Cuando Elijah, Lucius y Roy entraron en el aposento, la escena que se extendía ante sus ojos era caótica e inquietante.Elijah percibió cómo algo en su pecho ardía al ver a su madre y a su hermana postradas en el suelo, cada una con un dardo todavía clavado en su cuerpo.Una mezcla de horror y furia incendió sus entrañas mientras observaba a sus sobrinos, transformados en feroces lobos, lamiendo desesperadamente a Tara, cuyos sollozos desgarradores llenaban la habitación.Se tocaba en círculo sobre el pecho, mientras su respiración se volvía irregular y le estaba costando que sus pulmones recibieran el aire necesario. Tenía tiempo, que no sentía de ese modo, aunque se aferraba al amor que antes experimentaba por su familia para no ser un témpano de hielo en su totalidad, ahora, no era el apego a un recuerdo o la salvedad de una obligación como hijo, padre, hermano o tío, lo que estaba sintiendo era real y muy propio, pero no se permitió pensar en cómo o qué le estaba provocando que vo
Escuchando los lamentos y ruegos, Alaric sonreía cruelmente, satisfecho con su trabajo. Estaba convencido de que finalmente descubriría la verdadera naturaleza de Marlén, lo que le daría el apoyo de los lobos para deshacerse de Elijah.Pero entonces, un gran aullido resonó en el lugar y Alaric palideció.—¿Cómo...? — murmuró, aterrado. Antes de que pudiera reaccionar, un golpe lo lanzó lejos del círculo. Cuando intentó levantarse, se dio cuenta de que tenía una herida mortal en el abdomen.«¡Ese maldito supremo! Debería estar encerrado, en su forma lobuna y fuera de sí», rezongó Alaric, viendo a Atlas con incredulidad.No había esperado que el supremo apareciera en ese momento y ahora estaba allí, de pie en medio del círculo, con sus filosas garras desplegadas, resoplando y mirándolo con intención evidente de arrancarle el corazón.—Supremo, gracias a la diosa, estás bien. Todos aquí nos angustiamos por tu estado — vociferó Alaric, arrastrándose hacia atrás como una lombriz de tierra,
Continuación:—Para mí es más insoportable tenerte de este modo. Créeme, me controlo mucho. Soy un ser que actúa por instinto, y ahora mismo mi excitación nubla mi razón —le susurró Atlas con voz ronca a Marlén, totalmente empalmado.Avergonzada, y aún entre sus brazos, Marlén escondió la cabeza en el cuello de Atlas.—Pero... Mateo, debo buscarlo. Yo le dije que se escondiera. Debe estar esperando a que lo encuentre. No sé cómo me entendió, pero lo hizo —musitó Marlén, entre asustada y consternada, porque aún le costaba creer que no fue una simple casualidad que Mateo desapareciera justo cuando ella le rogó hacerlo.Como en un juego divertido, Atlas le concedió el control a su humano justo cuando Marlén estaba mirándolo a la cara.—Tus... Tus ojos cambiaron. Eso significa que eres Elij... —ella lo señalaba, pero Elijah la interrumpió, colocando una mano en su espalda y pegándola bruscamente a su pecho, lo que provocó que ella soltara un quejido de dolor.—Supremo, esto es un caos —vo
—Oye muchacho tonto, dijiste que me desvincularías del idiota de mi sobrino, pero resulta que, a pesar de que no estoy enfermo, mi gen no se activa y no veo el progreso de tus promesas — le reprochó Alaric al joven, quien sonrió de medio lado. — Señor, todo lleva un proceso. Su supremo es poderoso, aunque su aura esté a la mitad de su capacidad. Déjeme usar la sangre de un demonio que tenemos y su herida sanará en unas horas — le propuso Sombra Negra con gesto despreocupado. Alaric hizo una mueca de asco. — Sabes que no quiero corromper mi cuerpo. Necesito estar limpio para poder convertirme en supremo. Mejor utiliza esa sangre en Caroline. Aunque tenía planes de matarla, debo reconocer que la necesito. Mi última jugada no salió tan bien como esperábamos, tu poción no funcionó en el supremo — le reclamó frustrado y el muchacho abrió los ojos, sorprendido. — ¡Imposible! Él no pudo eliminar por sí mismo el poder de esa pócima. Estoy seguro de que a su lado debe haber un brujo, uno mu
Más tarde.Dentro de la ducha, Elijah estaba doblado con ambos brazos aferrados al costoso gres porcelánico, mirando al suelo mientras la lluvia de agua generada por la regadera caía sobre su espalda. El vapor creado por el agua empañaba la cabina de la mampara. —Mateo, te lo suplico, vuelve a tu forma humana. Tienes a mamita muy asustada, por favor, mi copito de nieve. Me harás muy feliz si regresas a tu forma. Además, debo llenarte de besos por ser un bebé tan especial y valiente. Te escapaste de los malos, mientras que yo no pude. Sé que me entiendes, amor —. Con su sentido auditivo de alfa supremo amplificado, Elijah podía escuchar cómo Marlén, con voz rota, le suplicaba al pequeño travieso y, a pesar de que Elijah no podía establecer una conexión con Mateo para que volviera a su forma humana, sonreía divertido, no por el sufrimiento de Marlén, sino por lo terco que es su pequeño. Ya que entendía que Mateo buscaba que Marlén lo ame en su fase de lobo. ~Humano, deja de hacerla s
Constantemente, Marlén atravesaba un límite jamás pasado por alguien en su sano juicio.—Cosa diminuta, ¿no tienes sensatez? Me cansé de esperar tu aprobación, voy a convertirte en mi luna ahora mismo—, aseguró Elijah antes de inclinar la cabeza, dejando al descubierto sus largos y filosos colmillos.Ella sintió que estaba realmente perdida, tragó saliva y, como un pez fuera de su estanque, tomaba grandes bocanadas de aire.—¡Auxilio! Por favor, alguien que me ayude—, chilló desesperada, sintiendo la necesidad de ser rescatada. Aunque no le tenía miedo, tenerlo sobre ella en esas condiciones la acobardó. Estar vulnerable la llevaba a odiar la sola idea de caer en sus brazos nuevamente.Elijah se echó a reír sarcásticamente.—¡Vamos, grita! Quiero ver cómo te quedas sin voz. Apártame, tú puedes, ¿o me dejarás completar mi propósito?—, fingió unos pucheros burlones simulando pena.—Pensaste que estarías a salvo de mí. También te diré un secreto: he creado una barrera que no permite que
—Me dijiste hace unas horas que Elijah no te interesaba. ¿Y cómo es que ahora me encontré con él saliendo de tu habitación? ¡Estoy esperando tu respuesta! —Volvió a formular Julia su reclamo después de que Marlen se quedara en silencio.“Dilo en voz alta, acepta que lo necesitas. Es nuestro alfa, lo queremos, y nuestro cuerpo nos lo exige”, insistía esa voz fina en su cabeza y que no sabía de dónde provenía.Esto provocó que Marlén se sintiera muy confundida. Con el bebé en brazos, miró a su madre con ojos suplicantes. Quería explicarle, pero las palabras se atascaban en su garganta. No podía negar que durmieron en la misma cama, aunque no tenía idea de cómo o por qué, no podía recordar cuándo él regresó y qué tanto pudo haberla tocado, pero tampoco podía admitir el inmenso vínculo que estaba creando con él.—Mamá, no es lo que piensas — se justificó angustiada. Julia negó con la cabeza sin decir una palabra.……..—¿Cómo te sientes? —le preguntó Tara a Marlén mientras disfrutaban de
Percibiendo cómo la marca en su vientre le calentaba hasta el punto de hacerla sentir sofocada, Marlén se levantó lentamente del banco en el que estaba sentada, con el bebé en brazos, y caminó alrededor del jardín, observando todo con detenimiento. Luego, se acercó a una fuente de agua eléctrica y, sin pensarlo dos veces, metió las manos en el agua.Alana, sorprendida, se levantó rápidamente y corrió hacia ella.—Marlén, ¿qué estás haciendo? —le preguntó preocupada.Pero sin responderle, Marlén sacó sus manos del agua y las extendió frente a ella. De repente, un destello brillante las envolvió y Alana quedó boquiabierta al ver cómo el jardín comenzaba a transformarse ante sus ojos: flores de colores vibrantes comenzaron a brotar de la tierra, el césped creció de manera exuberante y verde, y los árboles, aunque pequeños, estaban ahí.Marlén se giró hacia Alana con una sonrisa triunfante.—¡Lo he logrado! —exclamó emocionada—. Ni siquiera sé cómo, pero lo he hecho. Esto no es del todo