La abuela de Thiago, que estaba en la cocina preparando el almuerzo que él llevaría para la nueva construcción, al percibir el aroma a dominio del supremo se tensó y, sin quitarse el delantal, corrió hacia la pequeña sala.—Supremo, es un honor tenerlo aquí— musitó la mujer, tan o más nerviosa que su nieto. El hecho de que Elijah estuviera en su casa era algo nunca antes visto, y solo le hacía entender una sola cosa: “Su nieto lo ha hecho enfurecer nuevamente". Por lo que, angustiada, empezó a llorar.—Supremo, perdone a mi muchacho. Le aseguro que él no quiere sobrepasar su autoridad, y si busca a la señora Marlen es por agradecimiento. Ella me salvó con su magia.Elijah se tensó y crujió los dientes al escuchar las palabras de la abuela, y su expresión facial mostraba disgusto.—¿Qué magia?Elijah fingió no entender nada, pero su ceño fruncido dejaba entrever sus sospechas.—Sí, ella me sanó con su poder. Pero no se preocupe, supremo, no diremos absolutamente nada. Sabemos el proble
La risa sardónica de Alaric retumbó en el calabozo, ya que al ver a Elijah con las manos en los bolsillos y con el mentón en alto, mirándolo con desdén y arrugando la nariz, causó cierta gracia en él. —¿Qué trae al gran supremo por estos lares? — le preguntó con sorna, mientras observaba a todos lados con gesto burlón. —¿Será que han pasado dos estaciones lunares y este lugar es tan agradable que ni siquiera me he dado cuenta de que el tiempo transcurrió? — agregó malicioso con el fin de provocar a Elijah, pero este seguía inmutable.—Yo no tengo problemas en dejarte por varias estaciones más. Si te gusta tanto mi calabozo podría convertirlo en tu nuevo hogar. ¿Lo prefieres adornado o justo cómo está?Alaric apretó los molares con tanta fuerza que le iban a explotar, a la vez que rodeaba los barrotes de plata con sus dedos, sin importar que estos lo quemaran.—Créeme, sobrino, a la persona que menos deseo ver ahora mismo es a ti — gruñó furioso, dejando ver su verdadera molestia. Eli
—Es verdad que me convertí en un chiste para ustedes, pero eso cambiará pronto…La proyección de Dayanara avanzó sobre los cristales rotos, rozando con sus pies el desorden, a la vez que su figura se materializaba y se desvanecía intermitentemente, mientras que Elijah se quedó inmóvil, siguiendo cada movimiento errático de la aparición, como si intentara predecir dónde se consolidaría.—Haces esa promesa porque retienes a mi hija. ¿Pretendes que ella pueda romper el hechizo de Thalía? —. Dayanara se rió, pero era una risa que carecía de alegría, más bien estaba bañada de desdén. Elijah sumido en un infierno de cólera, mantuvo los puños y los dientes apretados, a la vez que su pecho subía y bajaba con una rabia que parecía agotarlo, pero aun así, su mirada, seguía fija en el fantasma frente a él.—¿Cuál es el chiste, bruja hedionda? —gruñó con una vena marcándose claramente en su cuello.—Una bruja indisciplinada puede estar llena de poder, y será igual o más débil que un brujo común.
Mientras tanto, en la guarida de Alaric, Draven se encontraba tumbado en el sillón de Alaric con las piernas colocadas en un extremo de los reposabrazos y con la cabeza en el otro, al tiempo que tiraba unas golosinas al aire para atraparlas con su boca. —Es cierto que cuando los gatos están de vacaciones, las ratas se aprovechan. Mírate teniendo una buena vida mientras tu jefe está encerrado —habló Caroline al otro extremo de aquel salón rocoso. —Sentí tu hedor desde que ingresaste a la cueva. ¿Has venido a morir? —rezongó Draven sin una pizca de amabilidad. —La que debería estar furiosa soy yo, por lo que me has hecho. —Al llegar a su lado, Caroline le pateó las piernas. —Tu estúpido jefe me ha regañado porque hice tu trabajito sucio, y con eso el rey perro supo de mí, aunque él no me vio, la bruja patética, sí —largó furioso, y tras tomar una bocanada de aire, centró su mirada de brujo en Caroline, intimidándola por completo. —Odio que me den órdenes y me reprochen, y más cuando
En el área de la cocina imperial del aquelarre de Diamantim, Dayanara estaba desayunando junto a su esposo e hija. Pese a su esfuerzo por aparentar normalidad, la inquietud manchaba su semblante, reflejando una batalla interna por mantenerse serena ante los nervios que se agolpaban en su estómago. Con cada encuentro de miradas con su esposo, su sonrisa se forzaba un poco más y sus dedos se entrelazaban con los de él en una súplica muda. Mientras tanto, él recogía su mano con una frialdad que no le era propia, dejando un espacio helado entre ellos. —Amor, aún sigo con la idea de que deberías enviar a un emisario a dar aviso al padre de tu hija —susurró el esposo, con mandíbulas apretadas. Dayanara, con la frente ligeramente fruncida, le sostuvo la mirada. —Querido, ya te he dicho. Esta especie es recelosa con extraños y te aseguro que un emisario no encontraría su reserva. Si pudiera, ya le habría hecho saber a Glenn, mediante un aviso mágico, pero en Ashton nuestras artes mágicas so
—Thiago. No malinterpretes mi petición, te aseguro que…— le decía Marlen, creyendo que estaba enfadado; sin embargo, al mirar al punto donde él tenía su mirada fija, encontró a Sabrina viéndolo de igual modo, por lo que alzó una ceja incrédula y frunció el ceño sutilmente.Sabrina no entendía qué estaba ocurriendo; nunca se había encontrado con ese chico, esta era la primera vez, pero el vuelco que dio su corazón y la forma en la que se sentía le daba a entender que él era uno de los motivos para estar ahí. Como le dijo a Marlen, sentía que algo más la ataba a ese lugar; lo podía sentir a pesar de ser solo humana. Observaba a Thiago con asombro, llevándose una mano al pecho en un gesto de incredulidad y desconcierto.—Hola…— alzó una mano y agitó los dedos, tratando de ser la primera en dar el paso; sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando lo vio salir corriendo como animalillo asustado, y avergonzada miró a los presentes mientras se tragaba su propia saliva con consternación y de
Impresionada, Marlen veía alrededor de la pequeña pista de aterrizaje, observando la torre de control, y al piloto conversando con dos azafatas que se movían con eficacia y gracia. Esto era monumental para alguien como ella, que solo había viajado en clase turista y en muy pocas ocasiones, y parpadeó varias veces, intentando grabar cada detalle en su memoria.«Es como una película», pensó, y al girarse hacia Elijah, una brisa sutil agitó los flecos de su cabello. Ella, no podía evitarlo, lo estudiaba; había algo en la forma en que la camisa negra subrayaba los músculos de su torso y cómo las mangas arremangadas exponían sus antebrazos tensos. Incluso los jeans grises que le delineaban las piernas con precisión y botas de cuero pulido que crujían ligeramente con cada movimiento, parecían conformar un conjunto hecho a medida para su esbelta figura.«Esa ropa lo hace parecer más sexy de lo que verdaderamente es», suspiró para sus adentros antes de agitar la cabeza, ordenándose a sí misma
Después de una hora de vuelo y de recorrer un sendero de piedra, la camioneta se detuvo frente a una enorme casa estilo cabaña rústica. Aunque más pequeña que el palacio del supremo, era realmente hermosa.—Bienvenida a la manada Lucero del alba —le dijo Elijah a Marlen antes de extender su mano para ayudarla a desmontarse. Al pararse junto a él, vio a muchas personas, las cuales inclinaron las cabezas.Al escuchar las murmuraciones, Marlen abrió los ojos sin saber si alzar una mano para saludar a esas personas que la veían fijamente, o si inclinarse igual que ellos.—Es humana—escuchó entre los murmullos mientras caminaba junto a Elijah. —Es muy pequeña, ¿cómo pudo tener al hijo del supremo cuando se nota que es débil?— seguían las murmuraciones, y Elijah la miraba de reojo con una pizca de diversión.Cuando entraron a la casa, Marlen se quedó sin aliento al ver a 7 hombres saltar encima de Elijah en un abrazo grupal, y todos los llamaban hermano. Todos tenían ciertos rasgos idéntico