Hoy por fin me darán salida de la clínica y Rafa salió a firmar los papeles y realizar los pagos. Por eso estaba arreglándome. No había querido verme en el espejo, ¡porque ajá!, pendejá mía.Sin embargo, cuando fui a ponerme el pantalón hecho a la medida por mi abuela, ya que se condolió de mí en estos dos años en que mi cuerpo sufría los cambios según ellos, mientras para mí era como si me ensamblaran de nuevo e incorporaban una cremallera, ya no tenía ese barrigón por eso sobra bastante tela. Me veía estilizaba. —tocaron la puerta del baño.—Catica, ya nos podemos ir. ¿Todo bien?—¡No!¿Y ahora?, suspiré frustrada, la camisa me quedaba ancha en el área de la barriga, qué, aunque ya había adelgazado, el pocote de piel me hacía ver panzona. Abrí la puerta.» ¿Tienes algún moño, caucho o cabuya para amarrar o sostener esto?Le mostré mi problema, Rafa al comprender fue mostrando esa perfecta dentadura hasta terminar en una sonora carcajada.» ¡Tu burla no me ayuda! —Le torcí mis ojos.
La risa de mi mamá me hizo sonreír. No podía contener lo que era mi familia, una unión que hace una gran fuerza.—Te paso a Rafa.—Dime Sabanera…A la hora y diez minutos estábamos bajándonos del avión camino a tomar las maletas. Dicho y hecho, apenas salí todo el mundo, se detuvo a ver la algarabía que hizo mi familia, me puse roja, tapé mi cara con las manos.Qué vergüenza. No solo era mi familia, fueron todas mis amigas de jandunderas. Virgen santísima, ¡qué bochorno! Esto me pasaba por cambambera, era la promotora de rifas, juegos y espectáculos en la universidad, ahora recibía un poquito de mi propia medicina.Para la fundación he realizado paseos, rifas, salidas, fiestas, basares, hasta subastas, recogiendo fondos para mi institución de folclor con niños especiales. Por eso no podía decir nada.Lo cierto fue que las frases; «Pero mira qué linda quedaste». «Pareces una modelo». «¡Te ves preciosa sin barriga!» —Todo el mundo se enteró de que me había hecho una operación. Gracias,
—Una vez más.Ordenó Eugenio, era la, no sé qué cuanta vez que cantaba la canción «Lo que callo».ISi supieras lo que callocuando te veo, cuando te veo.Lo que pienso cuando no estáscerca de mí, lo que sufro porqueno te tengo a ti, lo que duele estesilencio de callarme lo que siento.Sin podértelo decir.CoroMe siento así tan lejos de tiComo la paz y la guerra,que no encuentra una treguapara así ser feliz.Me siento así tan lejos de tiComo el sol y la tierraque de lejos me quemaeste amor que hay en mí.IIPor las noches cuando duermosueño contigo, sueño contigoPero cuando yo despierto sin ti,lloro en silencio al saber quesolo sueño con tus besos y tu cuerpo,me siento un niño con miedos.CoroMe siento así tan lejos de tiComo la paz y la guerra,que no encuentra una treguapara así ser feliz.Me siento así tan lejos de tiComo el sol y la tierraque de lejos me quemaeste amor que hay en mí.IIIQuiero abrazarte…Robarte un beso…Decir te quiero…Ser yo tu dueño…Coro
No había podido dormir nada, pasé toda la noche tocando las notas de mi guitarra y mirando las fotos de mi novia. La abuela ingresó como era su costumbre a buscar la ropa sucia.—Buenos días, hijo.—Buenos días, abuela. Organiza todo, viajamos el jueves, ya compré los tiquetes y salimos en la madrugada para Colombia. Dejaré a Megan a cargo para la venta de esta casa y por lo que tenemos adentro. Ese dinero irá a tu cuenta abuela. —siempre habíamos contemplado la idea de irnos a vivir a Montería—. Lo que quieras llevarte lo mandamos como menaje, tú decides.—¿Qué pasó?Miré la imagen del portátil, lo giré, lo miró por un rato y comprendió quien era.—Se ve preciosa.—Tiene un admirador y no estoy dispuesto a perderla, esa boca solo yo la he besado y no voy a permitir que otro lo haga.—¿Dylan eres consciente que Catalina puede tirarte los platos de una vajilla completa?—Es muy capaz, no solo de eso. Pero no he sacrificado tiempo juntos para que esté con otro.—Y si ya te olvidó, ya so
Era domingo y no había podido dormir de lo feliz que me sentía, solo tenía nueve días para demostrarle a Ricky que seré solo de él, ahora sí podía ser y demostrar lo plasmado en mis libros, un amor como el de los abuelos.Revivía los besos que nos dimos ayer. Casi nos ve Chila y eso hubiese sido vergonzoso, todos se lo imaginan, porque era evidente el cruce de nuestras miradas, las cuales nos delatan, pero quiero mostrar algo seguro.Cadie seguía profunda, eran las seis de la mañana, tomé la toalla para dirigirme al baño, ¡oh, sorpresa!, él salía bañado con su jean puesto, descalzo y sin nada más, vaya imagen erótica que le proporcionaba a este cuerpo sediento. Se dio cuenta de que lo reparé con ganas de saborearlo.—Como diría Catalina… ¿Quién pidió Suizo con Kola Román?Esa bendita sonrisa preciosa, ahora podría volver a ser mía. Me abrazó y me besó como lo he deseado toda la noche. Hace tres días escuché una conversación con Rosa donde le decía que ya no eran nada, que habían termi
Estaba reventado. Me llamaron de la clínica para hacer un remplazo, un compañero se incapacitó y por la congestión me solicitaron ayuda. Eran las seis de la tarde, llegué a mi casillero para buscar mis cosas, el uniforme de enfermero lo tenía lleno de sangre.Antes de abrir vi que había una carta y al mirarla era de área administrativa, la abrí y me pedían acercarme antes de irme. Ya había cambiado de turno, decidí tomar una ducha de rapidez, me puse ropa particular.En una bolsa metí el uniforme para lavarlo, saqué el morral y encendí mi celular, pitó varias veces, pero después miro los mensajes, caminé en dirección al área administrativa. La secretaria del director me sonrió. Era una señora muy amable.—Señor Jones, se encuentra de suerte, el director aún sigue en su despacho, ya mismo le digo que usted lo busca.—Gracias. —fue raro, ¿para qué me querrán?— Sigue.Las manos me sudaron, por la cabeza repasaba si había tenido alguna falencia, error, y no tenía ningún llamado de atenció
El corazón me latía a mil. Llegamos a Bogotá, ahora esperamos la conexión a Montería, si Dios lo permite estaré sobre las cuatro. Llegamos hace un par de horas, almorzamos y decidimos ingresar a la sala de espera. Moría de ansiedad.—Cálmate, me tienes nerviosa a mí también.—Lo siento, abuela. Estoy a una hora de verla y siento mucho susto. —sonó mi celular.—Hola, Rafa.—Me alegra que llegaran bien, acabo de ver el mensaje que mandaste hace más de un par de horas. Estaba trabajando, ya llegué a la casa. En un momento te paso la dirección o ¿quieres que vaya a buscarte?—Llevamos bastante equipaje, mientras consigo una casa, estaré molestándote.—Ya hemos hablado de eso y no es molestia, además tu finca ya se encuentra casi lista. A la espera de ser amoblada.—Eso lo hará Cata y mi abuela. ¿Qué dijo de la entrevista?—No me habla, dedujo que esa foto yo te la envié, me echaste al agua. Está sentida con su mamá y con sus abuelos, porque ellos te defienden.—Y saber que no puedo aún co
Nadie se movió de su lugar, yo esperaba golpes, insultos o que saliera con una retahíla de frases muy de ellas, pero no, para colmo se fue con ese, todo lo que he hecho por ella le valió mierda, «recuerda ella no lo sabe». —Suspiré—. Las manos me temblaban.—Te lo tienes merecido. —Esa fue Betty—. Por mí estoy feliz, ya era hora que te pusiera remplazo.—Betty, No digas eso. —Le dijo Ricky.—¡¿Te pondrás de su lado?!Mi amigo se apresuró a tomarla de la mano, pero ella se la quitó de un manotón, tomó su bolso y las llaves de su carro.—¡Qué! ¿Tú también te vas a buscar a otro?—Mira Ricky, yo te hice un juramento, haré como si no hubieras dicho tal babosada. La verdad no quiero quedarme aquí, donde es evidente que todos actuaron en complot contra Catalina. Por si se les olvida —me señaló—. Este la humilló delante de todo el salón después de haber obtenido lo que los hombres tanto buscan en una mujer. ¡Eso fue lo que le hizo a Catalina! Y si me voy a ir, ¡no con nadie!, ¡si no me tiene