*«Estaba sentada frente a Ethan en su oficina, se iba de viaje y estaba dejando su extenso itinerario listo. Hoy también era él día en que llegaba Alexander del extranjero».—Necesito que envíes todos esos documentos que firmé y sobre el caso del que te hablé ayer, dejé todo concretizado para que mi cliente venga por el papeleo—.—De acuerdo—.«Ethan se levanta de su silla y le da la vuelta a la mesa, se sienta en la que me queda al lado, no sin antes moverla para aproximarla a la mía».—Si hubieses sido mi esposa, estarías en casa tranquila, esperando a mi hijo— Audra hace el intento de levantarse, pero él se lo impide. —Viviendo una vida rodeada de lujos...—Mantengamos las cosas en un ámbito profesional...—Te deseé desde el primer momento en que te conocí y aún ahora, siento lo mismo— Continuaba como si ella no hubiese dicho nada. — yo te vi primero, eres una reina y lo que me pidas lo tendrás, conmigo puedes tener el mundo a tus pies, el poder de hacer lo que quieras—.Él la hac
—No lo aceptaría— Se sienta cerca, coloca sus manos a cada lado del rostro de ella. —Soy demasiado posesivo y celoso para aceptar eso—.La besó con locura hasta que se quedaron sin aliento, ella pretendía apartarse, pero no era rival para él, Alexander tiraba de su vestido, era un obstáculo innecesario entre ellos.—No, por favor— Era la primera vez que ella se negaba.—¿Qué pasa?— Dice extrañado, con la voz jadeante como la de ella.—¿Es que no me ves?—.—¿De qué hablas?—.—Ya se nota mi embarazo— «Sus ojos brillan y me sonríe, toma mi mano y me hace tocar su enorme erección».—No tienes idea de lo excitante que es que lleves a mi hijo dentro de ti, te ves preciosa—. «Desliza mi vestido, su mirada entre hambrienta y orgullosa recorre mi cuerpo, se levanta un momento y extiende la chaqueta de su uniforme en el suelo, me cargó y me dejó encima de ella, volvió a besarme, no pude negarme ese contacto con él, mi mente decía una cosa, mi traidor corazón y mi cuerpo otra muy distinta, desc
—Nada...—Amor, ya tenemos que irnos— Johnson se aproximó a las chicas en busca de su esposa.—De acuerdo, Cariño. Audra, me dejas saber de sí me acepta en las clases—.—¿Qué clases?—.—Ya te diré en el camino, curioso— Dice mirando a su esposo tiernamente. —Adiós chicas, Audra, cuídate mucho— La mujer toca el vientre de la joven y le sonríe con dulzura.Audra la despide con un abrazo, luego, aprovecha que se fueron y se va a otra esquina del restaurante, cerca de la puerta, no quería quedarse con Bianca, los demás estaban sentados aún en la mesa, hablaban animadamente esperando para irse también, ella solo quería estirar un poco las piernas, antes de que les tocara emprender el largo camino a casa, se había puesto un vestido blanco, tenía una trenza floja de lado, reposando sobre su hombro, varios mechones rozaban su cuello, le agradó ver el efecto de ese atuendo en Alexander. En ese preciso momento, Bianca aparece a su lado.—¿Te quieres quedar con mis amigos también?—. Audra se so
Audra tiene 17 años, sus padres murieron en un accidente cuando tenía 13, la única "familia" que le quedaba es su abuela materna, a la señora le disgustó que su hija se casara con alguien de orígenes humildes, así que la chica se fue con su esposo a Estados Unidos lejos de ella, nunca le ha interesado conocer al fruto de esa desgr4c!a.Una amiga de la madre de Audra, que era una buena abogada, envió a la niña a un internado, del cual salió antes de la mayoría de edad por sus excelentes calificaciones.Audra no suele hablar de sus padres, de su abuela mucho menos, alberga un dolor constante que lastima su alma, pero es la viva imagen de su madre, su carácter y su determinación, ahora con un trabajo, los estudios de la universidad y una vida que cuidar, se considera responsable de tomar y hacer frente a todas sus decisiones.Los hombres son extremadamente amables y serviciales con ella, no le prestaba atención a esas cosas, es de estatura baja, pelo rojo y muy largo, los ojos verdes y l
—No, estarán fuera un mes más, son iguales a los tuyos, casi nunca los veo—. Casi nunca, no era lo mismo que nunca en definitivo, pensó ella, mientras se agarraba el pelo en una coleta.Llegaron al club.—Mí equipo está en esa zona de allá—. Hace un ademán con la cabeza —si necesitas algo me dices, nos vemos luego, mi pequeña—. Le sonríe y se aleja.Quedó de verse con Sofía cerca de la piscina, era la recepcionista de la firma, ambas se hicieron buenas amigas, Sofía la ve y va a su encuentro.—Hola—. Las chicas se abrazan.—Hola Sofi ¿Cómo estás?—Muy bien, siempre había querido entrar a este club—. Dice alegremente. —ven, nos podemos sentar cerca de la piscina—.—Es muy bonito—.—Y exclusivo, solo se puede entrar con invitación de los socios. Por eso te dije que aceptaras venir cuando me contaste, esto no se ve todos los días, además no quería estar sola. ¿Cómo va con él?—. Mira hacia donde está Ethan. —No hemos tenido tiempo de hablar últimamente—.—Sabes que solo somos amigos. Vin
—Pues me alegro, tienes tiempo queriendo pasar con él más que unas horas, a Ethan lo vi por ahí, también se está despidiendo—. ¡y de qué manera! Piensa ella.—¿Y ustedes de aquí se van a...—. La mira sugerentemente.—Nada de eso—. No la dejó terminar.—Mujer sensata... Sabes, Miguel se me quedaba mirando con una carita amiga—. Suspira. —hablaré con José de nuevo a ver con que sale ahora, tenemos 10 meses y nada que se separa—.Desde el principio él le dijo que era prácticamente un hecho su divorcio, que le diera poco tiempo para concretar todo, Audra esperaba que así fuera, no le gustaría verla sufrir.—Me iré a cambiar yo ahora, vengo en un momento—.Los chicos llegaron y cada una se fue con el que le tocaba«La verdad es que el descaro de Ethan me sorprendía, estaba como si nada, lo deje estar de momento» pensó Audra.Estaban a medio camino cuando notó que Audra estaba muy distante.—Pequeña, estás muy callada ¿Qué pasa?—.—¿De qué quieres que hable?—. Responde mirando aún por
Se queda dormida muy entrada la madrugada, pero a las 8:00 de la mañana ya estaba despierta y duchada, busca en el closet, donde tiene la ropa que casi no usa, eligió una falda corta beige, con una ligera abertura en un lado, una blusa del mismo color que dejaba la parte superior de su abdomen a la vista, unos zapatos negros muy altos, se maquillo los ojos y se puso un labial rojo, tomó su bolso y colocó unos lentes arriba de su cabeza.Tenía media mañana dando vueltas, entró a un centro comercial que frecuenta cada vez que podía, tiene una grandiosa cafetería, ella se entretiene viendo ropa, hace rato siente la sensación de estar siendo observada, sonriendo piensa que es cosa de ella, diciéndose que era genial, ahora tiene delirios de persecución, de momento gira para ir a otro aparador y se encuentra de frente con... Un hombre formidable.El desconocido:—¿Te puedo preguntar qué es lo que te hace sonreír así?—.Él también sonríe, pero a ella, su voz es fuerte, profunda.«¿De dónde s
—Este huele muy rico—.Él había estado vagando por sus pensamientos hasta que ella le habló, le acercó un frasco y él solo se la quedó mirando a ella.—Si, huele muy bien, me lo llevo. Por qué no voy, pago y me acompañas a la cafetería—.Ella siente que se sonroja por enésima vez.—Sí, está bien—.Audra se dijo que definitivamente estaba loca, él es un extraño, pero le gustaría ser arriesgada por primera vez en su vida, se lo quedó mirando mientras pagaba el perfume, su pantalón se abrazaba a su trasero y a sus poderosas piernas, las mujeres lo miran descaradamente y la cajera ni hablar, estaba que se derretía, ella no la culpaba, era complicado tener semejante hombre enfrente. Fueron a la cafetería y se sentaron en una mesa apartada, hablaron de diferentes comidas, de la familia de él, le dijo que era militar, no profundizó mucho en eso. Hablaron bastante y en un impulso Audra lo invitó a cenar al día siguiente en su casa, ya que le dijo que partiría pronto a otra misión, ella no pod