―Solo queremos a mamá de vuelta. ―Huilén la miró con lágrimas en los ojos. ―Tienes humanidad, simplemente la reprimes porque temes que te vuelvan a dañar. ―Se acercó más a ella. ―Por favor… devuélvela y yo me iré contigo. ―¿Qué? ―Tanok miró a su hija perplejo. ―Ella dijo que deseaba tener una apre
―Eres el mejor padre que les pudo tocar a esos niños. ―Lo miró molesto por su tontería. ―Le has regresado a su madre, ¿Crees que de tener una oportunidad como esa yo no hubiera renunciado a lo que sea por devolverle la madre a Valentina? Tu hija lo dijo, es mejor sin ella ocho años, a estar sin su m
―Deberíamos estarnos preparando para recibir a nuestra hija. ―Tanok no la escuchó, le arrancó la blusa. ―Tanok, no… no… ―Lo señaló a par que retrocede, pero su hombre está hambriento de ella y sabe muy bien que no va a retroceder. ―¡Tanok! ―Chilló al verse contra la cama y su hombre aprisionándola p
―Aaarrggg. ―Cada músculo en Tanok se tensó de manera dolorosa, su mujer da sentones tan fuertes que puede sentir como su poll4 llega más allá de lo que debería. ―Me encanta… esto me enloquece. ―Miró anonadado los pechos de su mujer rebotar cada vez que ella se mueve. ―No te detengas, nena… sigue así
―¡Papá! ―Huilén salió de la nada y cayó sobre la enorme espalda de su padre, eso fue una sorpresa para todos, pensaron que llegaría más tarde y en compañía de su mentora, no sola y desprotegida. ―Princesita. ―Tanok tiró del brazo de su hija y se la pasó al frente para poder abrazarla y besar. ―Mi n
―Sigues siendo el mismo amargado de siempre. ―Kunak se burló de su tío. ―Algo me dice que tu luna será dura y muy difícil. ―Escandalosa, liberal, no se dejará dominar y te volverá loco en todos los sentidos. ―Huilén lo miró con una sonrisa. ―Creo que mamá te castigó. ―Se encogió de hombros. ―No me
Siete años después, New York UniversityLa fiesta de fraternidad estaba en todo su apogeo, chicos de primer año tratando de encajar, otros solo estaban ahí por obligación y había algunas que ya tenían aires de popularidad.Los más antiguos no apartaban la vista de los nuevos, buscando nuevos potenci
―No. ―Dijo al mirarla nuevamente. ―No lo hice, sabes que no podría. ―Se guardó para él que estuvo a punto y gracias a Balto, su lobo, no pudo hacerlo. ―No lo hice, ¿De acuerdo? Ese día que discutimos es cierto que me fui de fiesta, pero no hice nada. ―Valentina sollozó.―¿Por qué me haces sufrir de