Llegamos a otra cabaña un poco más grande que en la que nos quedamos, Rusel abre la puerta de un fuerte portazo de forma alegre y entra con plena confianza. —¡Ya llegué y traje a los invitados! — Grita a todo pulmón. —¡Vamos a desayunar! Entramos a la casa y vemos que hay una enorme mesa, en ella se encuentran tres jóvenes de nuestra edad y tres pequeños, una mujer ligeramente robusta, entre sus brazos trae una charola con bastante comida, uno de los jóvenes se acerca a ayudarla. —¡Es mi familia! — Exclama entusiasmado. —Mi esposa, Naila, mis trillizos, Kendar, Dorian y Johan, mis oseznos, Lili, Trona y Joy— Nos voltea a ver y nos invita a tomar asiento. —Vengan cachorros, siéntense a mi lado. Miro de reojo a Reese y él toma asiento a lado de Rusel, no estoy muy segura de tomar asiento, pero me termino sentando a lado de mi esposo, no me siento muy cómoda estando entre tantos desconocidos. La mujer y uno de los chicos sirven la comida, miro a todos los presentes con nerviosismo y
—Esto pude ser una parte del problema, una tierra estéril y que se está muriendo, podría causar grandes problemas a la hora de cultivar, posiblemente sus problemas iniciaron en el corazón del bosque y se fue extendiendo por todo el lugar.—Muy seguramente, es importante hablar con esos gatos cuanto antes.Ambos hombres empiezan a caminar más rápido, dejándome atrás en cuestión de segundos, yo no tengo nada de prisa en encontrarme con otros cambia formas, suficiente he tenido con los hombres oso.Llegamos hasta una aldea muy deteriorada, la tierra es completamente arenosa, el césped es amarillo y en algunas partes es marchito, un pequeño aire sopla y levanta consigo la tierra de forma algo violenta, me rasco los ojos y parpadeo repetidas veces.—Vaya... es muy poco probable que algo pueda vivir aquí.Nos detenemos en la entrada del lugar y nos quedamos parados por unos instantes, Reese está bastante tenso e irritado, pero hace un impresionante esfuerzo por mantenerse tranquilo. De una
—No me siento tranquila sabiendo esto, ni tampoco quiero dejar a la deriva a estas personas, pero entiendo que debemos hacerlo.Sin decir nada más, nos vamos a dar una ducha para luego dormir, apenas mi cabeza toca la almohada caigo profundamente dormida, mi esposo me acomoda entre sus brazos y me acurruca sobre su pecho.En mitad de la noche escuchamos un fuerte ruido seguido de un alboroto, Reese y yo nos levantamos enseguida y corremos a la entrada de la cabaña, él abre la puerta muy rápido y los gritos de varias personas llegan a mis oídos, ambos corremos hacia la aldea y vemos que muchos guerreros están enviando a los civiles a sus casas y diciéndoles que cierren con seguro sus puertas, pero que, sobre todo, tengan a sus oseznos cerca de ellos.Entre todo el alboroto vemos al señor Rusel, al vernos se acerca a nosotros, se le ve muy tenso y molesto, tiene los puños apretados y tiene la respiración agitada.—¿Qué ha sucedido?—Han robado varios oseznos, esperamos encontrar al ladr
A la mañana siguiente me siento en la cama y miro el suelo por un largo rato, meso mis pies de forma juguetona, creo que estoy delirando del sueño que tengo, miro por encima de mi hombro y veo que mi esposo se empieza a despertar.—Buenos días— Su voz es ligeramente ronca y somnolienta.—Hola— Suelto un gran bostezo. —Buenos días.—¿Dormiste bien?—¿Dormir? Me ha dado insomnio por lo ocurrido— Le dedico una pequeña sonrisa. —Voy a buscar nuestra ropa.Me levanto de la cama de un salto y busco nuestra maleta, mientras Reese coloca la leña para calentar el agua. Una vez que estamos listos, preparamos nuestras cosas, igual que ayer, Rusel nos invita a desayunar a su casa.Mientras desayunamos, el jefe nos deleita con una alegre conversación, su esposa sonríe de oreja a oreja y sus hijos se limitan a comer, mirando de forma ocasional a su padre, después del desayuno nos despedimos y pasamos a retirar.De vuelta en el camino, me acomodo en mi asiento para luego dormirme, los parpados me pe
Han pasado las tres semanas y todos nos hemos puesto en marcha, mi amiga Karla y su familia se ven aterrados por todo esto, pero les he dicho que todo va a salir bien. La caravana se ha dividido en tres secciones, hasta adelante están los exploradores junto con algunos guerreros, el alfa junto con su familia y los de la aldea, en medio se encuentran los humanos del pueblo y de los lugares cercanos, además de los kitsune de la aldea de mi abuelo y hasta atrás se encuentran el resto de guerreros y creo que uno de los hijos del alfa. Tengo entendido que el resto de aldeas de hombres lobos bajo el control de Licaón, han recibido una masiva diciéndoles a donde tienen que viajar, espero lleguen con bien.Durante nuestro viaje, los cachorros se muestran muy intranquilos e inquietos, las nodrizas hacen todo lo posible por mantenerlos tranquilos, pero es difícil, en especial porque sienten el miedo de quienes los rodean; el viaje será muy largo.Según Licaón, el viaje será de aproximadamente t
A lo lejos puedo ver un enorme espacio abierto, pero esté está rodeado de varios árboles como si formaran una fortaleza a su alrededor, el alfa relaja los hombros por unos breves momentos y sigue andando, su esposa le sigue de cerca al igual que sus otros dos hijos, Reese se ha quedado a mi lado durante todo el viaje, gracias a la confusión y el estrés de tener que movernos, he aprovechado el momento para llevar conmigo a mis cachorros en mi sudadera, mi esposo no se notaba nada feliz, pero me ha permitido salirme con la mía. Una vez que llegamos al lugar, el alfa no tarda en ponernos a trabajar, empieza a formar grupos de trabajo y nos da nuestras tareas; como era de esperar, muchos humanos no están para nada felices con esto, pero no tienen el valor de rebelarse contra él. Debido a las labores que me han tocado, he tenido que dejarle a mis crias a mi madre, quien ha creado, junto con mi abuela, un refugio temporal para los cachorros de lobo y zorro, al parecer se llevan bastante bi
—Deja de estar peleando por tonterías, estamos en una situación delicada y se nota que Licaón sabe más sobre el asunto que nosotros, es hora de dejar atrás nuestras diferencias— Vocifera algo enojado el señor Rusel. —Todavía sigo enojado por lo que le hicieron a mi aldea, pero no es momento de saldar cuentas, es momento de colaborar. —No he dicho que no lo voy a hacer, claro que debemos colaborar, sólo he dicho que no pienso seguir a un perro pulgoso y a un oso apestoso. —¿Y qué piensas hacer? Hasta donde tengo entendido, muchos de los tuyos han caído bajo la oscuridad o han muerto tratando de sobreponerse a ella. —En ningún momento dije que me iría, voy a quedarme y a cooperar, o mejor dicho... ustedes van a cooperar conmigo. Licaón arquea una de sus cejas y se cruza de brazos, Rusel abre los ojos de par en par y una expresión de curiosidad se posa sobre su rostro, debido a que el anciano katze está de espaldas, no puedo ver la expresión de su rostro, pero su tono de voz me indic
—¡Te someterás a la voluntad de los ojos dorados de Gaia y a su descendencia! — Vocifera con fuerza e imponencia. Reese empieza a caminar conmigo todavía en brazos, siento como me estrecha con más fuerza para evitar que salga corriendo despavorida hacia el bosque; que muy probablemente me termine perdiendo. Miro de reojo por unos instantes por encima de mi hombro y veo al líder katze tirado en el suelo con el pie de Licaón sobre su pecho, el pobre anciano apenas puede respirar, en su forma de combate da miedo, además de ser algo delgado, sus orejas puntiagudas se mueven levemente. Siento como alguien se para a nuestros lados y volteo a ver de quien se trata. Hasta ahora me doy cuenta de que estamos rodeados por todos los de la aldea, mis cuñados están parados del lado derecho de Reese y mi suegra atrás de su marido, entre la multitud están los kitsune también, mirando de una forma un tanto arrogante al katze tendido en el suelo. —No te escucho— A pesar de que habla entre dientes, s