Capítulo 43

(Isabella se levanta temprano y sale de su cuarto con paso tranquilo, aunque su rostro refleja el cansancio de una noche intranquila. La nana está en la cocina, terminando de servir el desayuno en la mesa).

—Buenos días, niña Isabella. ¿Cómo amaneció?

—Buenos días, nana. —Isabella suspira, acomodándose en la silla—. Dormí poco, pero aquí estoy.

(La nana le sirve una taza de té y coloca un plato con tostadas y frutas frente a ella).

—Se le nota en los ojos, niña. ¿Estuvo trabajando hasta tarde?

(Isabella niega suavemente con la cabeza mientras toma la taza entre sus manos).

—No, solo... me quedé pensando.

(La nana se sienta a su lado, observándola con atención).

—¿Pensando en el joven Leonardo, tal vez?

(Isabella se sorprende por la pregunta directa y desvía la mirada).

—Nana, no quiero hablar de eso ahora.

—No es por meterme, pero lo noto en usted, niña. Se preocupa por él más de lo que admite.

(Isabella deja la taza sobre la mesa y cruza los brazos).

—Es difícil, nana. Este matrimon
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