Capítulo 30

«De la nada, me entraron fuertes ganas de vomitar, cubriéndome la boca, me levanté y corrí al baño, Alexander estaba detrás de mí, me sujetó el cabello mientras mi estomago quedaba completamente vacío».

—¿Qué pasa nena? ¿Te sientes mal?—.

«No podía ser en este preciso momento, las arcadas eran tan fuertes que, por un buen rato no le pude contestar, lavé mi rostro con paciencia, respiré lentamente, buscando la manera de serenarme antes de mirarlo».

Le dijo casi en un susurro:

—Estoy embarazada—.

«No dijo nada, miró mi vientre, como si viera a través de la camisa que llevaba puesta, sus ojos regresaron a los míos, sin brillo, completamente fríos, me dio la espalda y salió del baño. Me sentí devastada, reuní todo el valor que pude para poder salir también, lo encuentro parado en la ventana, mirando al oscuro patio, se había puesto una camiseta y tenía las manos en los bolsillos, las piernas me temblaban, así que me senté en la cama».

—Alexander, ¿No dices nada?—.

«De pronto, sentí un dol
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