Enola miró a su alrededor, estaba tan ocupada que no se dio cuenta de cómo estaba la tensión mientras su alfa estaba cerca. Ahora parece ser que todos recordaron como respirar y relajarse. ―Alfa. ―Naran llegó junto a uno de los ancianos. ―Creo que debería venir con nosotros. ―Enola frunció el ceño
Las conquistan no se detienen, la alfa despiadada volvió y ahora no hay quien pueda enfrentarse a ella. Enola ha estado en busca de aliados y aunque no ha sido fácil, pues ha tenido que derrotar a la mayoría para que accedieran, ha logrado reunir casi a todo el mundo sobrenatural; brujas, dragones,
―Sé que saldremos victoriosos. ―Enola detuvo sus pasos y retuvo a su beta, al ver que todos se alejaron de ellos, lo miró a los ojos. ―Yo voy a luchar porque este es mi hogar y el de mis hijos. ―Nahil sin saber el motivo, dejó de respirar. ―Y estoy dispuesta a dar mi vida por todos, pero si hay la
Enola miró al hombre atónita, no se midió en su ataque, de no ser por cubrir su propio cuerpo con la barrera la hubiera dañado considerablemente. Sabedora de que no había más opción que luchar para posteriormente detener la batalla y ofrecerse a irse con él para que todo acabara, dio un paso al fren
―Mierd4. ―Ares soltó a Enola quien cayó de rodillas por el repentino ataque del gigantesco lobo.Todo pareció pasar en cámara lenta y a la vez tan rápido que nadie logró reaccionar a tiempo. Tanok se aferró al hombro de Ares, así obligándolo a caer de rodillas y Enola sin saber cómo lo hizo tan rápi
El tiempo pasa y la boda está más cerca. Enola vive en una constante contradicción, ella salvó al amor de su vida y a sus bebés al alejarse de ellos, pero le duele en el alma no poderlos ver ni un segundo. Ares es el hombre que toda mujer desea en la vida, ese ser tan violento, vengativo y odioso e
―¡Dioses! ―Se quejó por el dolor de cabeza y Enola se carcajeó. ―Tan grandote y débil. ―La sonrisa se le congeló al recordar la primera reacción de Tanok al probar el helado. ―Es realmente frío, podría usar esto con mis enemigos como medio de tortura, ¿No? ―No se dio cuenta de la sonrisa fingida d
Enola cerró los ojos, lista para recibirlo y aceptar su destino, pero su loba que aún vivía en ella, no la dejó. Agitada y casi dominada por la excitación, se lo quitó de encima y acomodó su albornoz, ¿Qué estaba a punto de hacer? Se preguntó mirando al hombre realmente sorprendida. ―Lo siento. ―Se