CAPÍTULO 49: TRAICIÓNGaiaNunca había experimentado un dolor tan insoportable como este. No sabía que traer un bebé al mundo sería tan doloroso. Como si cada parte de mi cuerpo quisiera escapar de mí, como si todo quisiera expulsarse en ese momento y dejarme vacía. Las lágrimas corren por mis mejillas y no es solo por lo que estoy padeciendo, sino porque él no está a mi lado.Mi única compañía es Parisa, y no es que me desagrade que mi hermana esté ayudándome, pero todo mi ser clama por Nikolai en este momento. —¡Puja Gaia! ¡Tú puedes hacerlo! —exclama Parisa—, ¡puedo ver su cabeza! ¡ahí está!Las fuerzas me abandonan, siento que mi cuerpo quiere desfallecer en cualquier instante. Niego con la cabeza, presa del sufrimiento que me envuelve. Siento que me estoy desgarrando a la mitad.—No puedo… No puedo hacerlo.—Sí puedes —asegura Parisa. Mi visión se ha vuelto borrosa, cierro los ojos y en mi mente clamo por Tala, incluso ella me abandonó, sé que si mi loba estuviera aquí podría d
CAPÍTULO 50: EL BEBÉ ES MÍOParisa—…Déjame verlo… Escucho a Gaia llamándome, pero la ignoro mientras envuelvo al bebé en las mantas y limpio su pequeño cuerpecito. No imaginaba que me deslumbraría con su ternura, es tan pequeño y frágil que me da miedo lastimarlo. Pronto empieza a llorar con mucha fuerza, parece que el veneno no lo afectó.Es un varón, y seguramente será fuerte y poderoso como su padre. Sonrío, sabiendo que por fin lo he conseguido. Cuando me giro para ver a Gaia, ya ha caído inconsciente, su respiración es tan mínima que ya casi parece muerta. —Vamos, muere rápido, tengo que irme de aquí —murmuro para mis adentros.El pequeño bebé no para de llorar, así que lo arrullo en mis brazos. La criatura toma uno de mis dedos y lo lleva a la boca para succionar. —Debes tener hambre, te alimentaré pronto —susurro.Lo dejo sobre la cama y me dirijo a la cocina para buscar la leche que ya tenía preparada para este momento, pero en ese instante, Karine abre la puerta de par e
CAPÍTULO 51: IRASCIBLEGaiaRojo… todo lo que puedo ver es rojo. La vida se me va, siento como poco a poco el último aliento lucha por escapar de mi garganta. Voy a morir aquí, traicionada por todos los que alguna vez quise. Parisa… Nikolai… ¿cómo pude ser tan tonta para confiar en ellos? Siempre fue una trampa, desde el principio nunca les importé, todo lo que les interesaba de mí era mi bebé, y ahora que ha nacido, yo ya no les sirvo más.Pero nada de eso importa ahora, no importa porque ya no tengo fuerzas para seguir luchando, no puedo ni siquiera moverme, me siento inútil. Lo perdí todo y no tuve ni la oportunidad de pelear por ello…“No Gaia. Despierta”¿Tala? ¿Eres tú? “Gaia, estoy muy débil, pero podemos salir de aquí, solo tienes que levantarte. Eres más poderosa de lo que crees, solo debes confiar en ti misma. Despierta”.Mi loba tiene razón, no puedo rendirme, no puedo permitir que Parisa y Nikolai me arrebaten lo que más me importa en este mundo. Llegué a pensar que sentí
CAPÍTULO 52: UNA HORRIBLE PESADILLANikolaiLa lucha encarnada y feroz contra los maldit0s lobos de Sunwood no me da tregua. Corto, desgarro y muerdo a diestra y siniestra, acabando con cada uno de los que se cruzan en mi camino, pero aparecen como cucarachas y no me dan la oportunidad de alejarme del castillo. En mi corazón puedo sentir la angustia y el dolor de Gaia, sé que algo anda mal, pero aunque quiera ir a su lado, no puedo hacerlo. Solo me queda confiar en que Karine y Parisa puedan ayudarla. «Ella estará bien», repito en mi mente, pero no sé si eso sea verdad.Avanzo hasta la entrada del castillo, donde detecto al lobo principal, el comandante que está dirigiendo al resto del ejército. Si consigo asesinarlo, podré poner fin a este ataque vil. Rujo con fuerza, llamando a mis lobos al ataque.Observo a la comandante Rowen, a mi Beta Darryl y a los gemelos liderando la lucha contra todos ellos.Los Alfas de los clanes también pelean a mi lado y mi padre está luchando a muerte
CAPÍTULO 53: LA CONFIRMACIÓN DE MI PEOR MIEDONikolai “Gaia está…”—¡No! ¡No lo digas! —exclamo con las manos cubriendo mi rostro. Contengo las lágrimas en mi garganta, esto no puede estar pasando. “Nikolai, si no podemos sentirla, o rompió el vínculo o murió, y es evidente por lo que vemos que no es lo primero”, refuta Maheegan.—Basta, ¡Basta! Ella no puede estar muerta.El vacío en mi corazón amenaza con ahogarme, la furia que me recorre el cuerpo es asesina, podría ir ahora mismo a matar a Stefano sin dudarlo. Me transformo en lobo y salgo disparado de vuelta al palacio, mis patas golpean el suelo levantando tierra y ramas a su paso, la noche sin luna ya se ha levantado en el firmamento y el frío helado congela mi pelaje, pero esas sensaciones son insignificantes comparadas con lo que llevo por dentro.Si Gaia está muerta yo… moriré con ella… pero primero debo matarlos a todos. A todos los responsables de su muerte.El camino hacia el palacio se me hace eterno, alcanzo la entrad
CAPÍTULO 54: PRISIONERA EN SUNWOODGaiaUna fuerte sacudida me despierta de mi letargo. Abro los ojos con lentitud y observo todo a mi alrededor con una mezcla de miedo y confusión. Poco a poco los recuerdos llegan a mi mente y un fuerte nudo en mi garganta amenaza con hacerme llorar. Intento incorporarme y solo en ese momento me doy cuenta de que sigo en mi forma lobuna. El viento mece mi pelaje con suavidad y un frío eriza mi piel por debajo. Comienzo a tomar conciencia del mundo a mi alrededor, estoy en un lugar lleno de nieve blanca, como la de mis sueños con Tala. Enseguida escucho la voz gutural de los lobos que me habían capturado, y entonces recuerdo que Karine venía conmigo. Me levanto con dificultad, las patas me duelen como si me las hubieran roto, ella sigue a mi lado, inconsciente, pero, por algún milagro, todavía respira.—¡Quieta ahí, loba! —advierte uno de ellos, me empuja contra los barrotes de la jaula haciéndome caer.No puedo evitar aullar de dolor, la sensación
CAPÍTULO 55: LA VERDAD DE MI PASADOGaia¿Por qué el Rey Stefano conoce el nombre de mi madre?Me pongo de pie con dificultad. Mis huesos han sanado, pero todavía estoy adolorida. Me acerco lentamente a los barrotes de la celda que nos separan mientras él no deja de mirarme atónito. —No… no puedes ser ella —susurra. —¿Majestad? —pregunta Draven—, ¿conoce a esta loba? —Sáquenla de ahí ahora mismo, necesito verla en la luz. Los hombres abren la celda y me llevan de los brazos de nuevo hacia afuera. Mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, así que los cierro involuntariamente cuando la luz del día vuelve a pegar en mi rostro. Me conducen hasta una especie de habitación, allí me dejan de pie solo cubierta con esa manta y todas las miradas sobre mí.Siento con más intensidad al Rey rodeándome, evaluando cada parte de mí como si yo fuese un fantasma.—¿Cuál es tu nombre? —pregunta.Me quedo callada, mis ojos se clavan en los suyos, ¿será que sabe quién soy? —¿No escuchaste? T
CAPÍTULO 56: UN MUNDO SIN ELLANikolaiNo hay suficientes árboles para destrozar, no hay suficientes objetos en el palacio que puedan contener mi furia y lo peor de todo es que debo disimular ante todos que no acabo de perder a la otra mitad de mi alma. Nadie sabe que Gaia seguía viva, nadie sabe que ella era mi Mate y por supuesto, nadie puede comprender el dolor que estoy sintiendo en este momento.Maheegan no para de aullar todas las noches sufriendo la pérdida que nos aqueja a ambos. Lo di todo por sentado, estaba tan seguro de que tendría a Gaia para siempre cerca de mí y bajo ese pensamiento egoísta pensé que no la perdería jamás.Ahora sé que me equivoqué, sé que nunca debí dejarla sola en esa cabaña… pero ya es muy tarde para lamentarse, ella se ha ido, mi cachorro se ha ido y yo he quedado vacío por dentro.—Nikolai.Parisa aparece en el claro del bosque donde me encuentro. La luna llena es la única luz que alumbra el bosque en este momento. Su silueta se encuentra a contralu