―¿Sabes? Hay algo con ella que no me deja quieta… ―Se puso pensativa. ―Es hermosa, sé que tiene buen corazón, pero esa mirada tiene muchas cosas. ―Miró a su hombre a los ojos. ―Si algo tenemos los Dioses es que podemos descifrar todo lo que una persona es y siente con solo mirarla a los ojos y por m
Los niños no se preocuparon por el tema de los chicos que pretendían hacerlos sus esclavos porque según ellos era su territorio, pero pronto cambió todo. Dos hombres con cara de asesinos acompañados de los tres chavales llegaron a la casa de Enola y Tanok.―Quiero que se queden aquí, ¿Entendido? ―Ta
―Andrés, necesito que te quedes aquí, debo ir por mis hijos. ―El hombre apenas podía hablar, ¿Cómo es que esos dos niños pudieron desaparecer así sin más y al otro le esté saliendo un cálido resplandor de las manos? ¿Qué es lo que estaba pasando? Se preguntó mirándolo todo atónito. ―Papá, necesito
―Solo queremos a mamá de vuelta. ―Huilén la miró con lágrimas en los ojos. ―Tienes humanidad, simplemente la reprimes porque temes que te vuelvan a dañar. ―Se acercó más a ella. ―Por favor… devuélvela y yo me iré contigo. ―¿Qué? ―Tanok miró a su hija perplejo. ―Ella dijo que deseaba tener una apre
―Eres el mejor padre que les pudo tocar a esos niños. ―Lo miró molesto por su tontería. ―Le has regresado a su madre, ¿Crees que de tener una oportunidad como esa yo no hubiera renunciado a lo que sea por devolverle la madre a Valentina? Tu hija lo dijo, es mejor sin ella ocho años, a estar sin su m
―Deberíamos estarnos preparando para recibir a nuestra hija. ―Tanok no la escuchó, le arrancó la blusa. ―Tanok, no… no… ―Lo señaló a par que retrocede, pero su hombre está hambriento de ella y sabe muy bien que no va a retroceder. ―¡Tanok! ―Chilló al verse contra la cama y su hombre aprisionándola p
―Aaarrggg. ―Cada músculo en Tanok se tensó de manera dolorosa, su mujer da sentones tan fuertes que puede sentir como su poll4 llega más allá de lo que debería. ―Me encanta… esto me enloquece. ―Miró anonadado los pechos de su mujer rebotar cada vez que ella se mueve. ―No te detengas, nena… sigue así
―¡Papá! ―Huilén salió de la nada y cayó sobre la enorme espalda de su padre, eso fue una sorpresa para todos, pensaron que llegaría más tarde y en compañía de su mentora, no sola y desprotegida. ―Princesita. ―Tanok tiró del brazo de su hija y se la pasó al frente para poder abrazarla y besar. ―Mi n