A lo lejos puedo ver un enorme espacio abierto, pero esté está rodeado de varios árboles como si formaran una fortaleza a su alrededor, el alfa relaja los hombros por unos breves momentos y sigue andando, su esposa le sigue de cerca al igual que sus otros dos hijos, Reese se ha quedado a mi lado durante todo el viaje, gracias a la confusión y el estrés de tener que movernos, he aprovechado el momento para llevar conmigo a mis cachorros en mi sudadera, mi esposo no se notaba nada feliz, pero me ha permitido salirme con la mía. Una vez que llegamos al lugar, el alfa no tarda en ponernos a trabajar, empieza a formar grupos de trabajo y nos da nuestras tareas; como era de esperar, muchos humanos no están para nada felices con esto, pero no tienen el valor de rebelarse contra él. Debido a las labores que me han tocado, he tenido que dejarle a mis crias a mi madre, quien ha creado, junto con mi abuela, un refugio temporal para los cachorros de lobo y zorro, al parecer se llevan bastante bi
—Deja de estar peleando por tonterías, estamos en una situación delicada y se nota que Licaón sabe más sobre el asunto que nosotros, es hora de dejar atrás nuestras diferencias— Vocifera algo enojado el señor Rusel. —Todavía sigo enojado por lo que le hicieron a mi aldea, pero no es momento de saldar cuentas, es momento de colaborar. —No he dicho que no lo voy a hacer, claro que debemos colaborar, sólo he dicho que no pienso seguir a un perro pulgoso y a un oso apestoso. —¿Y qué piensas hacer? Hasta donde tengo entendido, muchos de los tuyos han caído bajo la oscuridad o han muerto tratando de sobreponerse a ella. —En ningún momento dije que me iría, voy a quedarme y a cooperar, o mejor dicho... ustedes van a cooperar conmigo. Licaón arquea una de sus cejas y se cruza de brazos, Rusel abre los ojos de par en par y una expresión de curiosidad se posa sobre su rostro, debido a que el anciano katze está de espaldas, no puedo ver la expresión de su rostro, pero su tono de voz me indic
—¡Te someterás a la voluntad de los ojos dorados de Gaia y a su descendencia! — Vocifera con fuerza e imponencia. Reese empieza a caminar conmigo todavía en brazos, siento como me estrecha con más fuerza para evitar que salga corriendo despavorida hacia el bosque; que muy probablemente me termine perdiendo. Miro de reojo por unos instantes por encima de mi hombro y veo al líder katze tirado en el suelo con el pie de Licaón sobre su pecho, el pobre anciano apenas puede respirar, en su forma de combate da miedo, además de ser algo delgado, sus orejas puntiagudas se mueven levemente. Siento como alguien se para a nuestros lados y volteo a ver de quien se trata. Hasta ahora me doy cuenta de que estamos rodeados por todos los de la aldea, mis cuñados están parados del lado derecho de Reese y mi suegra atrás de su marido, entre la multitud están los kitsune también, mirando de una forma un tanto arrogante al katze tendido en el suelo. —No te escucho— A pesar de que habla entre dientes, s
En poco tiempo llega el alfa acompañado de sus otros hijos y su esposa, además de dos guardias, pero no de los habituales, sino de hombres gatos, a pesar de que ellos son una raza que normalmente son delgada, los guardias son esbeltos y fornidos, sus rasgos afilados los distinguen mucho de entre los presentes, ya que los hombres lobos son algo toscos, al menos los hombres y los hombres oso.... bueno, tanto sus mujeres como los hombres son de una complexión bastante robusta. Licaón toma asiento y detrás de él se para Riuka, colocando sus manos hacia atrás. —Estando todos reunidos, demos comienzo a la asamblea— Dirige su mirada seria y ligeramente amenazadora hacia la multitud. —Rusel, por favor, danos tu informe completo y cuéntanos sobre lo ocurrido la noche del ataque. El señor Rusel carraspea la garganta mientras se levanta de su asiento, le miro con atención y noto que en su rostro se posa un sentimiento de tristeza y no es para menos, tuvo que abandonar todo lo que conocía y seg
Estando fuera de la casa, suelta un resoplo seguido de un ligero gruñido, mira por encima de su hombro y me ve de forma seria, incluso me atrevería a decir que me mira enojado y no entiendo porque, trato de soltarme de su agarre, pero él no me lo permite, así que me vuelve a arrastrar de regreso a la casa. —¿Se puede saber, que te tiene tan enojado? —No quiero que el viejo me mantenga al margen, estoy cansado de que me siga tratando como un cachorro— Resopla con fiereza mientras le da un puñetazo a la pared, dejándole un hueco por donde se cuela el aire frío. —Le he demostrado miles de veces que puede confiar en mí, que puedo ayudarlo, pero simplemente me mantiene al margen. —Quizás, es porque serás el futuro alfa ¿No? —Eso no significa que me deba tratar como un inútil, un alfa debe ser capaz de ayudar a su gente, aunque tenga que ir él mismo, pero el viejo... el viejo me sigue viendo como un niño. —Eres su hijo Reese, es normal que tenga miedo de perderte, pero entiendo tu punt
Miro con curiosidad al grupo de personas y mientras mis ojos los observan con mayor detenimiento, logro reconocer a la pareja de ancianos que nos recibieron en su posada, la señora se ve algo herida al igual que su esposo. Sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento y corro hacia ellos, asustada por su salud. Al verme acercarme, la anciana me dedica una enorme sonrisa y extiende con dificultad sus brazos hacia mí, su marido también se alegra de vernos. —Por favor, tomen asiento... deben tener hambre y además de estar cansados, pueden quedarse en nuestra casa si así lo desean. —Muchas gracias, querida, eres muy amable. Con la ayuda de Reese, llevamos a la pareja hasta nuestra mesa y les ofrecemos nuestros lugares, en poco tiempo, el resto de los aldeanos empiezan a comportarse de forma amable con los recién llegados y es un alivio, al final, ellos también forman parte de esta enorme familia. Estoy segura que muchos querrán escuchar lo que esta gente tiene que decir, pero no es
—Debo admitir que también me siento intranquilo con esto, ¿Qué quieres hacer? —Primero hay que terminar de asentarnos, no podemos dejar las tareas botadas, en especial si el infiltrado se encuentra entre nosotros, pero seguramente no por mucho tiempo, tengo que hablar con Kenji— Resopla con fuerza. —En fin.... dejemos esta conversación y ninguna palabra de esto a nadie, no quiero que se ande difundiendo estas inquietudes. —Está bien, viejo, pero no nos dejes al margen, queremos estar al corriente de todo. —Muy bien, confío en ustedes tres, cachorros. —Entendido, padre. Los tres salimos de la oficina y casi al instante resoplamos con fuerza apenas mi cuñado cierra la puerta detrás de él, pego mi espalda en la pared. —Parece ser que tienes más cerebro de lo que pensaba, Reese. —No entiendo porque pensaste que soy idiota. —Normalmente te la pasas solo entrenando, creí que tenías aire en la cabeza. —Y yo pensé que eras un miedoso que se escondía detrás de las faldas de madre, por
—Donna. Abro los ojos y veo que mi esposo llega con algo sobre los hombros, luego se lo entrega a alguien de su escuadrón y se acerca a mí, enseguida me levanto de mi lugar y también me acerco a él. —¿Sucede algo? ¿Te sientes mal? —No, no es nada de eso.... es sólo que.... — Juego con mis dedos de forma nerviosa, no estoy segura de cómo se va a tomar esto y espero que no se haga una idea equivocada. —Mira... he notado algo raro mientras estaba haciendo mis recados, me puse a pensar y me di cuenta de que me he encontrado con varios de mis conocidos del pueblo donde vivía, de hecho... me los encuentro de forma muy concurrida, pero mientras los observaba, me quede pensado y llegue a una conclusión— Hablo tan rápido que me cuesta trabajo ordenar mis ideas. Reese me toma de los hombros y los aprieta con suavidad, la sonrisa cálida que me dedica hace que me tranquilice, tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir lentamente, cierro los ojos por unos instantes y me armo de valor. —A