DanteDe mi mente no salía la imagen de Fiorella sobre la camilla en la sala de ecografías, desde mi regreso de Cartagena con mi familia que no volví a saber de ella, los días pasaban y se convertían en tortura por su ausencia, sabía que había pasado por mucho, Charly no me había dado mucha información sobre los sucesos por los que ella paso, sabía que detrás de todo esto había un trasfondo, no podía odiarme de la noche a la mañana, más allá de todas mis mentiras, nunca le mentí con respecto a mi amor. Por eso decidí contratar un investigador privado, en este momento me encontraba de camino a la oficina de Smith.Al llegar me anuncie y espere alrededor de veinte minutos, ya que se encontraba ocupado con un caso importante, espere paciente puesto que me vera sin previa cita agendada, le había pagado mucho para que lo hiciera, no me gustaba hacerlo, pero si quería llegar hasta el fondo de todo este enredo, agotare todos los recursos posibles.—Por favor, Claudia, que nadie nos molesté y
Fiorella—¿Por qué no le das una segunda oportunidad? —los planteos de Laura me hacían enojar, ella sabía por todo lo que había pasado a causa de él.—No se merece ninguna oportunidad, menos después de todo lo que me hizo.—Fiorella, no quiero que pienses que estoy de su lado, soy tu amiga y sé que aún lo quieres, solo deberías escucharlo, te juro por lo más sagrado que tengo, que vi a ese hombre desesperado por ti, él te quiere.—Nada de lo que digas va a hacerme cambiar de opinión, solo te mande a verlo para que acordemos una cita con respecto al futuro de nuestro hijo.—Y que vas a hacer cuando lo tengas en frente, no lo escucharas.—¿Él te dijo algo? —ella negó.—¿Tú quieres o no a Dante en tu vida?—Eso ya no importa, porque nadie me devolverá la paz que tenía antes, ni mucho menos mi antigua revista ni mi departamento, lo perdí todo y fue mi culpa, por meterme con quien no debía, él era casado, son las consecuencias de mis malas decisiones.—No, ya te dije que no es tuya la culp
Marcela Ponzio —Buenas tardes, señora, disculpe que interrumpa su merienda, pero afuera está el señor Gerard.—¿Mi detective?—Así es señora.—Hazlo pasar a la sala y prepara café para ofrecerle —mi empleada salió y me quedé intrigada con la visita de Gerard, me levanté y fui hacia su encuentro para dar fin a la curiosidad.—Buenas tardes, señora Marcela, disculpé que vine sin avisar.—Por favor toma asiento y dime ¿Por qué vienes dos meses antes? Se supone que dentro de dos meses teníamos que vernos ¿Les pasó algo a mis hijos? Ese maldito negocio seguramente fue lo que te trajo aquí.—No mí señora, es algo más delicado.—¿No entiendo? Que puede ser más importante.—¡Un bebé!—Seré bisabuela ¿De quién? Nicolás o Augusto, oh mi pequeña Mariza.—En realidad son dos bebés.—¿Mellizos?—¡No!—Por favor, Gerard, ve al punto de una vez.—La niña Mariza será mamá y su padre, el señor Dante, también espera a su tercer hijo.—Mi dios, después de lo sucedido con el último embarazo ¿Cómo es pos
DanteLa llegada de mí madre no me causaba tanto estrés como a Nicolás, ella había decidido irse olvidándose de su familia, pero entendí que ella no estaba de acuerdo con nuestras decisiones, sabía que el mercado ilegal no era rentable para nadie, a la larga todo se descubre, ella solo nos hizo un favor yéndose, no porque quisiera verla lejos de mi vida, si no por su bienestar, bastante ya había jodido a mi familia, ahora solo me quedaba sacarle de la cabeza a Augusto la idea de ser parte de esta mafia, en la cual me encontraba manchado hasta la mierda, pero antes mí vida no tenía sentido, ya que era mecánica, me levantaba al trabajo, hacía crecer el negocio y volvía a intentar sacar a flote mí matrimonio, pero Beatriz no me la hacía fácil, ella solo se sumergía más en su tristeza, como si nuestra vida no importaba, Mariza y Augusto pasaron estos últimos años logrando que su madre los quiera y ya no aguante más, agote todos los recursos posibles, hasta que la luz al final del túnel me
DanteEl día que tanto ansiaba había llegado por fin, hoy después de meses volveré a verla y estaré con ella, para no llegar tarde salí antes del bufete, cuando llegué a mi departamento me di una ducha y me puse mi mejor ropa, quería verme impecable para ella, nada podía salir mal este día.Al terminar encendí mi laptop y terminé parte del trabajo que tenía pendiente, mientras tanto esperaba ansioso que llegué la hora para vernos. Me sentía nervioso, quería que ella me perdone, aunque sabía que no sería una tarea fácil.Mi mente me llevaba a los momentos que viví con ella, en dónde me sentí lleno de vida, por mis malas decisiones hoy pagaba muy caro todo lo que estaba sucediendo.La hora llegó y fui hasta mi habitación y busqué el regalo que había comprado para ella, solo espero lo reciba, lo guarde en el bolsillo de mi campera y al salir me encontré con Mariza y Augusto.—¡Hola papi! —se cuelga de mí cuello mi hija y me da un beso en la mejilla.—Llegamos justo —dice Augusto quien le
Fiorella —Hola buenas tardes —al oírlo supe que no era él, entonces me levanté y fui hasta la puerta.—¿Y Dante? ¿Qué haces tú aquí? —consulta Laura.—Él está por llegar, se atrasó con su hija, por eso me pasó tu dirección así lo esperes un poco más —se excusa por él y siento un poco de alivio.—¿Sucedió algo malo? —Le consulto ya que podría ser algo grave.—Eso te lo puedo decir yo —aparece de repente y mis piernas se vuelven gelatina.—¡Dante! —exclama Charly.—Bueno, ya que está aquí ¡Nos vamos! —propone a Laura, Charly.—Podemos hablar un momento a solas —tome de la mano a Laura y entramos al departamento, dejándolos a ellos afuera un momento.—¿Sucede algo Fiorella? —me consulta.—No lo sé, estoy muy nerviosa, no creí que esto me pasaría.—¿Qué sientes? si quieres me quedo en mí habitación.—No es necesario, necesitamos hablar a solas.—¿Estás segura?—Si, es mejor ir ahora y no dilatar más el tiempo, mientras más rápido, mejor.—Entonces saldré y lo voy a hacer pasar a la coci
DanteHabía podido salir de casa sin mentirles a mis hijos y eso me dejaba tranquilo, no quería seguir más con todo esto, debía ir de frente con todo el mundo, ella tenía razón, no podía seguir ocultándole la verdad, sabía que no iba a ser fácil lograr su perdón, pero tenerla tan cerca me volvía loco, quería besarla y amarla, no podía controlar mis deseos de hacerla mi mujer nuevamente.—Por favor, Dante, no puedes intentar borrar todo lo que sucedió seduciéndome, fue grave lo que me hicieron.—Se que te metí en problemas por mí culpa, pero ese error también lo voy a enmendar, voy a salir del negocio, quiero que nuestro hijo crezca lejos de este mundo que solo nos traerá dolor.—Y tú crees que haciéndote a un lado te limpiaras las manos, estás equivocado —dijo enojada, ella tenía razón.—Se que no debe haber sido fácil para ti todo esto, pero no puedo cambiar lo que soy.—Si tan solo hubieras sido sincero, pero no, preferiste hacer todo a tu manera y terminé pagando las consecuencias
FiorellaDante se había ido y me quede pensando en todo lo que hablamos, me sorprendió saber que él estaba ajeno a lo que me sucedió, pero y si lo sabe y está jugando conmigo al hacerse el tonto.Di vueltas en la cocina de Laura, necesitaba que ella venga o me volveré loca, verlo me despertó aún más las ganas y el deseo de perdonarlo, la piel es débil, después de todo lo que sufrí por su causa aún lo quería, desearía no sentir esto, pero lo sentía y eso no me hacía pensar con claridad.—¿Por qué tardaste tanto Laura? —le digo al verla aparecer por la puerta de la cocina.—Baje a abrirles la puerta, dime ahora mismo ¿Qué sucedió? —se sienta rápidamente al lado mío.—¡Nada! Solo hablamos de lo que sucedió, ya sabes, le deje claro que no quiero saber de él hasta el parto.—¿Y lo que te hicieron? ¿Se lo dijiste?—¡Todo! Lo único que me hace ruido es que él no sabía nada, es como si hasta ahora lo sabe.—¿Por qué no le crees? A lo mejor es cierto.—No es fácil, como podría creerle, paso ta