La verdad que distraer a Maiia era tan sencillo como hacerlo con Leo. Luego de la fotografía la morocha no volvió a preguntar por el beso, simplemente olvidó el asunto y se concentró en lo que aguardaba por hacer.
Bajaron hasta el estacionamiento en busca del auto, se subieron en un cómodo silencio cada uno ensimismado en sus propios asuntos. La música sonaba suave mientras atravesaban las calles de la ciudad, dejando atrás los altos edificios para internarse en un tranquilo barrio de clase media. Donato aún vivía en la misma zona que los había visto nacer y crecer.
—Esa — indicó Alex, con su largo dedo, a la morocha la ubicación exacta de la casa a la que iban. Maiia obedeció rápido y estacionó delante de
Salió dejando una pequeña nota a su hermosa muchacha. En ella le aseguraba que iría a terapia y de allí Leo pasaría por él para llevarlo de nuevo a casa. Le pedía que por favor comiera aquella hamburguesa que aún descansaba en la heladera y, que por lo que más quiera, no vaya sola a la estación de policías a declarar. Ivan, el conserje de la mañana, había ido al departamento a avisarle a la morocha que la policía dejó encargado que se presentara en la tarde a declarar. Alex no quería, ni iba a aceptar, que ella fuese sola a ese lugar donde la tratarían de manera poco cortés solo por ser una ex drogadicta. No, nadie le haría más daño y él se aseguraría de aquello. Bajó directo al estacionamiento y salió por la parte trasera del edificio, no llevaría su auto ya que estaba se
—Gracias Leo — susurró estrechando al morocho entre sus finos brazos. Leo sonrió y le dejó un besito en la coronilla.—Esos mierdas no se meten nunca más contigo— le juró.—Ve a descansar— pidió mirándolo a los ojos —. Ya estoy tranquila. El doctor dice que se quedará atento al teléfono, Carlos no ha dejado de llamar o escribir y Logan igual.—Solo me voy porque él — susurró y ambos miraron a Alex que estaba muy concentrado en su teléfono— es capaz de matar a cualquiera que quiera acercarse para dañarte — Y no la dejó replicar nada porque se dió media vuelta y salió del departamento.
Miraban esas pilas de cajas, preguntándose dónde meterían todo. No se movían, solo observaban el espacio frente a ellos.—Mierda Maiia. Tienes demasiada ropa — se quejó divertido el morocho.—Lo siento, Alex. ¿Entrará? — se la veía incómoda, en serio no quería ser una molestia.—Ya le haremos espacio — afirmó volviéndose hacia ella. Le sonrió cálidamente, por ella era capaz de guardar su propia ropa en bolsas de basura para dejarle el enorme vestidor a su completa disposición.—¿Y mi cama? — preguntó observando que solo habían cajas en la
La morocha salía del edificio cubierta hasta las pestañas. Exhaló aliviada al ver que los periodistas por fin habían desistido de perseguirla. Al final una de las tantas, autonombradas, modelos había aparecido en un video subido de tono y tanto la mujer en cuestión como los periodistas, estaban sacando todo el jugo a tan morbosa noticia.No llegó a cruzar la calle cuando una mujer, mayor que ella, la detuvo con suavidad del brazo. Maiia la miró confundida, jamás había visto a la mujer pero algo en sus ojos se le hacía familiar, ese brillo, esa chispa que resaltaba con fuerza en esas pupilas oscuras que ella había visto antes, en los bonitos ojos de su hermoso morocho.—Tú eres Maiia — afirmó la mujer y Maiia asintió de
Maiia reía suavecito mientras veía ese video en su celular. Alex se acercó curioso para ver qué es lo que mantenía completamente ocupada la concentración de esa hermosa mujer.— ¿Qué miras? — preguntó acercándose para ver el teléfono.— Ven — lo invitó a acostarse a su lado en ese cómodo sillón. Alex se recostó, abrazándola y absorbiendo su rico aroma —. Alguien hizo un video para enumerar el porqué debemos o no estar juntos — el morocho levantó una ceja. ¿A él qué carajo le importaba lo que alguien en vaya a saber dónde opinaba sobre su relación?. Ni siquiera habían blanqueado si estaban o no juntos y las personas se dedicaban a dar
Salió como cada día, lista para ir a trabajar. Alex llevaba un par de horas fuera de casa ya que la gira estaba a la vuelta de la esquina y necesitaba mucho tiempo de práctica con la banda.Caminaba tranquila por esa concurrida avenida hasta que un auto le interrumpió el paso al intentar cruzar la calle. No llegó a comprender qué sucedía cuando ya estaba sujetada por unos fuertes brazos que la aprisionaba contra el oscuro asiento de cuero de aquel viejo vehículo. Observó a la persona que la mantenía inmóvil, pero esa máscara deforme y aterradora no le permitía identificar al sujeto. Solo sabía que era un hombre debido a su falta de busto y la fuerte colonia que desprendía su cuerpo. Prestó breve atención a la persona que manejaba. Sospechó que podía ser un
Llevaba dos días seguidos atada a esa silla. Ese había sido el tiempo más largo que la habían mantenido así. Apenas le habían dado algo de comer y prácticamente nada de agua. Los labios estaban resecos, resquebrajados por la falta de hidratación. El hombre volvió luego de unas cuantas horas en la que la dejó completamente sola. Ella lo había irritado al pedirle por favor que la liberara de la silla, ya no sentía sus piernas ni brazos y la espalda le dolía demasiado. Sus súplicas le causaron enojo al sujeto que, luego de insultarla y darle un buen golpe en su mejilla izquierda, la dejó sola un largo tiempo.Apenas entró acercó una silla hasta ubicarla delante de ella. Se sentó en ésta y apoyó sus manos en las rodillas de la morocha. Aquel míni
Llegaron a la comisaría para dar declaración de lo sucedido en ese tiempo. Alex sujetaba a Maiia con fuerza entre sus brazos, como si temiera que fuese a desaparecer en cualquier momento. Apenas atravesaron las enormes puertas de vidrio lograron ver a Logan, con su aspecto agotado, como lo había tenido las últimas dos semanas, que observaba fijamente a su hermana a medida que se acercaba a él. Al lado de Logan se encontraba Pía, quien sujetaba con fuerza la mochila que había preparado para su tía con algo de ropa limpia y abrigada. La muchacha rompió en llanto en cuanto vio a la hermana de su padre en ese estado tan vulnerable. No dudó en soltar el bolso y correr a los brazos de la morocha que se encontraba en igual estado que ella. Ambas se fundieron en un cálido abrazo mientras que Logan las rodeaba en una actitud de protección y unión. Alex se quedó ap