La Diosa Luna estaba entre los seres sobrenaturales y la ola se había extendido, los rumores llegaron a todos los reinos y la curiosidad de las personas los llevaron a visitar a la manada BloodMoon, pero Enola decidió pasar los días encerrada en la cabaña con sus hijos y con el alfa que no se da por
―Diosa. ―Shasta miró a la peliblanca. ―Lamento la interrupción, pero hay un tema que a los del consejo nos gustaría hablar con usted. ―Tanok al ver a su padre hablar con su luna, corrió, él no le ha contado nada. ―Katriona está en espera de un juicio desde hace semanas y el alfa enemigo está igual…
Enola creando una espada con magia, se la colocó en el cuello dejando a todos atónitos, ¿Ella está a punto de asesinar a Katriona sin importar que esta tenga a su hijo entre brazos? ―Te lo suplico. ―Rogó Katriona aun sin saber lo que estaba pasando. ―Estoy arrepentida por todo lo que hice. ―Sollozó
Enola llegó a la cabaña con sus hijos, estaba anocheciendo y no quería mantenerlos fuera de la casa con el crudo frío que hace debido a la temporada de invierno. Sus bebés no cuentan con sus lobos aún y su temperatura no es como los adultos. Al sentir el olor a comida, Enola se extrañó, ella no nec
¿Cuánto se puede soportar cuando se ama a alguien que ahora te lastima mucho más de lo que tú la lastimaste? Para Tanok la respuesta es “mucho”, él considera que puede aguantar cuanto haga falta para recuperar a la mujer por la que había esperado siglos. A él no le interesó que ella cenara y disfru
―¿Quieres probar? ―Ladeó la sonrisa. ―No sabes cuanto te detesto Tanok Nukak, si supieras que toda esa humillación no hace más que darme risa, te hubieras dado por vencido desde hace mucho. ―Tanok miró sus ojos por unos segundos y después desvió la mirada, es realmente patético. Todos se lo han dich
―Se acercan unos salvajes. ―Comunicó uno de los guerreros que iban al frente. ―Esto es insólito, ¡Los salvajes jamás han estado en manada! ―Enola miró la escena, ella aún no ha controlado su poder totalmente y siempre lastima a otros cuando los utiliza. Tener un cuerpo humano no es fácil. ―¡Hay que
Enola por primera vez desde que despertó, se dio cuenta de que lo que sentía en su corazón no era más que deseos, porque el hombre del que se enamoró, sin saber nada de él, resultara igual de dolido que ella. Aquel beso descarado no hizo más que elevar su libido, lo deseaba, la tentaba y la llevaba