Mi entrenamiento se ha vuelto bastante intenso, al punto que no puedo ni levantarme del suelo, miro hacia Reese y veo que está sentado en la cama leyendo uno de los libros que le regaló mi madre, yo apenas puedo tener los ojos abiertos. —¿Cómo es que tienes energía para leer? —El entrenamiento de tu tío no es nada comparado con lo que he recibido toda mi vida, además— Baja el libro y me voltea a ver, para luego depositar un pequeño beso en mi mejilla. —Lo de él es más meditación y control de emociones... al menos de momento. Un pequeño refunfuño se me escapa y hundo mi cara en la almohada, paso mis manos por mi cabellera roja y la revuelvo con toda la flojera del mundo, después de hacer mi pequeño berrinche regreso la vista a mi esposo, que me dedica una enorme sonrisa. —Por cierto... mañana nos vamos a ver a los hombres oso ¿No? —Si... quién lo diría, la semana ha pasado volando. —¡Dilo por ti! — Exclamo un poco enojada. —Para mí, esta semana ha pasado de forma lenta y dolorosa,
Luego de mucho viajar, por fin llegamos a un pequeño pueblo, todo se ve tan... ¿Cómo decirlo? Tranquilo, familiar, hay muchas personas caminando de un lado a otro a pesar de que es de noche, muchos locales están abiertos, invitándote a entrar con sus brillantes y llamativos letreros con luces de neón, también veo a muchas familias andando de un lado a otro.—Qué lugar tan acogedor.—Está apartado de todo, las noticias de la oscuridad no les han llegado al parecer, esperemos que podamos controlar la situación antes de que las malas noticias lleguen acá.—Espero que sí, sería una pena que toda esta paz se vea interrumpida por algo tan siniestro.Debido a que Reese está manejando lento, un policía nos detiene y pidiéndole al conductor que baje su ventanilla. Apenas la baja, un aire fresco se cuela por ella, trayendo consigo un aroma a comida muy deliciosa, esto hace que mi estómago ruja de hambre.—Oficial.—Está manejando a menos de lo permitido.—Lo sé, pero mi esposa quería ver con at
—Hora de seguir con nuestro camino.—Para ser honesta, preferiría no ir... me da un poco de miedo tener que ver a un hombre oso... sería la primera vez que veo uno.—Tranquila, si no están en época de apareamiento, son gente muy bonachona y sociable, nada de lo que debas preocuparte.Una risa nerviosa se me escapa mientras me pongo el cinturón de seguridad, nos ponemos en marcha.—Por cierto, vamos a buscar un lugar donde desayunar.Asiento con la cabeza y miro hacia afuera, pese a que es muy temprano, hay muchas personas andando, también hay personas en bicicleta. Me pierdo viendo el tranquilo paisaje, como me gustaría vivir en un lugar así.Viajamos por dos días más hasta que por fin llegamos hasta la frontera, miro de reojo a Reese y noto que está ansioso, un ligero suspiro se me escapa y me acomodo en mi asiento al tiempo que juego con mis manos de forma nerviosa.—Gaia... como siento la tensión— Me giro un poco hacia él. —Reese, siento que no puedo hacerlo... de verdad no me sien
—Supongo... que no— Me encojo un poco de hombros al no saber qué contestarle.—Es normal Donna, no podemos ofrecer nuestra ayuda sin recibir nada a cambio, pero eso no significa que siempre es así, primero tenemos que asegurarnos de que son gente de fiar, gente a la que podamos acudir si algo malo surge.—¿Verdaderos aliados?—Así es, con la oscuridad acechando en cada esquina, no puedes fiarte de cualquiera, en especial porque los primeros síntomas de corrupción son imperceptibles a simple vista, se empieza a manifestar de forma más notoria cuando el cambia formas ha sido corrompido casi en su totalidad.—N-No.… sabia eso.—Por eso me preocupas, Donna, tu olfato no ayuda en lo absoluto y tu sensibilidad a la oscuridad es nula ¿Te ha dicho algo tu abuelo con respecto a ese problema?—Me dijo que... no es algo que se pueda cambiar, ni siquiera con magia, lo siento.Se detiene de forma repentina, luego me toma entre sus brazos y me estruja contra su pecho con algo de fuerza, coloca su b
Miro a Reese asustada por la forma en como le habla a ese gigantesco hombre, él se acerca a mí parándose a mi lado, no sé porque siento esta tensión y me asusta bastante.—Creeme, nadie se metería con una hembra marcada, la última vez que eso ocurrió.... las cosas terminaron muy mal.—Una historia de lo más interesante seguramente, pero...—¡Y sí que lo es! — Exclama asustado. —Uno de nuestros grandes osos murió a manos de un lobo, debió ser una pelea muy dura.... para el gran oso, supimos que era un gran oso porque llevaba el collar de la tribu, porque su cuerpo.... — Hace una expresión de repelús y niega repetidas veces con la cabeza. —Eso parecía más una masa de carne, luego buscamos al que hizo eso y nos encontramos con un hijo de la luna con su hembra…si... —Se pierde por unos breves momentos en sus pensamientos. —Desde ahí supimos que ustedes a pesar de ser más chicos que nosotros, en cuanto a tamaño, son muy peligroso.... no me quiero ni imaginar como se pondrá un cachorro de a
Llegamos a otra cabaña un poco más grande que en la que nos quedamos, Rusel abre la puerta de un fuerte portazo de forma alegre y entra con plena confianza. —¡Ya llegué y traje a los invitados! — Grita a todo pulmón. —¡Vamos a desayunar! Entramos a la casa y vemos que hay una enorme mesa, en ella se encuentran tres jóvenes de nuestra edad y tres pequeños, una mujer ligeramente robusta, entre sus brazos trae una charola con bastante comida, uno de los jóvenes se acerca a ayudarla. —¡Es mi familia! — Exclama entusiasmado. —Mi esposa, Naila, mis trillizos, Kendar, Dorian y Johan, mis oseznos, Lili, Trona y Joy— Nos voltea a ver y nos invita a tomar asiento. —Vengan cachorros, siéntense a mi lado. Miro de reojo a Reese y él toma asiento a lado de Rusel, no estoy muy segura de tomar asiento, pero me termino sentando a lado de mi esposo, no me siento muy cómoda estando entre tantos desconocidos. La mujer y uno de los chicos sirven la comida, miro a todos los presentes con nerviosismo y
—Esto pude ser una parte del problema, una tierra estéril y que se está muriendo, podría causar grandes problemas a la hora de cultivar, posiblemente sus problemas iniciaron en el corazón del bosque y se fue extendiendo por todo el lugar.—Muy seguramente, es importante hablar con esos gatos cuanto antes.Ambos hombres empiezan a caminar más rápido, dejándome atrás en cuestión de segundos, yo no tengo nada de prisa en encontrarme con otros cambia formas, suficiente he tenido con los hombres oso.Llegamos hasta una aldea muy deteriorada, la tierra es completamente arenosa, el césped es amarillo y en algunas partes es marchito, un pequeño aire sopla y levanta consigo la tierra de forma algo violenta, me rasco los ojos y parpadeo repetidas veces.—Vaya... es muy poco probable que algo pueda vivir aquí.Nos detenemos en la entrada del lugar y nos quedamos parados por unos instantes, Reese está bastante tenso e irritado, pero hace un impresionante esfuerzo por mantenerse tranquilo. De una
—No me siento tranquila sabiendo esto, ni tampoco quiero dejar a la deriva a estas personas, pero entiendo que debemos hacerlo.Sin decir nada más, nos vamos a dar una ducha para luego dormir, apenas mi cabeza toca la almohada caigo profundamente dormida, mi esposo me acomoda entre sus brazos y me acurruca sobre su pecho.En mitad de la noche escuchamos un fuerte ruido seguido de un alboroto, Reese y yo nos levantamos enseguida y corremos a la entrada de la cabaña, él abre la puerta muy rápido y los gritos de varias personas llegan a mis oídos, ambos corremos hacia la aldea y vemos que muchos guerreros están enviando a los civiles a sus casas y diciéndoles que cierren con seguro sus puertas, pero que, sobre todo, tengan a sus oseznos cerca de ellos.Entre todo el alboroto vemos al señor Rusel, al vernos se acerca a nosotros, se le ve muy tenso y molesto, tiene los puños apretados y tiene la respiración agitada.—¿Qué ha sucedido?—Han robado varios oseznos, esperamos encontrar al ladr