Aún no llegaba a comprender que le había pasado ese día. No una, sino dos veces había caído rendida a los pies de su esposo. Sin embargo, al día siguiente, fue sincera con él y le dijo que si volvía a tocarla, su matrimonio se habría terminado.
Estaba tan furiosa que apenas lo había dejado hablar, pero no con él, sino con ella misma por ser haber sido tan débil.
Dora Cruz ahora sí que estaba segura que Ángela era especial para su hijo. Lo que no esperaba era verlo en ese estado, apenas podía ocultar sus celos. Nunca hubiera imaginado que fuera tan posesivo. Hasta le preocupaba que en cualquier momento hiciese algo indebido.-Sí, es una muchacha muy agradable, Aurora. Estoy segura que podréis ser buenas amigas –intervino al ver a su hijo ausente. Al despertar esa mañana, suspiró de satisfacción al sentir el cuerpo de Felipe junto a ella. Segura y calentita, así es como se sentía.Frunció el ceño.El pasado acababa de golpearla recordándole que su esposo solamente estaba allí por una tonta borrachera. Ya en el coche, Felipe iba preguntar qué había ocurrido allí dentro, pero Ángela se le adelantó.-Pedro es un amigo de la familia desde hace muchos años. No puedo recordar desde cuando exactamente –cerró las manos con fuerza y se envalentonó a mirar a los ojos a su esposo-. Estaba ena... No, está enamorado de Celeste desde que éramos pequeños. Se marchó después de la boda de mi hermana, pero antes yo... yo le propuse que nos casáramos –bajó la mirada. Felipe la estaba observando con demCapítulo 49
Capítulo 50
Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos lastimeros. Se vistió y fue a ver quien no dejaba de llamar.-Señor, disculpe, pero Celeste Paredes está aquí –le anunció Richard.-Avisaré a Ángela. -¿Te encuentras bien, Angy? –preguntó Pedro preocupado.-Necesito aire –contestó antes de salir de allí.Pedro iba ir tras ella, pero Felipe se puso delante de él fulminándolo con la mirada. Lagos entendía que desconfiara de él, después de todo acababan de conocerse. Así que, aunque estaba preocupado por su "hermCapítulo 52
Sólo había encontrado una manera de demostrarle a su esposa que había cambiado. Iba a ser difícil, pero ya lo había decidido. Además, así también se probaría a sí mismo que podía ser un hombre de provecho.Llevaba varios días trabajando de sol a sol. Tenía mucho que aprender, así que comía en la empresa y llegaba muy tarde a casa. Y aunque estaba cansado y quería irse directamente a la cama, sentía la enorme necesidad de ver a su dama. Con sigilo, entraba en la que había sido s
-¡Ángela, Ángela! –escuchó mientras la sacudían con suavidad pero firmeza.Al abrir los ojos, se encontró con el rostro de Patricia, pálido y angustiado.-¿Qué...
Se levantó de la cama, la cercanía de Felipe era demasiado abrumadora, y caminó hacia la puerta dándole la espalda a su marido.-Me importas, Felipe, mucho –aseguró con ímpetu, sino lo tenía cerca era más fácil hablar-. Estoy asustada, tengo miedo que rechaces mi...-Bueno, ya estamos aquí –exclamó la se&n