— Alfa Edan sabía que no podía hacer nada, pero se resistía desde lo más profundo de su ser aceptar que su pequeña Loba podría estar en algún lugar del mundo en donde no podría volver a verla y aquella emoción era como una daga de plata clavada en su corazón. El vampiro se había puesto de pie, ambos se miraban desafiantes hasta que un grupo nuevo de Vampiros llegaron rápidamente ante Bruno Grimaldi quizás la pregunta era del porqué no se atacaban, Edan no quería poner en peligro a sus hombres, no quería que la vida de inocentes el cómo Rey conocía de sus Limitaciones, mientras que uno de los Vampiros recién llegados había murmurado algo al oído del Vampiro, este al recibir la información sus ojos rojos miraron fijamente al Alfa, con una intensa mirada de odio realizando un movimiento con la capa que cubría su cuerpo— Te subestimé pequeño Perro, pero hoy te declaró la guerra, verás ante tus ojos caer muerto a muchos de tus perros o mejor dicho a todos tus perros - Bruno se acercó a Ed
— Alfa Edan había sacado un enorme libro con bastantes años de antigüedad de su caja secreta, eran las 4 de la tarde cuando el cielo se tornó completamente oscuro, la noche había llegado antes de tiempo con ella, una tormenta amenazaba con llegar, las tres personas se encontraban un poco nerviosos, en el fondo sabían que ese suceso podría estar vinculado con liberar el libro de su caja, pero no había otra opción.— En ese momento Balto y Maximiliano también habían entrado en la oficina, el Beta al ver el gran Libro se sorprendió, era conocedor de que el Alfa no quería liberar el libro y si ahora estaba afuera era porque no había ninguna otra manera de enfrentar lo que se viene.— Tomen asiento, estaremos bastante ocupados en esta tarde noche - dijo Alfa Edan mientras procedía a abrir el gran libro que ponía los pelos de punta de los presentes. La página que estaban buscando es la 150, el Alfa ya lo había encontrado, pero antes de empezar a leerla se había dirigido a la ventana dejando
—Los días habían pasado y el cumpleaños número 18 de los hermanos Santos había llegado con él - Buenos días, Alfa - la voz de Siena era canción para los oídos de Edan que había apartado la vista de los papeles que estaba revisando para enfocarse en su pequeña Loba que vestía un vestido negro que no dejaba a la imaginación absolutamente nada.— Dejé de fruncir el ceño Alfa o le saldrán arrugas - se quejó la pelirroja.— Y se puede saber por qué estás vestida así, es más, le faltan telas a ese vestido tuyo Siena.— Deje de ser un amargado, solo venía a preguntarle como me quedaba - le respondió la mujer guiñándole el ojo al Alfa.— De quedarte te queda bien, pero exclusivamente se te permite usarlo en mi presencia, y solamente en mi presencia - volvió a ratificar el Alfa, que se mostraba muy posesivo con la Loba.— Tranquilo Alfa, usted dirá cuando quiere que le dé un desfile con el vestido - la respuesta traviesa de Siena hizo sonreír al Alfa mientras se levantaba de su asiento.— Dime
— Alfa escúcheme por favor - le dijo la otra persona con lágrimas en sus ojos - yo estaba bajo amenaza, si no hacía eso me matarían - Continuó suplicando la persona.— ¿Y me crees estúpido acaso? Se supone que soy tu Alfa maldita, sea no creíste que yo podía protegerte, no confiaste en mi capacidad de mantenerte a salvo, mírame cuando te habló - espetó Alfa Edan.— Perdóname Alfa— volvió a repetir entre lágrimas la persona.— Es de conocimiento que Edan DuPont no da segundas oportunidades verdad, sabes lo cruel que soy con personas que ponen en riesgo a mi gente y ¿sabes a quién has puesto en peligro? - Habló el hombre con toda la crueldad impregnada en todo su ser - ¿Sabes a quién pusiste en peligro de muerte? - Volvió a preguntar el Alfa enfurecido la persona tragó saliva, sabía que su destino terminaría en manos del Alfa, pero ya que sabía que tenía su destino final escrito escupió todo lo que quería decirle desde hace días al Alfa.— Ni matándome serás feliz, no encontrarás tranqu
— La casa de la manada se encontraba un poco alborotada, el Alfa ya sabía a qué se debía, era por el festejo de los Gemelos Santos, razón por la cual todos estaban ajenos a lo ocurrido recientemente. Cuando entro en su habitación visualizo a una Siena muy hermosa con un vestido de color verde que dejaba lucir sus espectaculares caderas y esa cinturita con unas Nalgas muy redondas, la mujer se encontraba analizando su figura en el espejo sin percatarse que cierto Alfa estaba comiéndola con la mirada cuando se le acercó y la abrazo por la espalda.— Te ves preciosa - le dijo mordiendo el lóbulo de su oreja. — Gracias Alfa - respondió Siena mientras se daba la vuelta y se fundían en un apasionado beso.— Espérame me ducho y estoy listo para ir a celebrar con Safari y Caleb - dijo el Lobo Alfa mientras se adentraba en el baño Siena miro por la ventana percatándose que la noche había llegado demasiado temprano nuevamente, además de la brisa fuerte que se sentía además la fragancia del Alf
— Mientras Siena dormía profundamente Alfa Edan no podía conciliar el sueño, así que había optado por levantarse de la cama y salir fuera, jamás se arrepentiría de haber tomado a Siena, de haberla reclamado como suya, pero el malestar que el Alfa sentía no se debía al hecho de haber mantenido relaciones sexuales con la loba.— La luz de la luna brillaba intensamente sobre él, dejando ver el pelaje de KAM que al enfocarse en sus ojos tenía un amarillo con negro intenso, no estaba en su forma animal, solamente estaba en su forma humana, pero de igual manera el pelaje negro se había cernido por encima de su cuerpo siendo un verdadero hombre lobo.— KAM, no hagas eso - el Alfa sentía que a veces la bestia podría ser indomable.— No estoy haciendo absolutamente nada Edan, tienes que aceptarlo, él forma parte de nosotros.— Te agradecería que no lo mencionaras, tampoco lo incites KAM.— No me mientas Edan, bien que has disfrutado utilizar su poder al matar al traidor.— No me hables de esa
— Soy una persona que siempre está cerca de ustedes - más bien cerca de la manada. — Les espero en el estanque a las 12 de la noche - no lleven guardias.— Con esas palabras la misteriosa mujer había desaparecido.—No creó que sean tan estúpidos para pensar que irse en el estanque sería una buena idea.— Les dijo Siena a sus hermanos.— ¿Quién te dijo que estamos pensando en ir? - Balto le había respondido a su hermana - al único lugar en donde vamos a ir, es de regreso a la casa de la manada - La loba les hizo una mueca y siguió a sus hermanos.— Los perímetros de la manada estaban fuertemente custodiados por sus guardias, además el Alfa había implementado algo muy llamativo conocido como un detector de Vampiros en las cercanías.— Pero para mala suerte de ellos, el detector hizo anuncio de qué un Vampiro estaba adentro o en las cercanías del Territorio - Es imposible - dijo Balto mirando los rayos de sol - es de día ellos no salen a la luz del día, tampoco son tan estúpidos para inten
— Luego de su estadía en el Norte de su territorio Alfa Edan había vuelto a Toronto, de camino por el espejo retrovisor se visualizó a alguien pasando a gran velocidad que las sombras de la noche reflejaba. Alfa Edan mando a detener las camionetas, si algo lo caracterizaba era que enfrentaba las cosas de buenas a primeras y más cuando se trata de los que ponen en peligro a los suyos.— Los Vampiros no esperaban que el propio Rey de los Lobos les diera la cara recibiéndolos en pie de Guerra, cuando observaron a los guardias del Alfa se dieron cuenta por el aura que poseían que eran muy diferentes las habilidades de los Guardias de las demás manadas.— Mientras que los hombres de Luna de Oro se dejaban matar rápidamente, los de Fuego de Luna te mataban en un abrir y cerrar de ojos si tenían la oportunidad y si no la tenían buscaban la manera de matar.— Es tan perfecta la noche en donde al parecer ustedes quieren morir o mejor dicho van a morir - la siniestra voz de KAM estaba combinada