—Debo admitir que también me siento intranquilo con esto, ¿Qué quieres hacer? —Primero hay que terminar de asentarnos, no podemos dejar las tareas botadas, en especial si el infiltrado se encuentra entre nosotros, pero seguramente no por mucho tiempo, tengo que hablar con Kenji— Resopla con fuerza. —En fin.... dejemos esta conversación y ninguna palabra de esto a nadie, no quiero que se ande difundiendo estas inquietudes. —Está bien, viejo, pero no nos dejes al margen, queremos estar al corriente de todo. —Muy bien, confío en ustedes tres, cachorros. —Entendido, padre. Los tres salimos de la oficina y casi al instante resoplamos con fuerza apenas mi cuñado cierra la puerta detrás de él, pego mi espalda en la pared. —Parece ser que tienes más cerebro de lo que pensaba, Reese. —No entiendo porque pensaste que soy idiota. —Normalmente te la pasas solo entrenando, creí que tenías aire en la cabeza. —Y yo pensé que eras un miedoso que se escondía detrás de las faldas de madre, por
—Donna. Abro los ojos y veo que mi esposo llega con algo sobre los hombros, luego se lo entrega a alguien de su escuadrón y se acerca a mí, enseguida me levanto de mi lugar y también me acerco a él. —¿Sucede algo? ¿Te sientes mal? —No, no es nada de eso.... es sólo que.... — Juego con mis dedos de forma nerviosa, no estoy segura de cómo se va a tomar esto y espero que no se haga una idea equivocada. —Mira... he notado algo raro mientras estaba haciendo mis recados, me puse a pensar y me di cuenta de que me he encontrado con varios de mis conocidos del pueblo donde vivía, de hecho... me los encuentro de forma muy concurrida, pero mientras los observaba, me quede pensado y llegue a una conclusión— Hablo tan rápido que me cuesta trabajo ordenar mis ideas. Reese me toma de los hombros y los aprieta con suavidad, la sonrisa cálida que me dedica hace que me tranquilice, tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir lentamente, cierro los ojos por unos instantes y me armo de valor. —A
Durante nuestro trayecto, acampamos en ciertos lugares específicos para evitar que nos encontremos con el enemigo o que nos tiendan una emboscada. Para evitar eso, nos hemos vistos obligados a acampar en los árboles y no ha sido nada fácil para mí poder subir, Reese se ríe de mi falta de habilidad y ha tenido que llevarme sobre su espalda. Estando a mitad de viaje, los dos primeros grupos se han separado de nosotros, ahora sólo quedamos tres en el camino. El grupo se ve bastante recudido, pero debo confiar en el plan de mi suegro, él sabe lo que hace. Los que quedamos avanzamos hasta nuestro punto marcado, mientras más nos acercamos, más puedo sentir como me cuesta mucho respirar, la flora del sitio esta marchita y ni que decir de la fauna, no hay ningún animal a la redonda, todo este lugar es tan diferente a lo que recuerdo, incluso me atrevería a decir que parece que estamos cerca de un pantano. —Por Gaia.... ¿Qué le ha ocurrido a este lugar? —Son los estragos que provoca la osc
—Nos han estado siguiendo desde que entramos al bosque, no apesta a muerte ni a corrupción— Murmura casi entre dientes. —Me preocupa que sean recién corrompidos. —¿Crees que sean de la tribu del señor Russel y del señor Riuka? —Posiblemente, esperemos que no. Llegamos hasta su vieja aldea y vemos que está hecho un caos, las casas están hechas cenizas, cuerpos mutilados por todas partes. Hicieron una masacre con toda esta gente, no me quiero ni imaginar lo que esconden las casas que todavía siguen en pie. Muchos buitres se están dando un festín, en definitiva.... es una vista bastante estremecedora y triste. —No parece haber nadie por aquí, pero no estaría de más revisar el lugar. No quiero hacerlo, me da pánico tener que meterme a una de esas casas y encontrarme con los horrores que esconde, pero una parte de mí, alberga la esperanza de que haya sobrevivido a alguien a tal ataque. —Está bien, revisaré la derecha y tú la izquierda. Nos separamos y empezamos a revisar casa por ca
—Una hibrida.... nunca he estado con una. Su comentario hace que un sentimiento de ira inunde el corazón de Reese, al punto que me da miedo; hasta ahora he podido sentir uno de los sentimientos con fuerza de él, normalmente está tranquilo y sereno. Su reacción hace que nuestro interlocutor suelte una fuerte carcajada. Dejan atrás la conversación y empiezan a pelear. De momento están peleando uno contra uno, pero al ver que su compañero no logra someter a Reese, se unen a la pelea, obligándome a tener que atacarlos a la distancia, le rezo a la madre tierra para no darle a mi esposo, con tanto movimiento es difícil dirigir bien mis ataques. Hemos estado peleando contra estos acechadores por un rato, ninguno de nosotros cede ni un poco, pero estamos muy exhaustos, mis piernas me tiemblan y mi respiración es agitada al igual que el del resto. —Sí que sabes dar pelea, pero creo que va siendo hora que acabemos con esto. —Estoy de acuerdo. El acechador hace un movimiento de cabeza haci
—Corres bastante rápido, parece ser que te han estado entrenando.Su voz hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo, otra vez esa vibración se cuela por mi garganta, pero en esta ocasión no logro detenerla, unas gotas de sudor caen por mi frente y sienes, tomo lo último que me queda de fuerza y me levanto del suelo, tambaleándome. Me giro sobre mis talones con dificultad y poso mi vista sobre los ojos de Rowan, no pienso caer sin luchar y menos si esto afecta a Reese.—¿No piensas darte por vencida? Bien, hace que la cacería sea más divertida.Se transforma en hombre lobo, revelando un increíble pelaje negro, como el resto de acechadores. Según tengo entendido, el pelaje negro es una clara marca de la corrupción de la oscuridad, porque si bien es cierto que entre los nuestros también existen cambia formas con el pelaje negro, el de ellos tiene un brillo sobrenatural y por alguna extraña razón, cuando lo miras con mayor detenimiento, parece que estás viendo el abismo.—No pienso dar
—Entonces, está decidido, avancemos en la dirección por donde vinieron y recemos a Gaia de que el resto estén ahí— Mira hacia el prisionero y luego se rasca la nuca. —Voy a enviar a uno de mis hombres a que lleve a ese traidor a la aldea y que el alfa lo juzgue. Reese no le toma mucha importancia y se acerca a mí, sin dudarlo, me tiro a sus brazos y me pongo a llorar de forma desconsolada, dándole gracias a nuestra madre de que me ha regresado a mi esposo sano y salvo. —Lamento no haber sido de más ayuda.... — Susurro quedamente cerca de su oído. —Fuiste de mucha ayuda, de no ser por ti... las cosas hubieran acabado muy mal para los dos— Se aleja un poco de mí y toma mi rostro entre sus manos. —Soy yo el que se debe disculpar contigo, por no ser lo suficientemente fuerte para enfrenarme a ellos con mayor eficiencia, pero te prometo que eso va a cambiar. —Recuerda que no estás solo Reese, estamos juntos en esto. Hago que pase su brazo izquierdo por mis hombros y empezamos a camina
Mientras el alfa da su discurso de la razón por la cual nos encontramos reunidos, unos soldados traen arrastrando a Rowan, quien se encuentra encadenado y sometido, al verlo, escucho como Reese suelta un fuerte gruñido, temerosa le miro de reojo y noto que tiene los puños apretados con bastante fuerza, al punto que sus venas se saltan. —Por eso, nos encontramos aquí reunidos ahora, para darle muerte a la mala hierba de nuestra aldea y que quede claro, que no pensamos tolerar este tipo de acciones— Se gira hacia el preso, imagino que debe mirarlo con frialdad. —Por tu traición, hemos perdidos a muchos de los nuestros, hemos sufrido bajas considerables y sobre todo, has provocado que casi se extinga nuestro clan... por eso... Veo como coloca su mano sobre la cabeza de Rowan, listo para arrancársela de tajo, pero en un poderoso impulso, corro entre la multitud y grito a todo pulmón que se detenga, puedo notar todas las miradas sobre mí, pero no me importa, abrirme paso entre toda esta