CAPÍTULO 47: CONTANDO LOS MOMENTOSNikolaiEl tiempo ha pasado tan deprisa que poco a poco se ha convertido en mi segundo enemigo. Desde que ha iniciado esta guerra contra Sunwood y para proteger a Gaia, no he vuelto a verla más. Karine y Parisa son las que me mantienen informado sobre su estado y condición, pero eso no es suficiente para mí ni para Maheegan, quien ha estado más que inquieto durante todos estos meses.Pero cada vez que quiero ir a verla, un nuevo problema surge en el reino, las tensiones entre ambos territorios no hacen más que aumentar. Fui a declararle la guerra directa al rey Stefano y desde entonces, solo ha habido muertes y batallas sinsentido que no nos llevan a ninguna parte. Yo no quería iniciar una guerra, pero no me quedó más opción que hacerlo. —Nikolai, las tropas del este están volviendo, las manadas quieren reunirse con nosotros para hablar de un ataque final —habla mi padre mientras yo estoy distraído mirando por la ventana hacia el bosque. Estoy esper
CAPÍTULO 48: EL MOMENTO ESPERADO LLEGÓParisaDebo ser una especie de santa, porque estoy segura de que nadie ha tenido tanta paciencia como yo. He esperado pacientemente estos siete meses más de embarazo mientras cuido de Gaia, sin embargo, no he dejado de verla más que como un medio para mis fines, mientras más pasaron los meses, mi odio hacia ella no hacía más que aumentar. Mantener a Nikolai lejos de la cabaña no fue tan fácil como lo pensé, ni siquiera la guerra que se ha desatado entre ambos reinos logró que él se la sacara de la cabeza. Y aunque he hecho todo en mi poder para que se fije en mí, él simplemente no me ve más que como una reina que debe tener a su heredero y nada más.Ni siquiera pasar las noches juntos en la misma habitación ha conseguido despertar, aunque fuese, un deseo carnal en él hacia mí, pero no me importa, porque eso es algo que Gaia no tiene saber y, por supuesto, nunca se va a enterar de la verdad.Ser la única que se encarga de velar por ella me ha ser
CAPÍTULO 49: TRAICIÓNGaiaNunca había experimentado un dolor tan insoportable como este. No sabía que traer un bebé al mundo sería tan doloroso. Como si cada parte de mi cuerpo quisiera escapar de mí, como si todo quisiera expulsarse en ese momento y dejarme vacía. Las lágrimas corren por mis mejillas y no es solo por lo que estoy padeciendo, sino porque él no está a mi lado.Mi única compañía es Parisa, y no es que me desagrade que mi hermana esté ayudándome, pero todo mi ser clama por Nikolai en este momento. —¡Puja Gaia! ¡Tú puedes hacerlo! —exclama Parisa—, ¡puedo ver su cabeza! ¡ahí está!Las fuerzas me abandonan, siento que mi cuerpo quiere desfallecer en cualquier instante. Niego con la cabeza, presa del sufrimiento que me envuelve. Siento que me estoy desgarrando a la mitad.—No puedo… No puedo hacerlo.—Sí puedes —asegura Parisa. Mi visión se ha vuelto borrosa, cierro los ojos y en mi mente clamo por Tala, incluso ella me abandonó, sé que si mi loba estuviera aquí podría d
CAPÍTULO 50: EL BEBÉ ES MÍOParisa—…Déjame verlo… Escucho a Gaia llamándome, pero la ignoro mientras envuelvo al bebé en las mantas y limpio su pequeño cuerpecito. No imaginaba que me deslumbraría con su ternura, es tan pequeño y frágil que me da miedo lastimarlo. Pronto empieza a llorar con mucha fuerza, parece que el veneno no lo afectó.Es un varón, y seguramente será fuerte y poderoso como su padre. Sonrío, sabiendo que por fin lo he conseguido. Cuando me giro para ver a Gaia, ya ha caído inconsciente, su respiración es tan mínima que ya casi parece muerta. —Vamos, muere rápido, tengo que irme de aquí —murmuro para mis adentros.El pequeño bebé no para de llorar, así que lo arrullo en mis brazos. La criatura toma uno de mis dedos y lo lleva a la boca para succionar. —Debes tener hambre, te alimentaré pronto —susurro.Lo dejo sobre la cama y me dirijo a la cocina para buscar la leche que ya tenía preparada para este momento, pero en ese instante, Karine abre la puerta de par e
CAPÍTULO 51: IRASCIBLEGaiaRojo… todo lo que puedo ver es rojo. La vida se me va, siento como poco a poco el último aliento lucha por escapar de mi garganta. Voy a morir aquí, traicionada por todos los que alguna vez quise. Parisa… Nikolai… ¿cómo pude ser tan tonta para confiar en ellos? Siempre fue una trampa, desde el principio nunca les importé, todo lo que les interesaba de mí era mi bebé, y ahora que ha nacido, yo ya no les sirvo más.Pero nada de eso importa ahora, no importa porque ya no tengo fuerzas para seguir luchando, no puedo ni siquiera moverme, me siento inútil. Lo perdí todo y no tuve ni la oportunidad de pelear por ello…“No Gaia. Despierta”¿Tala? ¿Eres tú? “Gaia, estoy muy débil, pero podemos salir de aquí, solo tienes que levantarte. Eres más poderosa de lo que crees, solo debes confiar en ti misma. Despierta”.Mi loba tiene razón, no puedo rendirme, no puedo permitir que Parisa y Nikolai me arrebaten lo que más me importa en este mundo. Llegué a pensar que sentí
CAPÍTULO 52: UNA HORRIBLE PESADILLANikolaiLa lucha encarnada y feroz contra los maldit0s lobos de Sunwood no me da tregua. Corto, desgarro y muerdo a diestra y siniestra, acabando con cada uno de los que se cruzan en mi camino, pero aparecen como cucarachas y no me dan la oportunidad de alejarme del castillo. En mi corazón puedo sentir la angustia y el dolor de Gaia, sé que algo anda mal, pero aunque quiera ir a su lado, no puedo hacerlo. Solo me queda confiar en que Karine y Parisa puedan ayudarla. «Ella estará bien», repito en mi mente, pero no sé si eso sea verdad.Avanzo hasta la entrada del castillo, donde detecto al lobo principal, el comandante que está dirigiendo al resto del ejército. Si consigo asesinarlo, podré poner fin a este ataque vil. Rujo con fuerza, llamando a mis lobos al ataque.Observo a la comandante Rowen, a mi Beta Darryl y a los gemelos liderando la lucha contra todos ellos.Los Alfas de los clanes también pelean a mi lado y mi padre está luchando a muerte
CAPÍTULO 53: LA CONFIRMACIÓN DE MI PEOR MIEDONikolai “Gaia está…”—¡No! ¡No lo digas! —exclamo con las manos cubriendo mi rostro. Contengo las lágrimas en mi garganta, esto no puede estar pasando. “Nikolai, si no podemos sentirla, o rompió el vínculo o murió, y es evidente por lo que vemos que no es lo primero”, refuta Maheegan.—Basta, ¡Basta! Ella no puede estar muerta.El vacío en mi corazón amenaza con ahogarme, la furia que me recorre el cuerpo es asesina, podría ir ahora mismo a matar a Stefano sin dudarlo. Me transformo en lobo y salgo disparado de vuelta al palacio, mis patas golpean el suelo levantando tierra y ramas a su paso, la noche sin luna ya se ha levantado en el firmamento y el frío helado congela mi pelaje, pero esas sensaciones son insignificantes comparadas con lo que llevo por dentro.Si Gaia está muerta yo… moriré con ella… pero primero debo matarlos a todos. A todos los responsables de su muerte.El camino hacia el palacio se me hace eterno, alcanzo la entrad
CAPÍTULO 54: PRISIONERA EN SUNWOODGaiaUna fuerte sacudida me despierta de mi letargo. Abro los ojos con lentitud y observo todo a mi alrededor con una mezcla de miedo y confusión. Poco a poco los recuerdos llegan a mi mente y un fuerte nudo en mi garganta amenaza con hacerme llorar. Intento incorporarme y solo en ese momento me doy cuenta de que sigo en mi forma lobuna. El viento mece mi pelaje con suavidad y un frío eriza mi piel por debajo. Comienzo a tomar conciencia del mundo a mi alrededor, estoy en un lugar lleno de nieve blanca, como la de mis sueños con Tala. Enseguida escucho la voz gutural de los lobos que me habían capturado, y entonces recuerdo que Karine venía conmigo. Me levanto con dificultad, las patas me duelen como si me las hubieran roto, ella sigue a mi lado, inconsciente, pero, por algún milagro, todavía respira.—¡Quieta ahí, loba! —advierte uno de ellos, me empuja contra los barrotes de la jaula haciéndome caer.No puedo evitar aullar de dolor, la sensación