Leonel:
A mis espaldas puedo escuchar las voces angustiadas de las muchachas, pero, no puedo controlarme, la sangre se me subió a la cabeza y lo único que quiero hacer es poner en su lugar de una vez por todas a ese imbécil.
— ¡Por favor, ya! No vayan a cometer una estupidez — Grita Jenny desesperada.
Me sujeta de por la espalda y puedo sentir su calor nuevamente junto con el dulce aroma de su perfume que, aun en estas circunstancias, es maravilloso. En ese momento, me percato que está en compañía de una de sus amigas, quien intenta controlar a Adrián.
— ¡Suéltame estúpida o no respondo!
— Te atreves a ponerle un solo dedo encima a la señorita y no tendré piedad contigo.
— ¿Me estas amenazando profesor de quinta? ¡Ven, anda! Aquí te espero.
El escándalo empez&oa
Jenny: — Linda, linda, despierta —Entre sueños escucho lejana la voz de Fanny, que trata de despertarme delicadamente, moviéndome con su mano. Con desgano, abro los ojos y automáticamente son azotados por la punzante luz del día, que se clava como cuchillos en mis retinas; como reflejo los aprieto y tapo mi cara con la almohada, emitiendo quejidos en forma de murmullos.— Vamos corazón, levántate, tenemos que ir a clases.Con suavidad me golpea el hombro, consiguiendo que descubra mi rostro, por lo que de inmediato puedo percibir el delicado aroma del café recién hecho, además de oír el ruido de la radio. Sin más remedio, me incorporo sobre la cama, pero, al cambiar de posición me golpea un palpitante dolor de cabeza, sin mencionar que tanto mi boca como mi garganta están secas.— ¿Qué hora es?
Jenny: — Mejor terminemos de arreglarnos, que no vamos a llegar a tiempo.Una dulce sonrisa se dibuja en su rostro, como símbolo de haber entendido mi negativa a hablar sobre el tema. Honestamente, en el fondo quisiera aceptar su consejo, hablar con Leo, aclarar todas las cosas y pensar que lo nuestro tiene algún tipo de futuro, pero, lo cierto es que no soy capaz. Son tantas las decepciones, que me es imposible creer en cualquier cosa que salga de su boca, pues, está claro que lo dice no tiene nada que ver con lo que hace.Luego de nuestra conversación, salimos con bastante atraso para la universidad, afortunadamente el clima estaba despejado y el tiempo de lluvia se había disipado. Como aun no me sentía en condiciones, le pedí de favor a Fanny que manejara, aun me asedian las imágenes del casi accidente de anoche. Íbamos bastante calladas, solo se oía de fondo l
Jenny:— Caramba amigo, desafortunadamente tendré que negarme en esta oportunidad. Ya tengo un compromiso.— ¡Hombre que pena! Entonces, te llamaré para vernos otro día — Dice ante la negativa de Leonel. Si bien se nota decepcionado, emplea un tono amable y comprensivo, que acompaña de una palmada en la espalda.De inmediato, llamó mi atención un ligero gesto de dolor en el rostro de Leonel, que tampoco pasó desapercibido por el doctor Guzmán.— ¿Estas bien hombre? — Dice preocupado.— Si tranquilo, solo que ayer tuve un pequeño incidente doméstico, nada grave.— ¡Qué pena profesor! Debe tener más cuidado con sus incidentes — Salta al paso Adrián, supongo que en un afán por figurar en la conversación.— ¡Así lo haré bachiller, no se preocup
Leonel:— ¡Por fin en casa! —Cuidadosamente intento caminar entre los muebles de la sala hasta mi habitación, como puedo me siento en la cama, pero es insoportable el dolor siento, el solo rose de la tela me está enloqueciendo desde la mañana, durante todo el día he mantenido mi cuerpo rígido, disimulando que a duras penas puedo mantenerme en pie.Apoyo mi mano sobre el abdomen, mientras me impulso con el otro brazo para levantarme — ¡Ya no aguanto esto! — Me arranco la camisa, sin importarme que los botones salgan disparados en todas direcciones, rebotando sobre la madera del suelo, resonando en el interior de mi cabeza, como un símbolo de tortura.Al ver mi reflejo en el espejo, desesperanzado trato de suspirar, sin embargo, resulta un verdadero flagelo, pues, casi puedo sentir como crujen mis costillas con tan solo coger una bocanada de aire — ¡M
Leonel:El sonido de la puerta principal me saca de mis pensamientos, como reflejo intento levantarme de golpe, sin embargo, el punzante dolor de mis costillas me detiene en seco. Hiperventilando vuelvo a sentarme en la orilla de la cama, me sostengo el torso como si eso fuera aliviarme, aunque lo cierto es que no sirve de nada.— ¡Leeo, Leeo! ¿Dónde estás? — Escucho a Amalia a lo lejos, antes de desplomarme por completo sobre la cama.No pierdo el conocimiento, por el contrario escucho claramente el taconeo de mi hermanastra por el pasillo que da a mi habitación, simplemente mi cuerpo ha empezado a pasarme factura por no haber guardado el reposo que tanto insistieron los médicos que debía cumplir.— ¡Leeeeo! (Grito desgarrador) Leonel, háblame, por favor responde.La voz de Amalia se quebraba en pedazos de la impresión de verme tendido en ese est
Narrador Omnisciente:Con el rostro lleno de lágrimas y el corazón destrozado, Amalia salió del departamento de Leonel, antes de tomar el elevador del interior de su bolso sacó un pañuelo rosado, que tenía bordadas sus iniciales, sin embargo, fue un detonante para su nostalgia.— Es injusto, nadie lo va a amar como yo lo amo ¿Por qué no me deja amarlo? ¿Por qué? — apretando los ojos, se recostó del marco del ascensor, oprimiendo el botón de bajada.Haberlo escuchado reconocer su amor por otra mujer, fue un golpe mortal para ella, quien desde los dieciocho años ha estado perdidamente enamorada de él, conservando la esperanza de un día ser correspondida.— Que ni piense que voy a darme por vencida — Exclamo, limpiando su rostro frente al espejo, en un intento de disimular lo rojizo de sus ojos…Fue e
Jenny:— ¿Por qué Leonel se habrá ido así? —En mi memoria se proyectan una y otra vez, las extrañas imágenes de su comportamiento antes de irse, sin embargo, pese a mi preocupación hago un gran esfuerzo por no darle importancia.— Sea lo que sea, que le pase, es problema de su noviecita, no mío — Exhalo con fuerza, detallando lo arrugado de mi frente, en el espejo retrovisor, dejo salir el aire de mis pulmones en un enorme suspiro.Se supone que debería estar brincando de emoción, por haber obtenido esa pasantía, sin mencionar el hecho de haber conocido a mi ídolo, que además me reconoció como una excelente alumna. En cualquier otro momento, no cabría en mí del orgullo, es más lo estaría presumiendo ante mis amigas, pero— ¿Ahora si me dirás como te fue hoy? &mdas
Jenny: — ¡Por Dios Jennifer! — Exclamó a casi a punto de perder la paciencia.— ¿Por Dios qué? Es la verdad ¿O no? —— ¡Por supuesto que no!... si está bien, o sea hiciste mal en querer utilizarlo para darle celos a Leonel, fino allí estamos de acuerdo. Pero esa no esa razón para que lo estés viendo como una víctima, ¡Por Dios, piénsalo! Te ha presionado en cada oportunidad que ha tenido, ¿A caso se te olvidó el Show en la universidad? (El tono de su voz iba en aumento), sin ir muy lejos, ¿Se te olvidó como te trató anoche cuando no hiciste lo que quiso?, tu despecho no te deja ver las cosas con claridad y vas a terminar muy mal.Estaba tensa, con las manos en la cintura, caminando de una lado a otro, bastante alterada, me miraba como si quisiera caerme a cachetadas — Creo qu