Leonel:
— ¡Por fin en casa! —
Cuidadosamente intento caminar entre los muebles de la sala hasta mi habitación, como puedo me siento en la cama, pero es insoportable el dolor siento, el solo rose de la tela me está enloqueciendo desde la mañana, durante todo el día he mantenido mi cuerpo rígido, disimulando que a duras penas puedo mantenerme en pie.
Apoyo mi mano sobre el abdomen, mientras me impulso con el otro brazo para levantarme — ¡Ya no aguanto esto! — Me arranco la camisa, sin importarme que los botones salgan disparados en todas direcciones, rebotando sobre la madera del suelo, resonando en el interior de mi cabeza, como un símbolo de tortura.
Al ver mi reflejo en el espejo, desesperanzado trato de suspirar, sin embargo, resulta un verdadero flagelo, pues, casi puedo sentir como crujen mis costillas con tan solo coger una bocanada de aire — ¡M
Leonel:El sonido de la puerta principal me saca de mis pensamientos, como reflejo intento levantarme de golpe, sin embargo, el punzante dolor de mis costillas me detiene en seco. Hiperventilando vuelvo a sentarme en la orilla de la cama, me sostengo el torso como si eso fuera aliviarme, aunque lo cierto es que no sirve de nada.— ¡Leeo, Leeo! ¿Dónde estás? — Escucho a Amalia a lo lejos, antes de desplomarme por completo sobre la cama.No pierdo el conocimiento, por el contrario escucho claramente el taconeo de mi hermanastra por el pasillo que da a mi habitación, simplemente mi cuerpo ha empezado a pasarme factura por no haber guardado el reposo que tanto insistieron los médicos que debía cumplir.— ¡Leeeeo! (Grito desgarrador) Leonel, háblame, por favor responde.La voz de Amalia se quebraba en pedazos de la impresión de verme tendido en ese est
Narrador Omnisciente:Con el rostro lleno de lágrimas y el corazón destrozado, Amalia salió del departamento de Leonel, antes de tomar el elevador del interior de su bolso sacó un pañuelo rosado, que tenía bordadas sus iniciales, sin embargo, fue un detonante para su nostalgia.— Es injusto, nadie lo va a amar como yo lo amo ¿Por qué no me deja amarlo? ¿Por qué? — apretando los ojos, se recostó del marco del ascensor, oprimiendo el botón de bajada.Haberlo escuchado reconocer su amor por otra mujer, fue un golpe mortal para ella, quien desde los dieciocho años ha estado perdidamente enamorada de él, conservando la esperanza de un día ser correspondida.— Que ni piense que voy a darme por vencida — Exclamo, limpiando su rostro frente al espejo, en un intento de disimular lo rojizo de sus ojos…Fue e
Jenny:— ¿Por qué Leonel se habrá ido así? —En mi memoria se proyectan una y otra vez, las extrañas imágenes de su comportamiento antes de irse, sin embargo, pese a mi preocupación hago un gran esfuerzo por no darle importancia.— Sea lo que sea, que le pase, es problema de su noviecita, no mío — Exhalo con fuerza, detallando lo arrugado de mi frente, en el espejo retrovisor, dejo salir el aire de mis pulmones en un enorme suspiro.Se supone que debería estar brincando de emoción, por haber obtenido esa pasantía, sin mencionar el hecho de haber conocido a mi ídolo, que además me reconoció como una excelente alumna. En cualquier otro momento, no cabría en mí del orgullo, es más lo estaría presumiendo ante mis amigas, pero— ¿Ahora si me dirás como te fue hoy? &mdas
Jenny: — ¡Por Dios Jennifer! — Exclamó a casi a punto de perder la paciencia.— ¿Por Dios qué? Es la verdad ¿O no? —— ¡Por supuesto que no!... si está bien, o sea hiciste mal en querer utilizarlo para darle celos a Leonel, fino allí estamos de acuerdo. Pero esa no esa razón para que lo estés viendo como una víctima, ¡Por Dios, piénsalo! Te ha presionado en cada oportunidad que ha tenido, ¿A caso se te olvidó el Show en la universidad? (El tono de su voz iba en aumento), sin ir muy lejos, ¿Se te olvidó como te trató anoche cuando no hiciste lo que quiso?, tu despecho no te deja ver las cosas con claridad y vas a terminar muy mal.Estaba tensa, con las manos en la cintura, caminando de una lado a otro, bastante alterada, me miraba como si quisiera caerme a cachetadas — Creo qu
Narrador Omnisciente:Mientras era arrastrada por la madre de Adrián como una muñeca de trapo, Jenny se dio cuenta que de ninguna manera seguir así, dejándose arrastrar por las decisiones de otros, cuando obviamente no estaba cómoda con ninguna de ellas.— Un momento, por favor, me permite — Deteniéndose en seco, agita su brazo para liberarse del agarre de la odiosa mujer, quien non tardó mucho en poner cara de ofendida.— Pero querida ¿Ocurre algo malo? — A kilómetros podía percibirse el sarcasmo en su tono.— Sabe que sí, me va a disculpar pero necesito hablar un par de cosita con su hijo, así que con su permiso; me retiro.Dejándola boquiabierta, ante las miradas de algunos espectadores Jennifer se dio media vuelta, caminando de regreso al lugar en donde con cara de asombro y el ceño fruncido, estaba pa
Jenny: — Esto tenemos que celebrarlo — Emocionada, Fanny se levanta y sale de la habitación dejándome intrigada, aunque conociéndola seguro fue a la despensa a buscar alguna botella de su reserva.Definitivamente, la paz que siento en este momento no tiene comparación alguna, por fin desde hace días, mi mente está en calma, aunque mi corazón este afligido. Por lo que puedo ver, atravieso las etapas de duelo, en este caso uno producido por el desamor.— ¡Volví! Mira lo que conseguí… (Entre sus brazos trae varios paquetes). Hay papas, platanitos y todo tipo de saladitos, traje una botellita ron de las de mi mamá, soda y hielo.— Vaya, tienes de todo en esa despensa — Destapamos las papas y el crujir al comerlas retumbaba en el silencio.— Cariño, si algo yo tengo muy claro, es que siempre hay que estar
Jenny: — ¡Vamos hombre! Entra de una vez, que tenemos mucho para ponernos al día.Con el corazón a mil revoluciones por minuto, me acomodo en el asiento, tratando fallidamente de disimular “mi incomodidad” por su presencia. El aroma de su perfume me enloquece, me transporta a esos momentos de intimidad donde piel con piel, me hacia el amor llenándome de placer, definitivamente mi cuerpo esta desconectado de mi mente.Obedeciendo al doctor Guzmán, se sentó en el sofá contiguo al mío, con esa personalidad fría que lo caracteriza, pero que irónicamente me hace arder por él. Involuntariamente me saboreo al saberlo tan cerca, al mismo tiempo que me duelo sentirlo tan lejano, pues, en ningún momento a volteado a mirarme.— No existo para él.El doctor Guzmán, se cruza de piernas en su asiento, adoptando una posici&oac
Leonel: Su dulce aroma me tiene enloquecido desde que llegué. Me es tan difícil hacerme el indiferente teniéndola tan cerca, que con solo estirar la mano podría tocarla. Estoy maravillado con lo bella que se ve, esa ropa ejecutiva le queda de infarto, más que sobriedad, complementa su sensualidad. Es que esa es Jenny, una combinación ardiente entre belleza e inteligencia, que me tiene trastornado.Tan pronto como Edén nos deja a solas, trato de evitar que se me noten las ganas de arrancarle la ropa, en especial, por la forma tímida y tierna en la que se quedó parada a un lado de la puerta, con la mirada gacha y acariciando su brazo izquierdo, en señal de nerviosismo.— ¡Dios mío! Que ganas de comérmela completa — pienso, intentando mantener la compostura.Internamente maldigo mil veces al miserable de Adrián, por obligarme a