. ¡Fue el mejor despertar de mi vida!, y si sigo pen
Cecilia literal me iba a volver loco, puede decir lo que sea, pero esa mirada la conocía. Solté un suspiro, había dejado el morral en la habitación y me vine al quiosco a meterme en la hamaca. —¿Qué pasa muchacho? —El abuelo Henrry venía con un taburete en la mano y en la otra un pocillo de café—. ¿Puedo ayudarte? —Soy consciente del error que cometí con Cecilia… —Un error garrafal hijo, no fue cualquier plantada a comer helado. Le dijiste en su cara; ya no me importas, le dejaste en claro que su cuerpo no te excitaba y por eso ya no la respetabas, —toma para que aprendas—. Eso es lo que siente quien recibe los cachos. Iba a hablar, pero su mirada fue una advertencia, por lo tanto, afirmé. El tiempo no se puede retroceder. —Catalina heredó su franqueza. —Si en verdad te encuentras arrepentido, si ahora sí quieres todo con ella. Conquístala de nuevo. —Eso es lo que estoy haciendo y quiero todo con ella, abuelo. A los pocos meses de haber terminado comprendí mi gran error. Y no tu
—Por hoy sí. Solo necesitaba eso, seguirá castigándome cada vez que se acuerde, pero me permitirá quedarme a su lado curándola como antes. Mis piernas se movieron, me dirigí con ella en brazos hasta el cuarto, no había puesto resistencia y no hemos dejado de mirarnos. El corazón se me quería salir. Volvió a estar en mis brazos, volví a besar su cuerpo, volvió a temblar en mis manos, volví a fundirme dentro de ella y volví a escucharla gemir. Decir mi nombre, no nos detuvimos hasta que nos absorbió el éxtasis, seguía aún en su interior, no quería salir de su cálido vientre. Todo fue tan rápido que solo pude pensar en el preservativo. —Espero que el segundo raund duremos más. Sonrió, salí de su interior y retiré el preservativo. Lo amarré y lo boté en la caneca de basura, mañana debo botar eso, me acosté y se aferró a mi cuerpo. » Cecilia, no te estás cuidando, ¿cierto? —Mi última vez fue contigo. —Eso se sintió tan condenadamente bien—. ¿Tú has estado con muchas? —Después de Cami
Comenzó a jugar con mi mano, la apretaba, estaba nervioso, lo conozco.—¿Qué pasa?—Nada, me gustaría ir en caballo, pero tú no puedes.—¡Ya me quitaron la incapacidad!—Caballo aún ¡no! —con esa mirada de picardía se me acercó—. No cabalgues sobre esa montura.Le di un puño en el brazo y soltó la carcajada, llegamos hasta mi carro y me abrió la puerta del copiloto. Diez minutos después quitábamos el portillo para ingresar en lo que Dylan dijo que era el área de la finca, pero desde hace unos cinco minutos ya eran tierra de él, aunque utilizó la palabra «nuestras».La casa era grande, hicimos un recorrido por todo el lugar, siete cuartos sin contar con los dos para las trabajadoras de la finca, cinco baños, la habitación principal era inmensa, dos salas una para los muebles y la otra para las mecedoras, el comedor, la cocina inmensa con espacio para meter otro comedor, balcón, a un lado quedaba el lugar de los cuartos para tener todo lo que se necesita en las fincas.Había un lugar do