CAPÍTULO 35: LO QUE SEA POR PROTEGERLANikolai—¡Maldit4 sea! —bramo. La furia que mantuve contenida acaba por explotar. Destrozo una de las sillas de mi habitación de un solo zarpazo, esparciendo las esquirlas por todo el suelo.“Te dije que debías hacer algo al respecto, ahora Gaia y nuestro cachorro están en peligro por tu culpa”, recrimina Maheegan. —Basta, ya tengo suficiente como para que tú también me lo reclames. Yo no la mandé a escaparse de nuevo.“Si no la hubieras encerrado nada de eso habría pasado”.Rujo lleno de impotencia. Sé que mi madre puede ser muy persistente cuando se le mete una idea en la cabeza, pero no puedo permitir que le hagan daño a Gaia.“¿Al fin vas a admitir lo mucho que te importa?”.—¡Silencio Maheegan! —grito—. Yo no he dicho que me importe ella, pero sí el cachorro en su vientre.“¿Hasta cuándo vas a seguir engañándote a ti mismo? A mí no me puedes mentir, te conozco mejor que nadie, Nikolai”. Ignoro las preguntas de mi lobo mientras camino de un
CAPÍTULO 36: NO CONFÍO EN ELLAGaiaSolo tengo un par de horas aquí y me bastan para saber que he caído en un infierno mucho peor. La madre de Nikolai me puso un guardia en la entrada para que no pueda escapar, pero eso es lo de menos, sé bien que tengo los minutos contados, porque ella no permitirá que siga viviendo y a él… dudo mucho que en verdad le importe.—Déjanos pasar Kyle, prometemos que no causaremos problemas.Escucho la voz de una mujer afuera de la habitación. Inmediatamente mis sentidos de alarma se disparan, no sé quién será, pero el tono de su voz no me produce buena espina.—Que sea rápido —responde él.Ella le susurra algo que no alcanzo a determinar, y entonces la puerta se abre de par en par. Para mi sorpresa, hay más de una mujer afuera, pero el guardia que vigilaba se ha ido.Cinco mujeres entran en la habitación con una sonrisa burlona y una mirada amenazante y pretenciosa. Me evalúan de arriba abajo con desdén, es evidente que no les agrado a pesar de que ni si
CAPÍTULO 37: SALVANDO A LA BASTARDAParisaNi en un millón de años habría imaginado que tendría que pretender preocupación por Gaia para evitar su muerte. Hasta hace poco habría estado encantada con la idea. Dejar que la reina madre acabase con la vida de Gaia se habría convertido en todo un espectáculo para mí, pero, maldit4 sea mi suerte, tengo que salvarle la vida. Al menos por ahora.Mi única esperanza para conseguir un heredero sin que se den cuenta de mi engaño es con el bebé de Gaia, y si la hacen abortar o peor, la asesinan, no solo no tendré un bebé en mi vientre que entregar en unos cuantos meses, sino que además, probablemente también perderé mi propia vida.Gruño de frustración en mi habitación. Faltan poco para que inicie el ritual de fertilización, debo tomarme la poción que me dio la bruja unos minutos antes de que Kalixta me bendiga con un bebé que no podrá existir. —Todo mi plan depende de que Nikolai logre sacarla de aquí —digo en voz alta.Tener que aguantarme que
CAPÍTULO 38: EN LA CABAÑAGaiaSalir del ala de las concubinas no fue tan difícil como tener que atravesar el bosque a toda velocidad sobre el lomo de Nikolai acompañada también de Wise, la doncella de Parisa. Nadie se dio cuenta de mi huida, o eso parece al menos, pero lo que me mortifica no es eso, sino el futuro incierto que me espera aquí ¿Realmente estaré a salvo?Nikolai me deja en una hermosa cabaña oculta entre altos árboles y arbustos frondosos llenos de flores, que lo hacen parecer un cuento de hadas. Pero mi historia no es una fantasía, y esta hermosa cabaña está lejos de ser mi final feliz.—Te quedarás aquí, y espero que esta vez me escuches Gaia, no puedes salir de aquí hasta que yo vuelva por ti y el cachorro.—¿Qué pasará conmigo después de eso? —pregunto. Él está de espaldas a mí observando la salida, seguramente quiere deshacerse de mí pronto.Nikolai me mira ladeando la cabeza y suspira.—No lo sé.Verlo acercarse a la puerta hace crecer una angustia dentro de mí. D
CAPÍTULO 39: UN CHIVO EXPIATORIONikolai—¡¿Dónde está?!Escucho los gritos de mi madre desde el salón del trono, está hecha una furia porque seguramente ya descubrió que Gaia no está en el ala de las concubinas. Es temprano en la mañana, Parisa se ha ido con Karine a llevarle algo de comer a Gaia mientras yo estoy aquí, listo para preparar la gran farsa de mi vida.No me causa remordimiento haber asesinado a una pobre chica indefensa que encontré en el camino para reemplazarla como Gaia, aunque debo reconocer que tampoco me fue grato hacerlo. Pero proteger a Gaia es mi prioridad, ni siquiera sé en qué momento se convirtió en el centro de todos mis pensamientos, ni tampoco quiero detenerme a pensarlo, solo sé que mi instinto entero me grita que debo protegerla a toda cosa, sin importar las consecuencias.Me escabullo por los muros del palacio con el cuerpo de la chica a cuestas y aterrizo en el patio donde aparento haber llevado a cabo la orden de mi madre.Justo en el instante en que
CAPÍTULO 40: NO ESTOY TAN SEGURAGaiaDespués de procesar todo lo que me ha ocurrido, con la barriga llena y una calma aparente que no termina de convencerme del todo, empiezo a evaluar mis opciones. La cabaña donde me encuentro es mucho mejor que la estrecha habitación de la torre; es más grande, tiene más lugares y sobre todo, puedo salir cada vez que quiera, aunque no debo alejarme demasiado.Aparto mis sentimientos de tristeza y me pongo manos a la obra. El lugar está un poco sucio y si voy a pasar siete meses aquí, al menos lo dejaré limpio.Sin darme cuenta el tiempo se me pasa volando, saco el polvo y las telarañas en las esquinas del techo, arreglo la mesa, sacudo la cama y por último, limpio la chimenea que tiene años sin usarse.—Probablemente necesite algo de leña para encenderla —digo para mí misma.“¿Lo ves Gaia? Nikolai nos trajo a un lugar mucho mejor”, dice Tala. —No digas tonterías, loba. Aunque tengamos más libertad, no hemos dejado de ser prisioneras.Sé que cometí
CAPÍTULO 41: SOBRE MI CADAVERNikolaiMis patas golpean el suelo del bosque levantando tierra y hojas a su paso, nunca había sentido una angustia tan fuerte y grande como en este momento, puedo sentir el terror de Gaia y aunque no sé lo que pasa, estoy seguro de que es algo grave.No debí dejarla a su suerte allí en la cabaña. Aunque está alejada del reino, se encuentra demasiado cerca de los límites de Sunwood. Hasta ahora ese reino y el mío han estado en una constante tensión conflictiva.Hace poco sus lobos atacaron a los míos y aunque todavía no he resuelto ese problema, pronto tomaré cartas en el asunto. Sin embargo, mi prioridad se ha centrado tanto en Gaia que he descuidado mis deberes reales para proteger a mi manada.Acelero el paso hasta que por fin vislumbro la cabaña, retomo mi forma humana poniéndome la ropa que siempre llevo en el lomo cuando me convierto y entro como un vendaval al lugar. La puerta se azota con violencia contra la pared, pero nadie sale a recibirme.Per
CAPÍTULO 42: ELLA ME SALVÓGaiaUn monstruo…Hace dos meses le habría confirmado sin titubeos que sí, eso es lo que pienso de él… sin embargo ahora yo… no puedo verlo así, simplemente me he dado cuenta de que Nikolai es mucho más que un ególatra tirano que quiere controlar todo a su antojo.Pensaba que para él no era más que una herramienta de satisfacción, y tal vez, una incubadora que no eligió del todo para tener a su cachorro, pero me doy cuenta de que realmente le importo.Vino desde el castillo sin importarle si tomaba un gran riesgo o si su madre se daba cuenta de la situación, para llegar a rescatarme de las garras de esos lobos. Ellos iban a despedazarme, estaban seguros de que yo era una especie de espía de Stormwolf y como no podía darles ninguna información relevante, iban a divertirse conmigo y después acabarían con mi vida.Si él no hubiese llegado en ese momento… no sé qué habría pasado.Y ahora… estoy recostada sobre su pecho desnudo, con mi mano en el costado cerca de