—¿A que le tienes miedo? He notado que eres demasiado miedosa y que tienes los nervios a flor de piel.—Si... bueno... no es fácil para mí poder controlar mis emociones, me dejo influenciar muy rápido por ellos y eso.... bueno, hace que pierda el control de mi transformación.—Es normal en los híbridos, se dejan influenciar muy fácilmente por sus emociones.—Ahora que lo pienso... ¿Usted sabe algo más sobre los híbridos? Mi madre no sabe mucho de nosotros y mi suegra tampoco.—He vivido demasiados años y puedo decirte que he conocido a muy contados híbridos, pese a que tienen sus dificultades, todos tienen algo en común, tienen mucha libertad para forjar su camino.Toma asiento y su mirada se pierde por unos instantes viendo el fuego, luego me mira de reojo y se acomoda en su lugar, parece que me está analizando o algo por el estilo. Sin poder resistir más a mis nervios, termino por transformarme, esto hace que me sienta muy avergonzada por lo ocurrido.—Bueno, lo primero que debes sa
Decidimos inspeccionar un poco más el cuarto, revisando los libros y libretas de anotaciones, por lo visto, ninguno de mis abuelos quiso mover las cosas de mi mamá, simplemente limpiaron el polvo, se me hace bastante nostálgico ver todo esto.Una vez que hemos saciado nuestra curiosidad, nos acostamos a dormir un rato, metiéndonos entre las cobijas, que están muy calientitas y cómodas, me giro hacia Reese y me acurruco sobre su pecho, cayendo profundamente dormida.Reese me levanta susurrándome al oído que la cena está lista, pero como de costumbre, me niego a levantarme, quiero seguir durmiendo y no salir de cama, en especial por lo cómoda que me siento estando aquí.—Vamos Donny, que no están esperando.Refunfuño y de mala gana salgo de entre las cobijas, arrastro los pies hasta la puerta y pego mi frente a ella, debo parecer un muerto viviente, él se ríe un poco de mi estado y abre la puerta, pero me toma entre sus brazos impidiendo que mi cara termine estampada contra el suelo. To
Luego de la pequeña celebración, volvemos a la casa de mis abuelos. Dejamos que los adultos se nos adelanten, quedándonos Reese y yo atrás, contemplando el paisaje, seguramente de día debe de verse completamente diferente.—Afinidad a la luz ¿Quién lo diría?—Ni me lo digas, incluso yo estoy sorprendida.Me queda una espina en el corazón al no poderle decir a Reese la verdad, pero tampoco es el momento ya que mi madre podría escucharnos, le diré cuando volvamos a casa. Nos tomamos de la mano y le cuento sobre mi experiencia con los rituales.—La verdad ya me sentía bastante desanimada con lo que había pasado con los otros pilares, pero mi abuela insistió.—Qué bueno que le hicieron caso.Llegamos a la casa y veo que todos se han detenido en la entrada, trato de mirar entre ellos, pero no puedo, apenas logro distinguir la entrada. El bufido de enojo de mi madre hace que dé un paso atrás, tropezándome con el escalón, menos mal que Reese me ha tomado entre sus brazos.—Dejen de pelear, y
A la mañana siguiente me despierto y antes de salir de entre las sábanas, me doy cuenta de que no traigo ropa encima, asustada volteo a ver a Reese, que sigue durmiendo plácidamente, luego miro por debajo de las sábanas y noto que tampoco tiene ropa. —¡Reese, Reese! — Le sacudo del brazo asustada. —¿¡Que pasó anoche?! — Le pregunto asustada en voz baja. Aturdido, me voltea a ver mientras se estira al tiempo que bosteza, luego se rasca la nuca y me mira con el ceño fruncido, esperando a que le repita lo que acabo de decir. Le vuelvo a repetir mi pregunta y me mira aún más extrañado. —No pasó nada, a mitad de la noche empezaste a desvestirte, repetías entre dientes que tenías calor. Le miro extrañada y trato de recordar lo que hice, luego me doy un golpe en la frente, ya que es verdad, por alguna razón me dio demasiado calor y sentía que me estaba cocinando en mis propios jugos, después de quitarme todo me sentí bastante aliviada. —¿Tu qué haces sin ropa? —Siempre duermo así. —¿En
Como estaba previsto, llegamos a la aldea cuando las estrellas están sobre el cielo; me impresiona que Reese haya podido hacer este viaje sin cambiar de conductor, debe estar muy cansado, cuando volvamos a casa le voy a preparar un baño caliente y le llevaré la cena a la cama. A la distancia vemos la aldea y sus luces, logro distinguir a unas personas en la entrada, pero estando a esta distancia es muy difícil saber quiénes son.Estando más cerca logro reconocer a las personas, son mi papá, el alfa, mi primo y mi suegra, que como siempre, tiene una expresión seria en el rostro. Me acomodo en mi asiento, ansiosa por estirar las piernas y de irme a casa.Se estaciona enfrente de todos y enseguida se baja para luego abrirme la puerta, Rica abre la puerta trasera, un poco enojada, parece ser que esperaba a que él también le abriera la puerta, pero paso de ella completamente. Me ayuda a bajar ya que tengo entumidas las piernas.Licaón mira de forma expectante a que todos terminen de bajar
Termino de lavar lo que usamos y de acomodarlo en su lugar, pero me da miedo volver al cuarto, después de escuchar esa amenaza, no me dan muchas ganas de volver, pero tengo que hacerlo, de lo contrario Reese saldrá y me dará caza. Trago saliva con dificultad y camino de regreso al cuarto, arrastrando un poco los pies.Me paro frente a la puerta del cuarto y la abro un poco, asomando la cabeza de forma tímida, mis nervios están a flor de piel al ver que Reese no está, entro al cuarto cerrando la puerta con mucho cuidado, luego me quito la ropa y la pongo en su lugar, después me trasformo en zorra y me escondo debajo de las almohadas, no puedo dejar de temblar.—¿¡En donde se ha metido Reese?! Me recuerda mucho a la vez que me persiguió por el bosque, sólo espero que ahora no me tome del cuello como en esa ocasión.La puerta del cuarto se abre de forma escalofriante, asomo un poco la cabeza y veo a Reese transformado en lobo entrar al cuarto, olfatea el aire y luego vuelve a salir, ahor
—Yo no pienso irme sin Reese— Me paro frente a mi abuelo, esperando a que ceda.—Puedes traerlo, lo que me importa es llevarte a ti y a tu hermana, necesitan un entrenamiento adecuado y por lo visto, tu madre ha sido irresponsable con eso también.—No puedo dejar que Reese se vaya, lo necesitamos en la aldea.—¿Y tú piensas que voy a quedarme aquí de brazos cruzados mientras me apartan de mi hembra? De ninguna manera, si tengo que irme con ella, lo haré, no lo dudes— La forma en como le habla a su padre es retadora y no me imagino la forma en cómo debe estarlo mirando.—Te necesito al cien Reese, la aldea te necesita.Observo por unos instantes al alfa, que se soba las cienes frustrado por la situación; y yo que pensaba que las cosas iban a ser tranquilas y calmadas, nunca me espere que fueran a dar un revés tan complicado ¿Acaso no pueden ser las cosas fáciles al menos una vez? Por lo visto no.—Si no piensas cumplir con tu palabra, entonces no veo razones por las cuales ayudarte, as
—Entonces ¿Qué propones? No podemos mandar a nuestra gente a combatir algo para lo que no están preparados, no.… sería una estupidez muy grande.—Bueno... hay formas de combatirla, pero requiere de un largo y extenso entrenamiento, mi hijo mayor puede entrenar a tus hombres para eso... claro, si es que están dispuestos a seguir las ordenes de un kitsune.—Anciano... ¿Qué tanto sabes sobre nuestra némesis?—He vivido demasiados siglos y le he transmitido gran parte de mis conocimientos a mis hijos mayores, es la ventaja de ser un inmortal.Parece ser que Licaón no tenía conciencia de que mi abuelo fuera un inmortal y lo digo por la cara que trae, para añadirle la cereza al pastel, mi abuelo enseña con mucho orgullo sus nueve colas, haciendo que todo el mundo suelte un jadeo de sorpresa.—¿Ahora si piensas escucharme? No te estoy diciendo como debes manejar a tu aldea, pero sería bueno que escuches los consejos de este viejo, que ha vivido más siglos que tú.Asiente levemente con la cab