CAPÍTULO 43: EN DEUDANikolaiNo puedo creer que Parisa acaba de salvar a Gaia de un horrible destino incluso a costa de su propia seguridad. La herida en su pecho no se ve nada bien, hay mucha sangre y por improbable que parezca, realmente estoy preocupado por ella.Nunca imaginé que algo así pudiera suceder, debí comprobar que los cuatro lobos estaban muertos antes de irme del claro. El peligro acecha en cada momento; tengo que irme con Parisa de vuelta al reino, pero no puedo dejar a Gaia sola.—Karine, quédate con Gaia aquí, si cualquier lobo hostil se aparece, deberás matarlo.—Como ordene, mi señor.Tomo a Parisa en mis brazos y estando afuera, me transformo. Le acomodo sobre mi lomo y me preparo para partir. Gaia se asoma desde la puerta mirándome con incertidumbre y tal vez algo de recelo.—¿Volverás? —pregunta.—No lo creo. Mientras estés a salvo, es mejor que no me aparezca por aquí.—¿Y si llegan más lobos? Vendrán a buscar a los cuatro que mataste.—Yo me encargaré de eso,
CAPÍTULO 44: DECLARACIÓN DE GUERRANikolaiDesde el reinado de mi padre llevamos años en una especie de guerra silenciosa contra el segundo reino más grande de todas las tierras sobrenaturales: Sunwood. Hace más de veinte años que su Alfa, el Rey Stefano Grimfur ha estado en constantes roces con nosotros.Mi padre había llegado a un acuerdo con ellos, mientras mantuviésemos una especie de tregua en la que jurábamos no atacarnos, nadie tendría por qué morir en la guerra. Sin embargo, mi madre jamás estuvo de acuerdo con ese arreglo entre las manadas y siempre ha asegurado que el Rey Stefano lleva todo este tiempo acumulando lobos y recursos para atacarnos cuando menos lo esperemos y apoderarse de las riquezas de mi reino y declararse el gran Alfa de los dos pueblos.No había querido creerlo hasta ahora, le juré a mi padre que no rompería el juramento, pero ya no ha sido solo un ataque, y ahora, al haber matado a los cuatro lobos en el bosque, estoy seguro de que ese frágil acuerdo ha l
CAPÍTULO 45: GAIA TENDRÁ QUE PAGARParisaCuando salí esta mañana hacia la cabaña de Gaia para cumplir mi papel de hermana abnegada, no imaginé que me encontraría defendiéndola con mi propia vida de un enorme lobo que aparecería de la nada.Todo pasó en una fracción de segundo. Una fracción tan ínfima en la que tuve que pensar rápido y reaccionar. Nunca, jamás de los jamases en la vida me habría puesto delante de una bestia feroz para salvar la vida de Gaia, pero en ese pequeñísimo instante pensé que, si dejaba que algo le pasase, entonces perdería mi única oportunidad, perdería al bebé que va en su vientre y el verdadero hijo de Nikolai.Fue muy rápido interponerme en medio de ella y el lobo salvaje que estaba dispuesta a matarla. No esperaba que me diese un zarpazo de lado a lado en mi pecho que me haría sentir un dolor indescriptible.Quiero gritar, internamente nadie puede escuchar mi dolor, caigo en la inconsciencia, pero puedo escuchar a la perfección todo lo que dicen a mi alre
CAPÍTULO 46: ÉL ME OLVIDÓGaia7 meses después…Ha pasado tanto tiempo desde aquel día en que creí que había tenido un momento con Nikolai, que se siente como toda una vida. Siete meses… siete meses desde que no ha vuelto a poner un pie en este lugar, desde que la guerra se desató entre los dos reinos y cada día vivo con el miedo constante de que me descubran en este lugar.El hechizo que Kalixta puso sobre la cabaña me ha mantenido segura, pero no sé si será lo suficientemente fuerte para resistir durante más tiempo. Mis días han pasado monótonos, solo me he dedicado a leer los libros que me trae Karine, ella es quien me mantiene informada sobre las cosas que suceden, y por supuesto, también Parisa. Durante este tiempo he visto como su vientre y el mío crecen al mismo ritmo, aunque yo llevo más meses de embarazo que ella, pareciese que su bebé tuviese el mismo tiempo que el mío.Ver el cambio en mi cuerpo, la figura perdiéndose poco a poco para abrir paso a esta enorme panza abulta
CAPÍTULO 47: CONTANDO LOS MOMENTOSNikolaiEl tiempo ha pasado tan deprisa que poco a poco se ha convertido en mi segundo enemigo. Desde que ha iniciado esta guerra contra Sunwood y para proteger a Gaia, no he vuelto a verla más. Karine y Parisa son las que me mantienen informado sobre su estado y condición, pero eso no es suficiente para mí ni para Maheegan, quien ha estado más que inquieto durante todos estos meses.Pero cada vez que quiero ir a verla, un nuevo problema surge en el reino, las tensiones entre ambos territorios no hacen más que aumentar. Fui a declararle la guerra directa al rey Stefano y desde entonces, solo ha habido muertes y batallas sinsentido que no nos llevan a ninguna parte. Yo no quería iniciar una guerra, pero no me quedó más opción que hacerlo. —Nikolai, las tropas del este están volviendo, las manadas quieren reunirse con nosotros para hablar de un ataque final —habla mi padre mientras yo estoy distraído mirando por la ventana hacia el bosque. Estoy esper
CAPÍTULO 48: EL MOMENTO ESPERADO LLEGÓParisaDebo ser una especie de santa, porque estoy segura de que nadie ha tenido tanta paciencia como yo. He esperado pacientemente estos siete meses más de embarazo mientras cuido de Gaia, sin embargo, no he dejado de verla más que como un medio para mis fines, mientras más pasaron los meses, mi odio hacia ella no hacía más que aumentar. Mantener a Nikolai lejos de la cabaña no fue tan fácil como lo pensé, ni siquiera la guerra que se ha desatado entre ambos reinos logró que él se la sacara de la cabeza. Y aunque he hecho todo en mi poder para que se fije en mí, él simplemente no me ve más que como una reina que debe tener a su heredero y nada más.Ni siquiera pasar las noches juntos en la misma habitación ha conseguido despertar, aunque fuese, un deseo carnal en él hacia mí, pero no me importa, porque eso es algo que Gaia no tiene saber y, por supuesto, nunca se va a enterar de la verdad.Ser la única que se encarga de velar por ella me ha ser
CAPÍTULO 49: TRAICIÓNGaiaNunca había experimentado un dolor tan insoportable como este. No sabía que traer un bebé al mundo sería tan doloroso. Como si cada parte de mi cuerpo quisiera escapar de mí, como si todo quisiera expulsarse en ese momento y dejarme vacía. Las lágrimas corren por mis mejillas y no es solo por lo que estoy padeciendo, sino porque él no está a mi lado.Mi única compañía es Parisa, y no es que me desagrade que mi hermana esté ayudándome, pero todo mi ser clama por Nikolai en este momento. —¡Puja Gaia! ¡Tú puedes hacerlo! —exclama Parisa—, ¡puedo ver su cabeza! ¡ahí está!Las fuerzas me abandonan, siento que mi cuerpo quiere desfallecer en cualquier instante. Niego con la cabeza, presa del sufrimiento que me envuelve. Siento que me estoy desgarrando a la mitad.—No puedo… No puedo hacerlo.—Sí puedes —asegura Parisa. Mi visión se ha vuelto borrosa, cierro los ojos y en mi mente clamo por Tala, incluso ella me abandonó, sé que si mi loba estuviera aquí podría d
CAPÍTULO 50: EL BEBÉ ES MÍOParisa—…Déjame verlo… Escucho a Gaia llamándome, pero la ignoro mientras envuelvo al bebé en las mantas y limpio su pequeño cuerpecito. No imaginaba que me deslumbraría con su ternura, es tan pequeño y frágil que me da miedo lastimarlo. Pronto empieza a llorar con mucha fuerza, parece que el veneno no lo afectó.Es un varón, y seguramente será fuerte y poderoso como su padre. Sonrío, sabiendo que por fin lo he conseguido. Cuando me giro para ver a Gaia, ya ha caído inconsciente, su respiración es tan mínima que ya casi parece muerta. —Vamos, muere rápido, tengo que irme de aquí —murmuro para mis adentros.El pequeño bebé no para de llorar, así que lo arrullo en mis brazos. La criatura toma uno de mis dedos y lo lleva a la boca para succionar. —Debes tener hambre, te alimentaré pronto —susurro.Lo dejo sobre la cama y me dirijo a la cocina para buscar la leche que ya tenía preparada para este momento, pero en ese instante, Karine abre la puerta de par e