Desde que tengo uso de razón, mi vida ha tenido pequeños periodos de tiempo en los que algo o alguien me había acompañado tanto en momentos felices como difíciles.
Ahora me encuentro sentado en mi alfombra con las piernas cruzadas,abriendo una caja donde guardaba todos los recuerdos importantes que tuve de cada año de mi vida.El primer objeto que saqué de la caja fue un muñeco de trapo, el cual me acompañó durante los primeros 6 años de mi vida; Esta muñeca fue mi mejor compañera para todo, desde estar en mi habitación hasta llevarla al colegio.Dejé el muñeco a un lado y lo que saqué a continuación fueron unos zapatitos con un lazo blanco visible. Los miré por unos momentos, y luego sonreí, ese año fue el primero en el que recuerdo haberlo conocido.7 añosMe levanté emocionada de mi cama una vez con mi vestido puesto, y luego cambié mis zapatos con lazo azul por unos con lazo blanco, y luego de eso, bajé las escaleras hasta la sala donde estaba mi madre.- ¡Mami mami! - Mi madre volteó a mirarme con una gran sonrisa en su rostro al ver mi emoción por irme - ¿Nos vamos ahora?- Sí, cariño - Tomó mi mano, y luego caminó más hacia el parque.cerca de la casa.A unos metros de llegar al parque, solté la mano de mi madre para empezar a correr hacia los columpios.- ¡ten cuidado! - Escuché gritar a mi madre desde lejos a lo que me reí.- ¡Si mamá! - Le grité para que pudiera escucharme.Cuando llegué a los columpios, comencé a balancearme, sintiendo el impacto delaire en mi cara. Estaba tan sumido en mis pensamientos, hasta que una mariposa se detuvo frente a mí. Dejé de balancearme para seguir a la pequeña mariposa.Me volví para mirar por un segundo a mi mamá, que estaba hablando con otros.gente, así que decidí seguir el camino por donde me llevó la mariposa.Estuve a punto de atraparlo entre mis manos, pero no había notado el gran agujero que se encontraba a unos centímetros de distancia.- Oh, no.En el momento en que los noté, no había manera de que pudiera detenerme sin caer en dicho lugar. Cerré los ojos esperando el impacto de mi cuerpo en el agujero, pero en cambio, sentí unos brazos rodeando mi cuerpo y tirando de mí hacia ellos.
No me había dado cuenta de que tenía los ojos cerrados, hasta que comencé a abrirlos.poco a poco y encontré unos ojos marrones al mismo nivel que los míos mirándome fijamente.- Muchas gracias – dije avergonzado junto con una pequeña sonrisa, a la que él me devolvió la sonrisa.- Deberías tener más cuidado Melissa – Moví mi cabeza ligeramente hacia un lado.- ¿Sabes mi nombre? - Me sentí aún más avergonzado, por lo que mis mejillas comenzaron a tomar un ligero color rojizo. El chico se rió.- Por supuesto que sé tu nombre Melissa – Lentamente me bajó de sus brazos.- ¿Como sabes mi nombre? - mencioné una vez que mis pies tocaron el suelo.- Aquí, aquí está la mariposa - Miré su mano derecha donde estaba la pequeñaEl insecto se había detenido. Lo miré asombrado durante unos segundos y luego volvió a alzar el vuelo.- Que bonito – susurré viendo volar la mariposa.- Son criaturas magníficas Melissa – Me sonrió, y luego suspiró –Tienes que tener más cuidado pequeño – Asentí, por lo que sus rasgos se relajaron – Es hora de que me vaya.- Está bien - comencé a mirar mis zapatos, que se habían llenado de barro.Adiós luna – Se despidió de mí con una pequeña sonrisa en su rostro.Después de que se fue, decidí dar la vuelta e ir a dondemi madre estaba con sus amigas.- ¡Mami! - Le grité para llamar su atención, a lo que ella respondió con una gran sonrisa a cambio - Hice una nueva amiga.¿Oh sí? - Asentí - Bueno, ¿quién es tu nuevo amigo, amor?- Es muy alto y tiene ojos marrones - Me sonrió.- ¿Y cuál es su nombre? - Dejé de sonreír, no sabía su nombre.- No sé su nombre, mamá - Empezamos a caminar de regreso a mi casa - Pero es muy alto.
- Mi madre se rió.- Está bien Meli, no importa, vámonos a casa – Le sonreí asintiendo.Miré rápidamente al parque, esperando que estuviera donde habíamos hablado antes.PresenteSonreí recordando el viaje al parque. Dejé mis zapatos a un lado y encontré un cono de helado de papel gastado.10 añosMe miré al espejo, luego agarré mi chaqueta de lunares rosa y blanco y una vez que estuve lista, bajé a la cocina y encontré a mi madre cocinando.- Mamá - La llamé - ¿Puedo salir a comprar un helado? - Le sonreí.- Claro mi amor, pero estás teniendo mucho cuidado, ¿crees? - Asentí - ¿Quieres dinero? - Mis ojos brillaron ante su pregunta.- ¡Sí, por favor mami! - Me sonrió y sacó su billetera de su bolso, para poder darme un poco de dinero para mi helado.- No tardes más de media hora, ¿vale? - Le rodé los ojc - No me pongas los ojos en blanco Melissa, si no llegas antes no te dejaré salir sola.- ¿Sabes qué, mamá, nos vemos! - Le sonreí por última vez, para luego dirigirme a la puerta principal de mi casa y salir a la heladería.Sintiendo el impacto de una gota de agua en mi nariz, agarré el gorro de mi chaqueta y me lo puse encima de la cabeza.Ya viendo la heladería de lejos, decidí acelerar el paso y dirigirme allí lo más rápido posible. Una vez que estuve frente al imponente establecimiento, intenté de todo para acercarme al mango, pero mis manos no alcanzaban... Soy demasiado pequeño.Cuando estaba a punto de rendirme, la puerta se abrió de par en par. Miré hacia arriba para encontrarmela persona que abrió la puerta y encontró a un joven alto.- Pasa - Me sonrió, a lo que yo le devolví la sonrisa.- Muchas gracias y lo siento, soy un poco pequeño - Al entrar al establecimiento, el aire acondicionado me golpeó en la cara.- No tienes que disculparte - Se rió - Es normal - Me ardían las mejillas, por eso tenían el mismo color que mi chaqueta.
- Gracias - Comencé a caminar hacia la barra - Pero bueno, discúlpeme - Le sonreí, pero antes de que pudiera continuar mi camino, me agarró la mano sin ser nada brusco.- Te lo compro – Me sonrió y abrí la boca sorprendida.- ¿Ah, de verdad? No hace falta, ya me ayudaste mucho - Negó aún con la sonrisa en el rostro, restándole importancia mientras nos dirigíamos a la caja.- Buenos días señor - El chico que estaba trabajando en la caja registradora giró para mirarme - Señorita- Me guiñó un ojo y sonreí un poco nerviosa - ¿Qué vas a querer?Anthony, el llamado "box boy", ha sido nuestro vecino desde antes de que yo naciera. Él es 5 años mayor que yo, por lo que se catalogó como mi “hermano mayor”, algo que, por una razón u otra, no me deja del todo contento con ese término.Volteé para ver al chico que me iba a comprar mi helado y vi sus manos apretadas en un puño, así que decidí ignorarlo y pedir mi helado.- Hola Anthony – Le sonreí – Quiero uno de vainilla – Él asintió y luego miró al chico.- ¿Tú?- Nada, solo estaba acompañando a esta pequeña - Le dijo frío y Anthony solo asintió y luego fue a rellenar mi helado.Saqué el dinero que me había dado mi madre, pero el niño me detuvo.- Oye, le dije que lo pagué - Me sonrió y asentí.Vi a Anthony acercarse a mí con mi helado.- Toma, Meli - Dijo entregándomelo - ¿Cómo te gusta? Lo agarré y le sonreí.- Gracias - Le sonreí y luego volteé a mirar al chico - Gracias a ti también - Le hice una señal para que se acercara a mí y lo hizo - Realmente no era necesario - Le di un pequeño beso en la mejilla - Adiós.Me fui, no sin antes darle una última mirada al chico que se quedó allí pagando mi helado.PresenteMe reí de eso, ese día Anthony llegó del trabajo y me dijo que ese chico pagó el helado y se fue del establecimiento no sin antes verlo con una mirada furiosa.Al abrirlo encontré un pétalo de rosa marchito y con mi cursiva
De su puño y letra había una frase: "La separación de cualquier ámbito nos ofrece una nueva oportunidad en la vida".15 añosMe zarandeé al salir del restaurante. Una vez más Anthony me dejó plantado y después de cuarenta minutos esperándolo me envió un mensaje que decía“En este momento me encuentro en algunos asuntos difíciles, una disculpa de todo corazón Melish, espero que me perdones, mañana te paso a buscar y vamos a comer algo… te invito, te adoro. "Releí el mensaje nuevamente y grité de frustración, mientras lágrimas de enojo rodaban por mis mejillas. Ya sabía lo que significaba ese mensaje, lo tengo muy claro desde hace bastante tiempo.Todavía me gusta Anthony desde que tengo uso de razón. Hace dos años metí la pata y pensando que podría gustarle le conté mis sentimientos, a lo que respondió:"Bebé, tú tienes 13 años y yo 17, no podría salir con una chica aunque quisiera con todo mi corazón, simplemente no creo que funcione".Después de estar deprimida durante varias semanas en casa, me di cuenta de que noPensé (ni quería) perder la poca amistad que teníamos en ese momento, así que un día, con el corazón roto, decidí dejar mis sentimientos a un lado y comencé a convertirme poco a poco en su mejor amiga.Claramente nunca me gustó tener que fingir u ocultar mis sentimientos. En caminoDe regreso a mi casa, doblé una esquina y me detuve en seco.- M****a, me perdí.Empecé a caminar con los nervios a flor de piel. En esos momentos agarré el bolso pequeñoLo llevaba y lo acerqué a mi pecho para que de una forma u otra me sintiera segura.- ¿Pérdida? - Temblé cuando escuché una voz detrás de mí - Oye, cálmate - Su tono de voz cambió a uno más cauteloso.Volteé a mirarlo asustado, pero cuando noté los rasgos de su rostro mi cuerpo se calmó por completo. Me pareció tan familiar- Sí, nos conocemos - Se encogió de hombros - Desde hace bastante tiempo.
- ¿Lo siento? - Respondí nerviosamente, retrocediendo unos pasos - Será mejor que me vaya.- No iba a detenerte, pero - Señaló una calle que conocía muy bien - Tu casa está al otro lado.- Oh - Al darme cuenta que por los nervios estaba perdido, le sonreí - Muchas gracias.- Si quieres voy contigo, ya casi no hay luz del día - Negué, avergonzada y todavía un poco nerviosa - No quiero que te pase nada - Me dijo con la seriedad invadiendo su rostro.- Te prometo que no intentaré nada.- Está bien – Suspiré un poco más tranquila.Comenzamos a caminar y lo miré por el rabillo del ojo. Era alto y algo robusto; Su cabello era de un hermoso color castaño y sus ojos eran de un hermoso color miel.- ¿Te parecí interesante? - Sonrió de oreja a oreja, un poco travieso.- Un poco - Respondí sin pensar, y luego abrí mucho los ojos - Lo siento, no quería...- No te preocupes - Se rió restándole importancia a mi comentario, a lo que yo sonreí - ¿Qué hacías antes de perderte?- Digamos que acepté salir con un amigo pero al final no pudo - Hice una mueca mirando hacia abajo - Canceló en el último momento - Suspiré - Pero no importa, no vale la pena hablar de eso, yo Todavía tengo que conocer gente mejor - me encogí de hombros.¿Y crees que puede venir alguien mejor? - Me preguntó con la mirada fija en él.- Bueno, cuando era pequeña conocí a alguien que me salvó de caer en un hoyo - Me reí - Fue muy lindo - Sonrío - Aunque mi madre piensa que fue mi amigo imaginario - Le sonreí con tristeza.Espero que ese chico especial que viste hace años sea el amor de tu vida – fruncí el ceño.Nunca mencioné ningún tema de amor - Hemos llegado.- Oh – Me detuve frente a mi casa y lo miré – Muchas gracias por acompañarme.Él me sonrió y comenzó a acercarse lentamente a mi mejilla, dejando un pequeño beso en ese lugar al que cerré los ojos disfrutando de la conexión.Abrí mucho los ojos después de escucharlo decir eso. No era un amigo imaginario.
- ¡Hey, espera! - Le grité, pero ya estaba lejos de donde yo estaba.Me di por vencido y entré a mi casa con todos los sentimientos explotando en mimente.Saludé a mi madre y subí las escaleras hacia mi habitación. Tomé una hoja de papel junto con un lápiz y decidí escribir una frase que me vino a la mente: 'Una separación de cualquier área es una nueva oportunidad en la vida'. Cogí un pétalo de rosa del ramo que había en mi habitación y lo guardé allí.¿Cuándo te veré?Vuelvo a caminar por el comedor, siguiendo cada paso de mi madre para que de una forma u otra escuche mi pedido.- Por favor mamá - La mencioné nuevamente por cuarta vez - Es el inicio de la fiesta escolar - Ella no me respondió nada por unos breves segundos.- Ya te dije que no, Melissa – Me contestó de nuevo – No me fío para nada de ese tipo de fiestas, imagínate que te pueda pasar algo.- Mamá – Me detuve frente a ella – Voy a ir con Anthony, Rebeca y su hermana, no me va a pasar nada estando con ellos – Agarré sus manos entre las mías, que estaban en su regazo. Por favor dame permiso.- Melissa – Quitó sus manos de mi agarre y comenzó a limpiar elmesa, que estaba con los platos que habíamos usado para cenar.- Nancy - Le dije a mi madre por su nombre, mientras me cruzaba de brazos - Es mi fiesta de último año, los otros años me dejaste ir, ¿por qué no me dejas ir este año?- Sí - Él asintió - Cuando fui contigo tenías 15 y las madres podíamos ir a ver que no hicieran alguna estup
- ¿Ya viste esta noticia? - Yo negue.Me acerqué al lado de la cama donde Rebeca yacía boca arriba.viendo un video en su celular.- ¿Qué novedad? - pregunté una vez que estuve lo suficientemente cerca para ver quéella estaba viendo.- ¡Este! - Levantó la voz más de lo normal - Los conoces - Se giró para mirarme y susurró la siguiente palabra - Lobos - Volvió a mirar el video - Van a concretar un tratado con el gobierno.- ¿Y qué quieres tratar? - Agarré su mano donde tenía el celular para ponerlo en medio de nosotros y tener una mejor idea de qué se trataba."Estamos afuera de la embajada esperando la respuesta a la solicitud del jefe de todas y cada una de las manadas del país". El reportero se giró en el momento en que el presidente y el jefe de la manada abandonaron el edificio de la embajada, para luego correr hacia una valla que separaba a los reporteros de estos dos personajes "¡Señor presidente, tenemos algunas preguntas para usted!"Al igual que ella, todos los demás reporte
Empecé a reirme con mis amigos y los primos de Beca sobre temas de su Universidad, por lo que los minutos que estuvimos en el brunch fueron amenos y llenos de risas.-¿Ya están listas para irse a la Universidad? - Matt el mayor de los primos de Beca nos preguntó mientras se bebía su margarita.- La verdad sí, ya quiero entrar, pero aún no se a cuál voy a aplicar - Beca hizo una mueca y Anthony se rió.- Muy mal primita, te quedarás en casa mientras que tus amigos se van a la Uni - La susodicha le pegó en el torso - ¡Hey! calmada niña.- Tu empezaste tarado - Mi mejor amiga me volteo a ver y sonrió - Melissa está pensando aplicar para la Universidad de Notre Dame, así que yo también me iré a esa.- Uy, que mala suerte tienes Meli, soportar a Rebeca otros cuatro o cinco años - Matt me abrazó por los hombros confrontándome - Te deseo suerte.- Está bien - Me reí - Todo será más tranquilo si ella está conmigo. Ya no voy a sentir tan pesado el cambio - Me encogí de hombros y Rebeca me lanz
Tomé asiento entre mi madre y Rebeca, las cuales se encontraban dado la espalda de la casa. Frente mío se sentó Anthony y en la cabecera derecha de la mesa se encontraba la familia de Dominic sentados.- Se me hace una falta de respeto que no trajeran a la pequeña Sophia con ustedes - La mamá de Beca empezó a hablar dirigiéndose a los padres de Dominic.- Tenía que quedarse a tomar sus clases de francés, pero la traeremos pronto - Su mamá sonrió - Créanme que nos lloro para poder acompañar a su hermano.- Pobrecita - Una de sus primas habló haciendo un puchero - Nos toca visitarlos a ustedes tía.Claro que si, ustedes saben que nuestro hogar, también es el suyo - Ahora su padre fue el que habló - Podemos arreglar una reunión para dentro de dos meses y todos están invitados - Mi padre y el suyo se miraron y asintieron.Genial, otro viajecito a la reserva - Fruncí el ceño al escuchar a Anthony.En el país existen 52 reservas por cada estado.Cada una de ellas se encuentran a unos kilóme
La emoción embargó a Dominic en el momento en que sus ojos se encontraron con los de Melisa. Un torbellino de sentimientos contradictorios lo invadió: la alegría de volver a verla, la nostalgia de los recuerdos compartidos en la infancia, la esperanza de un futuro juntos y la incertidumbre de los desafíos que les esperaban en el camino. El latido acelerado de su corazón resonaba en sus oídos, recordándole la intensidad de sus emociones. En ese instante, el tiempo pareció detenerse mientras se sumergía en el abismo de sus pensamientos más profundos. La presencia de Melisa a su lado despertaba en él una calidez reconfortante, una sensación de plenitud que había anhelado durante tanto tiempo. Decidido a protegerla, a amarla y a luchar por su felicidad en el complejo mundo de los lobos , Dominic se sentía fortalecido por la determinación que ardía en su interior. Había encontrado en Melisa no solo a su compañera destinada, sino también a la razón de su existencia, a la llama que iluminaba
Mientras caminaba por los pasillos de la escuela, el eco de la música del baile con Dominic aún resonaba en mi mente, llenando mi corazón de emociones encontradas. El bullicio de los estudiantes, las risas y las conversaciones, todo parecía distante mientras mis pensamientos seguían anclados en el recuerdo de su mirada intensa y su presencia reconfortante. En clase, las palabras del profesor se desvanecían en el aire mientras me sumergía en un mar de reflexiones sobre mi conexión con Dominic. Cada mirada furtiva hacia la ventana se convertía en un suspiro contenido, en un anhelo silencioso de volver a estar cerca de él, de sentir su calor y su presencia a mi lado. En el descanso entre clases, saqué mi diario y comencé a escribir, dejando que las palabras fluyeran libremente, plasmando en papel mis pensamientos más profundos y mis emociones más íntimas sobre Dominic y nuestro vínculo especial. Cada palabra escrita era un tributo a nuestro amor, un recordatorio de la conexión única que
Rebeca reflexionó sobre la reciente conversación con Melisa y las palabras que resonaban en su mente. Se detuvo un momento, observando sus apuntes dispersos y la falta de progreso en sus tareas escolares. La imagen de la frustración en el rostro de Melisa durante su última sesión de estudio juntas la impactó profundamente. Con un suspiro, Rebeca se dio cuenta de la importancia de concentrarse y respetar el tiempo de estudio compartido con Melisa. Reconoció que su falta de enfoque no solo afectaba su propio rendimiento académico, sino también el de su amiga y la dinámica de su amistad. Decidida a cambiar su actitud y comprometida a mejorar, Rebeca se dispuso a organizar su entorno de estudio, eliminar distracciones y dedicar tiempo de calidad a sus asignaciones escolares. Se propuso ser más consciente de la importancia de mantenerse enfocada y comprometida durante el estudio, no solo por su propio beneficio, sino también por el bienestar de su amistad con Melisa. Con determinación y u
Melisa se sintió envuelta en la mirada de Dominic y se perdió en sus ojos. "Quiero saber más", le dijo, su voz apenas un susurro. Dominic sonrió y la acercó más a él. "Yo también", respondió. "Pero creo que debemos tomar las cosas con calma. No quiero presionarte". Melisa asintió, aunque sentía una impaciencia creciente. Quería descubrir el secreto detrás de la conexión que sentían. Mientras se abrazaban, Melisa notó que la sensación de calma y tranquilidad se intensificaba. Era como si su cuerpo estuviera respondiendo a la presencia de Dominic de una manera profunda y primordial. De repente, Dominic se apartó y la miró con una expresión seria. "Melisa, tengo que decirte algo", le dijo. "Algo que puede cambiar todo entre nosotros". Melisa se sintió un poco nerviosa. "¿Qué es?" preguntó. Dominic tomó una profunda respiración antes de responder. "Soy diferente a los demás", le dijo. "Tengo un secreto que he mantenido oculto durante mucho tiempo". Melisa se sintió intrigada. "¿Qué