Capítulo 39

Al abrir los ojos, Ángela ya no estaba de pie abrazada a su esposo, sino tumbada, prácticamente desnuda y con Felipe sobre ella besándola ardientemente. Por un momento todo lo que la rodeaba había desaparecido, así de intensas eran las sensaciones que ese hombre le producía, y aunque no era la primera vez, hoy se sentía más susceptible que nunca. Así que ser consciente de eso la asustó e intentó incorporarse, pero la fogosidad de Felipe se lo impidió y se sumergió de nuevo en esas maravillosas sensaciones.

A Fel

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