Completamente descolocada Fanny se levanta de su asiento, se sirve un trago doble que bebe de un tirón, arruga la cara por lo amargo del limón y me mira como si hubiese enloquecido, mientras que yo, me encojo de hombros.
— ¡Ya va, ya va! A ver si entendí, ¿Tú me estás diciendo que tu primera vez la tuviste aquella noche con ese pesado?
— Si, buen no… es que no fue exactamente así.
— Explícame bien Jenny, que estoy brutica, no entiendo nada.
Necesité un trago doble, para terminar con la explicación; a medida que avanzaba en mi relato, un nudo crecía en mi garganta. Son demasiados los sentimientos que intentaba reprimir. Por más que sea, no es fácil recordar tanto lo bueno como lo malo que viví con él.
— Entonces, te enredaste en el jueguito con el profesor y saliste quemada… Es que yo sabía
Narrador Omnisciente:La alegre sonrisa que estaba dibujada en el rostro de Adrián, lentamente se fue esfumando, sin duda, no espera ver llegar a su novia acompañada de alguien más, mucho menos de Fanny, la amiga metiche con la que previamente había tenido un mal momento.— ¿Pasa algo bello? — Pregunto Jenny curiosa.Para ella, no era evidente el desagrado que iba creciendo en Adrián, puesto que el joven aspirante a abogado, sabía disimularlo muy bien a partir de su encanto. Sin embargo, para Fanny fue más que obvio.— ¡Vaya! Parece que te eché a perder la fiesta —Expresó Fanny, con la simpatía que la caracteriza, esa que es capaz de cortar un árbol solo con la mirada. Sonriendo hipócritamente lo observaba de arriba abajo, analizando sus reacciones, ya que, desde el día que se atrevió a gritarle, e
JennyEl recibimiento de la madre de Adrián, me había dejado helada, en especial porque note cierto desagrado hacia Fanny quien no dejaba de mirarme con los ojos picudos.— Por favor, sigamos a la mesa. Hay tanto de lo que debemos conversar — Dice el señor Malavé, tomando a su esposa de la cintura.Adrián hizo lo mismo conmigo, no desperdiciaba oportunidad para abrazarme o pegarse a mi como sanguijuela y aunque al principio no le prestaba atención, empieza a incomodarme, mucho más después de la actitud que tomó su madre en contra de Fanny.— Jenny, cariño ¿Me acompañas un momento al baño? — Fanny se acerca a mí gesticulando con los ojos y sutilmente me separa del regazo de Adrián, gesto que al parecer no le gustó en absoluto a sus padres.— ¡Claro amiga!, Disculpen ¿Nos pueden de
Atónita voltee a ver a Fanny, haciendo un enorme esfuerzo por controlar las ganas de hacer un escándalo. Respiré profundo y sonreí, aunque por dentro quería matar a Adrián.— Bueno, todavía no es seguro…— Pero linda, es muy importante que vayas con nosotros, sería un enorme desaire de tu parte — Señala su madre, acomodándose en su asiento.— Entiendo… (Me levanto de la mesa), les pido disculpas, pero es hora que nosotras nos retiremos, como sabrán, mañana es día de clases y debemos madrugar… muchas gracias por todo, fue un gusto ¡Fanny vámonos!Los padres de Adrián se quedaron pasmados por mi reacción, pero a decir verdad, poco me importaba, lo único que quería hacer era salir de ese asfixiante lugar.— ¡Bueno señores! Aunque no me esperaban, fue un gusto
Leonel: A mis espaldas puedo escuchar las voces angustiadas de las muchachas, pero, no puedo controlarme, la sangre se me subió a la cabeza y lo único que quiero hacer es poner en su lugar de una vez por todas a ese imbécil.— ¡Por favor, ya! No vayan a cometer una estupidez — Grita Jenny desesperada.Me sujeta de por la espalda y puedo sentir su calor nuevamente junto con el dulce aroma de su perfume que, aun en estas circunstancias, es maravilloso. En ese momento, me percato que está en compañía de una de sus amigas, quien intenta controlar a Adrián.— ¡Suéltame estúpida o no respondo!— Te atreves a ponerle un solo dedo encima a la señorita y no tendré piedad contigo.— ¿Me estas amenazando profesor de quinta? ¡Ven, anda! Aquí te espero.El escándalo empez&oa
Jenny: — Linda, linda, despierta —Entre sueños escucho lejana la voz de Fanny, que trata de despertarme delicadamente, moviéndome con su mano. Con desgano, abro los ojos y automáticamente son azotados por la punzante luz del día, que se clava como cuchillos en mis retinas; como reflejo los aprieto y tapo mi cara con la almohada, emitiendo quejidos en forma de murmullos.— Vamos corazón, levántate, tenemos que ir a clases.Con suavidad me golpea el hombro, consiguiendo que descubra mi rostro, por lo que de inmediato puedo percibir el delicado aroma del café recién hecho, además de oír el ruido de la radio. Sin más remedio, me incorporo sobre la cama, pero, al cambiar de posición me golpea un palpitante dolor de cabeza, sin mencionar que tanto mi boca como mi garganta están secas.— ¿Qué hora es?
Jenny: — Mejor terminemos de arreglarnos, que no vamos a llegar a tiempo.Una dulce sonrisa se dibuja en su rostro, como símbolo de haber entendido mi negativa a hablar sobre el tema. Honestamente, en el fondo quisiera aceptar su consejo, hablar con Leo, aclarar todas las cosas y pensar que lo nuestro tiene algún tipo de futuro, pero, lo cierto es que no soy capaz. Son tantas las decepciones, que me es imposible creer en cualquier cosa que salga de su boca, pues, está claro que lo dice no tiene nada que ver con lo que hace.Luego de nuestra conversación, salimos con bastante atraso para la universidad, afortunadamente el clima estaba despejado y el tiempo de lluvia se había disipado. Como aun no me sentía en condiciones, le pedí de favor a Fanny que manejara, aun me asedian las imágenes del casi accidente de anoche. Íbamos bastante calladas, solo se oía de fondo l
Jenny:— Caramba amigo, desafortunadamente tendré que negarme en esta oportunidad. Ya tengo un compromiso.— ¡Hombre que pena! Entonces, te llamaré para vernos otro día — Dice ante la negativa de Leonel. Si bien se nota decepcionado, emplea un tono amable y comprensivo, que acompaña de una palmada en la espalda.De inmediato, llamó mi atención un ligero gesto de dolor en el rostro de Leonel, que tampoco pasó desapercibido por el doctor Guzmán.— ¿Estas bien hombre? — Dice preocupado.— Si tranquilo, solo que ayer tuve un pequeño incidente doméstico, nada grave.— ¡Qué pena profesor! Debe tener más cuidado con sus incidentes — Salta al paso Adrián, supongo que en un afán por figurar en la conversación.— ¡Así lo haré bachiller, no se preocup
Leonel:— ¡Por fin en casa! —Cuidadosamente intento caminar entre los muebles de la sala hasta mi habitación, como puedo me siento en la cama, pero es insoportable el dolor siento, el solo rose de la tela me está enloqueciendo desde la mañana, durante todo el día he mantenido mi cuerpo rígido, disimulando que a duras penas puedo mantenerme en pie.Apoyo mi mano sobre el abdomen, mientras me impulso con el otro brazo para levantarme — ¡Ya no aguanto esto! — Me arranco la camisa, sin importarme que los botones salgan disparados en todas direcciones, rebotando sobre la madera del suelo, resonando en el interior de mi cabeza, como un símbolo de tortura.Al ver mi reflejo en el espejo, desesperanzado trato de suspirar, sin embargo, resulta un verdadero flagelo, pues, casi puedo sentir como crujen mis costillas con tan solo coger una bocanada de aire — ¡M