Mientras caminaba por los pasillos de la escuela, el eco de la música del baile con Dominic aún resonaba en mi mente, llenando mi corazón de emociones encontradas. El bullicio de los estudiantes, las risas y las conversaciones, todo parecía distante mientras mis pensamientos seguían anclados en el recuerdo de su mirada intensa y su presencia reconfortante. En clase, las palabras del profesor se desvanecían en el aire mientras me sumergía en un mar de reflexiones sobre mi conexión con Dominic. Cada mirada furtiva hacia la ventana se convertía en un suspiro contenido, en un anhelo silencioso de volver a estar cerca de él, de sentir su calor y su presencia a mi lado. En el descanso entre clases, saqué mi diario y comencé a escribir, dejando que las palabras fluyeran libremente, plasmando en papel mis pensamientos más profundos y mis emociones más íntimas sobre Dominic y nuestro vínculo especial. Cada palabra escrita era un tributo a nuestro amor, un recordatorio de la conexión única que
Rebeca reflexionó sobre la reciente conversación con Melisa y las palabras que resonaban en su mente. Se detuvo un momento, observando sus apuntes dispersos y la falta de progreso en sus tareas escolares. La imagen de la frustración en el rostro de Melisa durante su última sesión de estudio juntas la impactó profundamente. Con un suspiro, Rebeca se dio cuenta de la importancia de concentrarse y respetar el tiempo de estudio compartido con Melisa. Reconoció que su falta de enfoque no solo afectaba su propio rendimiento académico, sino también el de su amiga y la dinámica de su amistad. Decidida a cambiar su actitud y comprometida a mejorar, Rebeca se dispuso a organizar su entorno de estudio, eliminar distracciones y dedicar tiempo de calidad a sus asignaciones escolares. Se propuso ser más consciente de la importancia de mantenerse enfocada y comprometida durante el estudio, no solo por su propio beneficio, sino también por el bienestar de su amistad con Melisa. Con determinación y u
Melisa se sintió envuelta en la mirada de Dominic y se perdió en sus ojos. "Quiero saber más", le dijo, su voz apenas un susurro. Dominic sonrió y la acercó más a él. "Yo también", respondió. "Pero creo que debemos tomar las cosas con calma. No quiero presionarte". Melisa asintió, aunque sentía una impaciencia creciente. Quería descubrir el secreto detrás de la conexión que sentían. Mientras se abrazaban, Melisa notó que la sensación de calma y tranquilidad se intensificaba. Era como si su cuerpo estuviera respondiendo a la presencia de Dominic de una manera profunda y primordial. De repente, Dominic se apartó y la miró con una expresión seria. "Melisa, tengo que decirte algo", le dijo. "Algo que puede cambiar todo entre nosotros". Melisa se sintió un poco nerviosa. "¿Qué es?" preguntó. Dominic tomó una profunda respiración antes de responder. "Soy diferente a los demás", le dijo. "Tengo un secreto que he mantenido oculto durante mucho tiempo". Melisa se sintió intrigada. "¿Qué
Melisa se sonrió y se sintió un poco más cerca de Dominic. "Gracias", le dijo de nuevo. "Eso significa mucho para mí". Dominic se quedó mirándola por un momento, y luego se dio la vuelta y se fue. Melisa se quedó allí parada, sintiendo una mezcla de emociones. No sabía qué estaba pasando entre ella y Dominic, pero sabía que sentía algo especial por él. Y parecía que él también sentía algo por ella. Melisa se sacudió la cabeza y se dirigió a su casillero para recoger sus cosas. Tenía que dejar de pensar en Dominic y concentrarse en su objetivo: obtener la beca y estudiar en la universidad de sus sueños. Pero no podía evitar sentir una sonrisa en su rostro cada vez que pensaba en Dominic. ¿Qué estaba pasando entre ellos? ¿Y qué pasaría después? Melisa llegó a casa y se sentó en la mesa de la cocina con su mamá. "¿Cómo te fue hoy?" le preguntó su mamá. Melisa se encogió de hombros. "Bien", le respondió. "He estado investigando sobre la beca y la universidad". Su mamá asintió. "Eso
Melisa y Anthony paseaban por el parque, disfrutando del fresco aire de noche. Se reían y hablaban, disfrutando de la compañía mutua. De repente, Dominic apareció en el sendero frente a ellos. Se detuvo en seco, mirando a Melisa y Anthony con una expresión de sorpresa y desilusión. Melisa se dio cuenta de que Dominic los había visto y se sintió incómoda. "Dominic", dijo, intentando sonar natural. "¿Qué tal?" Dominic no respondió. Solo se quedó mirando a Melisa y Anthony, su expresión cada vez más oscura. Anthony se dio cuenta de la tensión y se acercó a Melisa. "¿Todo bien?" le preguntó en voz baja. Melisa asintió, intentando calmar la situación. "Sí, todo bien". Pero Dominic ya se había dado la vuelta y se alejaba, sin decir una palabra. Melisa se sintió confundida y triste. "Lo siento", le dijo a Anthony. "No sé qué le pasa a Dominic". Anthony la miró con comprensión. "No te preocupes, Melisa. Estoy aquí para ti". Melisa y Anthony continuaron paseando, pero el ambiente hab
"Es cierto. Pero también es nuestro primo. Deberíamos apoyarlo, no juzgarlo". Anthony sonríe. "Tienes razón, Rebeca. Como siempre". Rebeca sonríe también. "Gracias, Anthony. Pero en serio, debemos hablar con él. Averiguar qué está pasando y cómo podemos ayudarlo". Anthony asiente. "Sí, tienes razón. Vamos a hablar con él". Rebeca se pregunta en voz alta: "¿Por qué Dominic es un hombre lobo y nosotros no? ¿Hay algo en nuestra familia que lo explique?" Anthony se encoge de hombros. "No lo sé, pero debemos investigar. Quizás haya algo en nuestra historia familiar que lo explique". Rebeca asiente. "Sí, debemos hablar con nuestros padres y abuelos. Ver si saben algo al respecto". Anthony se levanta. "Voy a hablar con mi padre ahora mismo. A ver si sabe algo". Rebeca se levanta también. "Yo hablaré con mi madre. A ver si recuerda algo". Después de hablar con sus padres, Anthony y Rebeca se reúnen de nuevo. Anthony frunce el ceño. "Mi padre no sabe nada. Dice que nunca ha oído habl
Melisa se siente devastada, no sabe qué hacer. Se aleja de Anthony y se acerca a Dominic, intentando explicar. "Dominic, lo siento. No quería lastimarte", dice Melisa, con lágrimas en los ojos. Dominic la mira, con una mezcla de tristeza y rabia. "Melisa, te di todo. Te di mi corazón, mi amor, mi confianza. Y tú me lo pagas así". Melisa se siente desesperada, intentando arreglar las cosas. "Dominic, por favor, escúchame. Te amo, pero...". Dominic la interrumpe, su voz firme. "No, Melisa. No quiero escucharlo. Me merezco algo mejor que una mentira". Y con eso, Dominic se da la vuelta y se va, dejando a Melisa sola y desconsolada. Melisa se siente como si hubiera perdido todo. Se da la vuelta y ve a Anthony parado allí, mirándola con compasión. "Melisa, lo siento", dice Anthony. "Pero estoy aquí para ti. Siempre". Melisa se siente atraída hacia Anthony, pero también se siente culpable por lastimar a Dominic. ¿Qué hará ahora? ¿Podrá encontrar la felicidad con Anthony o su corazón
Dominic lleva a Kaida, la loba omega, a su casa para presentarla a sus padres. Está un poco nervioso, ya que no sabe cómo reaccionarán al saber que su novia es una loba. Al entrar en la casa, los padres de Dominic los reciben con una cálida sonrisa. Mamá de Dominic: (sonriendo) ¡Hola, Kaida! Es un placer conocerte. Papá de Dominic: (sonriendo) Sí, bienvenida a nuestra casa. Kaida: (sonriendo) Gracias, es un placer estar aquí. Dominic: (nervioso) Mamá, Papá, tengo algo que decirles. Kaida es... (pausa) una loba omega. Mamá de Dominic: (sorprendida) ¡Oh! ¡No sabíamos eso! Papá de Dominic: (curioso) ¡Ajá! ¡Bueno, eso es interesante! Kaida: (nerviosa) Lo siento, no quería ocultarlo. Soy una loba omega, pero eso no cambia quién soy como persona. Mamá de Dominic: (sonriendo) ¡Claro que no, Kaida! Eres bienvenida aquí, sin importar lo que seas. Papá de Dominic: (sonriendo) Sí, estamos felices de tenerte aquí. Los padres de Dominic abrazan a Kaida, dándole la bienvenida a la famili