— Se había producido la llegada hasta el Salón Velatorio en donde se rendirá homenaje al Mayor Landfor caído anoche en manos de los Vampiros, un montón de Lobos estaban presentes y a medida que el Alfa hablaba se notaba que estaba siendo afectado por la perdida de un miembro de su manada. Posterior al entierro Alfa Edan ordenó a su Beta y Delta, así como a sus Guardias más experimentados y mejor adiestrados y Licántropos más antiguos en edad y sabiduría, asistir a una reunión en la casa de la Manada - ¡Alfa! - La voz de Kaylee hizo que el Alfa detuviera sus pasos al mismo tiempo que el Alfa entrelaza sus manos con las de Siena aquello había sido un balde de agua fría para la Loba que se encontraba a unos metros de ellos.— ¿Asunto?. — La indiferencia en la voz del Alfa generaba escalofríos en ambas Lobas.— Solamente quiero saber si no quieres que te acompañe en la camioneta.— No Kaylee, no necesito que me acompañes, solo has tu trabajo de patrullar y con eso ya es suficiente.— Ento
— El Alfa había entrado en la sala para brindar algunas indicaciones y una de esas indicaciones era que Siena tenía prohibida la salida incluso al patio de la casa de la manada, la loba luego de escuchar aquello tenía las sospechas de que algo estaba ocurriendo y antes de que me realizará alguna pregunta al Alfa este ya había salido al exterior de la casa.— Veamos alguna película— sugirió Safari a lo que Siena no había puesto ninguna objeción, bastantes horas después Safari ya se había quedado dormida al igual que Freya y la mayor, Siena por su parte solamente había suspirado mirando el reloj que colgaba por la pared era bastante tarde y Alfa Edan aún no había regresado así que Siena había tomado la decisión de irse a la habitación que compartía con el Alfa ni bien Siena había entrado en ella se había percatado de que el ambiente en ella se sentía totalmente diferente un aire frío a pesar de que las ventanas estaban cerradas, Siena frunció el ceño esto estaba demasiado raro.— Mejor
— Siena daba vueltas y vueltas en la enorme cama King, la loba estaba sin poder dormir sabiendo que el Alfa aún estaba sin regresar, pero como si lo hubiera invocado la puerta de la habitación había sido abierta y por ella se observaba la figura masculina por la que Siena incluso llegaría a perder la cabeza y la razón de su desvelo - Siena, mi pequeña loba ¿Por qué esos ojitos aún no están cerrados? - su voz se escuchaba bastante baja y aquello hizo que Siena se sintiera más cómoda a su lado.— Simplemente, no podía dormir sabiendo que tú aún no has regresado - Siena había expresado aquellas palabras en un susurro y con la mejilla sonrojada en señal de timidez.— No deberías de desvelarte por mí, yo sé cuidarme pequeña Loba es más nadie podrá encontrá de mí - Siena había rodado los ojos al escuchar lo expresado por el Alfa.— Ya se me estaba olvidando lo arrogante que es usted— Deberías de dormir ya - Expresó el Alfa mientras empezaba a desabrocharse los botones de la camisa azul que
— Alfa Edan se había ido con Balto y Maximiliano para registrar el peligro de los Lobos que se encontraban merodeando en la zona, la casa estaba en un silencio sepulcral, la tensión se sentía en el aire, Siena se había bajado por un vaso de leche inclusive Venus se estaba retorciendo en su interior y aquello era un mal presagio —¿abuela estás aquí? - Preguntó Siena con precaución, puesto que ella estaba sintiendo la cercanía de alguien más.— Siena, mi preciosa Siena - La voz de Edwin Santillana había erizado la piel de Siena que rápidamente se había dado la vuelta y allí encontró al Alfa con su tópica mirada burlona y sonrisa de arrogancia.— Edwin estás jugando con Fuego ¿Cómo entraste? - Siena no tenía miedo, aunque esto parecía cada vez más salirse de control - Te van a agarrar y te aseguró que no tendrán muchas consideraciones contigo.— Siena no seas estúpida nadie va a agarrarme, ¿quién lo haría? Ah tu protector - Edwin sonrió— Él no podría agarrarme porque está custodiando sus
— El ambiente dentro de la manada era totalmente diferente por supuesto que se sentía el estado de ánimo de su Alfa y Rey los miembros de la manada Fuego de Luna sentían lo desesperado que estaba el Alfa Rey por encontrar a Siena - ni siquiera lo piensen que por el hecho de que yo sea chiquita ustedes no van a llevarme con ustedes ella es mi hermana y tengo todo el derecho de formar parte del equipo de búsqueda - Safari se había plantado por delante de Balto ella no estaba dispuesta a quedarse atrás y de brazos cruzados en la búsqueda de su mejor amiga Siena Landfor cuyo paradero aún desconocen.— Dejen que vaya - El Alfa se encontraba contemplando la escena entendiendo perfectamente la situación de Safari y del peligro que podría correr Siena entre esos Vampiros.— Un total de 50 Licántropos se habían puesto en la búsqueda de Siena, incluso los Vampiros que pertenecen al Clan del Rey del Territorio Vampírico, además de otros guerreros de otras manadas, cabían resaltar que luego de la
— Alfa Edan sabía que no podía hacer nada, pero se resistía desde lo más profundo de su ser aceptar que su pequeña Loba podría estar en algún lugar del mundo en donde no podría volver a verla y aquella emoción era como una daga de plata clavada en su corazón. El vampiro se había puesto de pie, ambos se miraban desafiantes hasta que un grupo nuevo de Vampiros llegaron rápidamente ante Bruno Grimaldi quizás la pregunta era del porqué no se atacaban, Edan no quería poner en peligro a sus hombres, no quería que la vida de inocentes el cómo Rey conocía de sus Limitaciones, mientras que uno de los Vampiros recién llegados había murmurado algo al oído del Vampiro, este al recibir la información sus ojos rojos miraron fijamente al Alfa, con una intensa mirada de odio realizando un movimiento con la capa que cubría su cuerpo— Te subestimé pequeño Perro, pero hoy te declaró la guerra, verás ante tus ojos caer muerto a muchos de tus perros o mejor dicho a todos tus perros - Bruno se acercó a Ed
— Alfa Edan había sacado un enorme libro con bastantes años de antigüedad de su caja secreta, eran las 4 de la tarde cuando el cielo se tornó completamente oscuro, la noche había llegado antes de tiempo con ella, una tormenta amenazaba con llegar, las tres personas se encontraban un poco nerviosos, en el fondo sabían que ese suceso podría estar vinculado con liberar el libro de su caja, pero no había otra opción.— En ese momento Balto y Maximiliano también habían entrado en la oficina, el Beta al ver el gran Libro se sorprendió, era conocedor de que el Alfa no quería liberar el libro y si ahora estaba afuera era porque no había ninguna otra manera de enfrentar lo que se viene.— Tomen asiento, estaremos bastante ocupados en esta tarde noche - dijo Alfa Edan mientras procedía a abrir el gran libro que ponía los pelos de punta de los presentes. La página que estaban buscando es la 150, el Alfa ya lo había encontrado, pero antes de empezar a leerla se había dirigido a la ventana dejando
—Los días habían pasado y el cumpleaños número 18 de los hermanos Santos había llegado con él - Buenos días, Alfa - la voz de Siena era canción para los oídos de Edan que había apartado la vista de los papeles que estaba revisando para enfocarse en su pequeña Loba que vestía un vestido negro que no dejaba a la imaginación absolutamente nada.— Dejé de fruncir el ceño Alfa o le saldrán arrugas - se quejó la pelirroja.— Y se puede saber por qué estás vestida así, es más, le faltan telas a ese vestido tuyo Siena.— Deje de ser un amargado, solo venía a preguntarle como me quedaba - le respondió la mujer guiñándole el ojo al Alfa.— De quedarte te queda bien, pero exclusivamente se te permite usarlo en mi presencia, y solamente en mi presencia - volvió a ratificar el Alfa, que se mostraba muy posesivo con la Loba.— Tranquilo Alfa, usted dirá cuando quiere que le dé un desfile con el vestido - la respuesta traviesa de Siena hizo sonreír al Alfa mientras se levantaba de su asiento.— Dime