—¡Te someterás a la voluntad de los ojos dorados de Gaia y a su descendencia! — Vocifera con fuerza e imponencia. Reese empieza a caminar conmigo todavía en brazos, siento como me estrecha con más fuerza para evitar que salga corriendo despavorida hacia el bosque; que muy probablemente me termine perdiendo. Miro de reojo por unos instantes por encima de mi hombro y veo al líder katze tirado en el suelo con el pie de Licaón sobre su pecho, el pobre anciano apenas puede respirar, en su forma de combate da miedo, además de ser algo delgado, sus orejas puntiagudas se mueven levemente. Siento como alguien se para a nuestros lados y volteo a ver de quien se trata. Hasta ahora me doy cuenta de que estamos rodeados por todos los de la aldea, mis cuñados están parados del lado derecho de Reese y mi suegra atrás de su marido, entre la multitud están los kitsune también, mirando de una forma un tanto arrogante al katze tendido en el suelo. —No te escucho— A pesar de que habla entre dientes, s
En poco tiempo llega el alfa acompañado de sus otros hijos y su esposa, además de dos guardias, pero no de los habituales, sino de hombres gatos, a pesar de que ellos son una raza que normalmente son delgada, los guardias son esbeltos y fornidos, sus rasgos afilados los distinguen mucho de entre los presentes, ya que los hombres lobos son algo toscos, al menos los hombres y los hombres oso.... bueno, tanto sus mujeres como los hombres son de una complexión bastante robusta. Licaón toma asiento y detrás de él se para Riuka, colocando sus manos hacia atrás. —Estando todos reunidos, demos comienzo a la asamblea— Dirige su mirada seria y ligeramente amenazadora hacia la multitud. —Rusel, por favor, danos tu informe completo y cuéntanos sobre lo ocurrido la noche del ataque. El señor Rusel carraspea la garganta mientras se levanta de su asiento, le miro con atención y noto que en su rostro se posa un sentimiento de tristeza y no es para menos, tuvo que abandonar todo lo que conocía y seg
Estando fuera de la casa, suelta un resoplo seguido de un ligero gruñido, mira por encima de su hombro y me ve de forma seria, incluso me atrevería a decir que me mira enojado y no entiendo porque, trato de soltarme de su agarre, pero él no me lo permite, así que me vuelve a arrastrar de regreso a la casa. —¿Se puede saber, que te tiene tan enojado? —No quiero que el viejo me mantenga al margen, estoy cansado de que me siga tratando como un cachorro— Resopla con fiereza mientras le da un puñetazo a la pared, dejándole un hueco por donde se cuela el aire frío. —Le he demostrado miles de veces que puede confiar en mí, que puedo ayudarlo, pero simplemente me mantiene al margen. —Quizás, es porque serás el futuro alfa ¿No? —Eso no significa que me deba tratar como un inútil, un alfa debe ser capaz de ayudar a su gente, aunque tenga que ir él mismo, pero el viejo... el viejo me sigue viendo como un niño. —Eres su hijo Reese, es normal que tenga miedo de perderte, pero entiendo tu punt
Miro con curiosidad al grupo de personas y mientras mis ojos los observan con mayor detenimiento, logro reconocer a la pareja de ancianos que nos recibieron en su posada, la señora se ve algo herida al igual que su esposo. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y corro hacia ellos, asustada por su salud. Al verme acercarme, la anciana me dedica una enorme sonrisa y extiende con dificultad sus brazos hacia mí, su marido también se alegra de vernos. —Por favor, tomen asiento... deben tener hambre y además de estar cansados, pueden quedarse en nuestra casa si así lo desean. —Muchas gracias, querida, eres muy amable. Con la ayuda de Reese, llevamos a la pareja hasta nuestra mesa y les ofrecemos nuestros lugares, en poco tiempo, el resto de los aldeanos empiezan a comportarse de forma amable con los recién llegados y es un alivio, al final, ellos también forman parte de esta enorme familia. Estoy segura que muchos querrán escuchar lo que esta gente tiene que decir, pero no es
—Debo admitir que también me siento intranquilo con esto, ¿Qué quieres hacer? —Primero hay que terminar de asentarnos, no podemos dejar las tareas botadas, en especial si el infiltrado se encuentra entre nosotros, pero seguramente no por mucho tiempo, tengo que hablar con Kenji— Resopla con fuerza. —En fin.... dejemos esta conversación y ninguna palabra de esto a nadie, no quiero que se ande difundiendo estas inquietudes. —Está bien, viejo, pero no nos dejes al margen, queremos estar al corriente de todo. —Muy bien, confío en ustedes tres, cachorros. —Entendido, padre. Los tres salimos de la oficina y casi al instante resoplamos con fuerza apenas mi cuñado cierra la puerta detrás de él, pego mi espalda en la pared. —Parece ser que tienes más cerebro de lo que pensaba, Reese. —No entiendo porque pensaste que soy idiota. —Normalmente te la pasas solo entrenando, creí que tenías aire en la cabeza. —Y yo pensé que eras un miedoso que se escondía detrás de las faldas de madre, por
—Donna. Abro los ojos y veo que mi esposo llega con algo sobre los hombros, luego se lo entrega a alguien de su escuadrón y se acerca a mí, enseguida me levanto de mi lugar y también me acerco a él. —¿Sucede algo? ¿Te sientes mal? —No, no es nada de eso.... es sólo que.... — Juego con mis dedos de forma nerviosa, no estoy segura de cómo se va a tomar esto y espero que no se haga una idea equivocada. —Mira... he notado algo raro mientras estaba haciendo mis recados, me puse a pensar y me di cuenta de que me he encontrado con varios de mis conocidos del pueblo donde vivía, de hecho... me los encuentro de forma muy concurrida, pero mientras los observaba, me quede pensado y llegue a una conclusión— Hablo tan rápido que me cuesta trabajo ordenar mis ideas. Reese me toma de los hombros y los aprieta con suavidad, la sonrisa cálida que me dedica hace que me tranquilice, tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir lentamente, cierro los ojos por unos instantes y me armo de valor. —A
Durante nuestro trayecto, acampamos en ciertos lugares específicos para evitar que nos encontremos con el enemigo o que nos tiendan una emboscada. Para evitar eso, nos hemos vistos obligados a acampar en los árboles y no ha sido nada fácil para mí poder subir, Reese se ríe de mi falta de habilidad y ha tenido que llevarme sobre su espalda. Estando a mitad de viaje, los dos primeros grupos se han separado de nosotros, ahora sólo quedamos tres en el camino. El grupo se ve bastante recudido, pero debo confiar en el plan de mi suegro, él sabe lo que hace. Los que quedamos avanzamos hasta nuestro punto marcado, mientras más nos acercamos, más puedo sentir como me cuesta mucho respirar, la flora del sitio esta marchita y ni que decir de la fauna, no hay ningún animal a la redonda, todo este lugar es tan diferente a lo que recuerdo, incluso me atrevería a decir que parece que estamos cerca de un pantano. —Por Gaia.... ¿Qué le ha ocurrido a este lugar? —Son los estragos que provoca la osc
—Nos han estado siguiendo desde que entramos al bosque, no apesta a muerte ni a corrupción— Murmura casi entre dientes. —Me preocupa que sean recién corrompidos. —¿Crees que sean de la tribu del señor Russel y del señor Riuka? —Posiblemente, esperemos que no. Llegamos hasta su vieja aldea y vemos que está hecho un caos, las casas están hechas cenizas, cuerpos mutilados por todas partes. Hicieron una masacre con toda esta gente, no me quiero ni imaginar lo que esconden las casas que todavía siguen en pie. Muchos buitres se están dando un festín, en definitiva.... es una vista bastante estremecedora y triste. —No parece haber nadie por aquí, pero no estaría de más revisar el lugar. No quiero hacerlo, me da pánico tener que meterme a una de esas casas y encontrarme con los horrores que esconde, pero una parte de mí, alberga la esperanza de que haya sobrevivido a alguien a tal ataque. —Está bien, revisaré la derecha y tú la izquierda. Nos separamos y empezamos a revisar casa por ca