En la guarida clandestina y sombría de Alaric:—¡Ay! ¡Puaj! — Caroline dejó escapar un sonido de repulsión que resonó contra las paredes de piedra antigua, mientras mantenía su mirada desdeñosa, incapaz de disimular el horror que le producía ver a Draven desgarrado y grotescamente desfigurado.—Eres increíblemente indeseable —. Draven exhaló con pesar, intentando despojarse con esfuerzo de los retazos carbonizados de su vestimenta, que se adherían a su piel como parásitos oscuros, mientras Caroline se cruzaba de brazos.—¿Quieres que llore? Eres un inútil. Preparé toda una estrategia para nada. Solo tenías que mantenerlos dentro hasta que el fuego los consumiera, pero los dejaste escapar. Y aun así te haces llamar el brujo más poderoso. Alaric se pondrá furioso — le espetó ella enojada.Draven soltó varias risotadas que sonaron como ecos distorsionados.—Pulgosa, no olvides que la que está siendo inútil eres tú. Acechabas a esa mujer como una gata asustada, planeando lastimarla al cre
Una hora y media más tarde:—Quiero que investiguen dónde demonios es que Alaric se reúne con sus seguidores, debo encontrar a ese brujo que esconde en la manada—, le ordenaba Elijah a Roy, el cual estaba junto a unos cuantos guerreros, los que asintieron antes de abandonar el despacho.—Los guardias del calabozo me han informado que Caroline visita constantemente a Alaric, ¿quieres que la siga?—, le propuso Lucius a un Elijah ofuscado que caminaba de un lado a otro.—No, eso sería ocupar a un hombre que puede hacer algo más valioso, Caroline es solo una loba estúpida, resentida y despechada, que actúa impulsivamente, Alaric lo sabe, estoy seguro de que nunca trabajaría con ella—afirmó muy convencido.~No subestimes a tus enemigos, y no seas descuidado, humano tonto~, le advirtió Atlas por la conexión mental.~La conozco, y sé cómo actúa, igualmente conozco a mi tío y sé que no trabajaría con alguien que lo exponga, a menos que esté muy desesperado~, le contestó con mucha seguridad.
La abuela de Thiago, que estaba en la cocina preparando el almuerzo que él llevaría para la nueva construcción, al percibir el aroma a dominio del supremo se tensó y, sin quitarse el delantal, corrió hacia la pequeña sala.—Supremo, es un honor tenerlo aquí— musitó la mujer, tan o más nerviosa que su nieto. El hecho de que Elijah estuviera en su casa era algo nunca antes visto, y solo le hacía entender una sola cosa: “Su nieto lo ha hecho enfurecer nuevamente". Por lo que, angustiada, empezó a llorar.—Supremo, perdone a mi muchacho. Le aseguro que él no quiere sobrepasar su autoridad, y si busca a la señora Marlen es por agradecimiento. Ella me salvó con su magia.Elijah se tensó y crujió los dientes al escuchar las palabras de la abuela, y su expresión facial mostraba disgusto.—¿Qué magia?Elijah fingió no entender nada, pero su ceño fruncido dejaba entrever sus sospechas.—Sí, ella me sanó con su poder. Pero no se preocupe, supremo, no diremos absolutamente nada. Sabemos el proble
La risa sardónica de Alaric retumbó en el calabozo, ya que al ver a Elijah con las manos en los bolsillos y con el mentón en alto, mirándolo con desdén y arrugando la nariz, causó cierta gracia en él. —¿Qué trae al gran supremo por estos lares? — le preguntó con sorna, mientras observaba a todos lados con gesto burlón. —¿Será que han pasado dos estaciones lunares y este lugar es tan agradable que ni siquiera me he dado cuenta de que el tiempo transcurrió? — agregó malicioso con el fin de provocar a Elijah, pero este seguía inmutable.—Yo no tengo problemas en dejarte por varias estaciones más. Si te gusta tanto mi calabozo podría convertirlo en tu nuevo hogar. ¿Lo prefieres adornado o justo cómo está?Alaric apretó los molares con tanta fuerza que le iban a explotar, a la vez que rodeaba los barrotes de plata con sus dedos, sin importar que estos lo quemaran.—Créeme, sobrino, a la persona que menos deseo ver ahora mismo es a ti — gruñó furioso, dejando ver su verdadera molestia. Eli
—Es verdad que me convertí en un chiste para ustedes, pero eso cambiará pronto…La proyección de Dayanara avanzó sobre los cristales rotos, rozando con sus pies el desorden, a la vez que su figura se materializaba y se desvanecía intermitentemente, mientras que Elijah se quedó inmóvil, siguiendo cada movimiento errático de la aparición, como si intentara predecir dónde se consolidaría.—Haces esa promesa porque retienes a mi hija. ¿Pretendes que ella pueda romper el hechizo de Thalía? —. Dayanara se rió, pero era una risa que carecía de alegría, más bien estaba bañada de desdén. Elijah sumido en un infierno de cólera, mantuvo los puños y los dientes apretados, a la vez que su pecho subía y bajaba con una rabia que parecía agotarlo, pero aun así, su mirada, seguía fija en el fantasma frente a él.—¿Cuál es el chiste, bruja hedionda? —gruñó con una vena marcándose claramente en su cuello.—Una bruja indisciplinada puede estar llena de poder, y será igual o más débil que un brujo común.
Mientras tanto, en la guarida de Alaric, Draven se encontraba tumbado en el sillón de Alaric con las piernas colocadas en un extremo de los reposabrazos y con la cabeza en el otro, al tiempo que tiraba unas golosinas al aire para atraparlas con su boca. —Es cierto que cuando los gatos están de vacaciones, las ratas se aprovechan. Mírate teniendo una buena vida mientras tu jefe está encerrado —habló Caroline al otro extremo de aquel salón rocoso. —Sentí tu hedor desde que ingresaste a la cueva. ¿Has venido a morir? —rezongó Draven sin una pizca de amabilidad. —La que debería estar furiosa soy yo, por lo que me has hecho. —Al llegar a su lado, Caroline le pateó las piernas. —Tu estúpido jefe me ha regañado porque hice tu trabajito sucio, y con eso el rey perro supo de mí, aunque él no me vio, la bruja patética, sí —largó furioso, y tras tomar una bocanada de aire, centró su mirada de brujo en Caroline, intimidándola por completo. —Odio que me den órdenes y me reprochen, y más cuando
En el área de la cocina imperial del aquelarre de Diamantim, Dayanara estaba desayunando junto a su esposo e hija. Pese a su esfuerzo por aparentar normalidad, la inquietud manchaba su semblante, reflejando una batalla interna por mantenerse serena ante los nervios que se agolpaban en su estómago. Con cada encuentro de miradas con su esposo, su sonrisa se forzaba un poco más y sus dedos se entrelazaban con los de él en una súplica muda. Mientras tanto, él recogía su mano con una frialdad que no le era propia, dejando un espacio helado entre ellos. —Amor, aún sigo con la idea de que deberías enviar a un emisario a dar aviso al padre de tu hija —susurró el esposo, con mandíbulas apretadas. Dayanara, con la frente ligeramente fruncida, le sostuvo la mirada. —Querido, ya te he dicho. Esta especie es recelosa con extraños y te aseguro que un emisario no encontraría su reserva. Si pudiera, ya le habría hecho saber a Glenn, mediante un aviso mágico, pero en Ashton nuestras artes mágicas so
—Thiago. No malinterpretes mi petición, te aseguro que…— le decía Marlen, creyendo que estaba enfadado; sin embargo, al mirar al punto donde él tenía su mirada fija, encontró a Sabrina viéndolo de igual modo, por lo que alzó una ceja incrédula y frunció el ceño sutilmente.Sabrina no entendía qué estaba ocurriendo; nunca se había encontrado con ese chico, esta era la primera vez, pero el vuelco que dio su corazón y la forma en la que se sentía le daba a entender que él era uno de los motivos para estar ahí. Como le dijo a Marlen, sentía que algo más la ataba a ese lugar; lo podía sentir a pesar de ser solo humana. Observaba a Thiago con asombro, llevándose una mano al pecho en un gesto de incredulidad y desconcierto.—Hola…— alzó una mano y agitó los dedos, tratando de ser la primera en dar el paso; sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando lo vio salir corriendo como animalillo asustado, y avergonzada miró a los presentes mientras se tragaba su propia saliva con consternación y de