Maximiliano Carbajal

-Seguro que esta es su dirección exacta – Murmuro tratando de contener mi mal genio.

No, me agrada que quieran pasarse de listos conmigo. Ese fue precisamente la intención de su tía ¡Verme la cara!

-Sí, señor Carbajal. No, existe ningún error esta es la dirección de residencia de su cuñada y sobrinos. Desde un tiempo –Debe ser una m*****a broma.

Donde mi mirada se detenga veo infraestructura desgastada y suciedad. ¿Cómo esa mujer se atrevió meter a mis sobrinos en este lugar?

-Max nos preocupamos por el lugar después. En este momento nuestra prioridad es otra, debemos hablar con tú cuñada para convencerla salir de este barrio –Me recuerda Margot.

Mi amiga no sabe que estoy ocultando mis verdaderos motivos para estar aquí. Para ella, venir aquí es una manera de ayudar a la viuda de mi hermano. Pero mis intenciones son diferentes. Mis padres me enviaron con un solo objetivo llevar a mis sobrinos conmigo sin importar los medios. Información que no pienso compartir con Margot.

-De acuerdo, entremos a ese edificio espero que al menos por dentro no parezca una ratonera –Digo, poniendo cara de asco, como reacción a mis palabras Margot pone sus ojos de disgusto.

Como siempre cuando no está de humor para mis tonterías.

Al llegar a la entrada del desgastado edificio buscamos el ascensor pero que sorpresa nos encontramos con que no funciona por lo que debemos subir por las gradas. Según la información que nos entregó nuestro personal “su casa” estaba en el tercer nivel departamento número seis.

Cuando llegamos finalmente a su departamento por una extraña razón que desconozco o quizás estoy a punto de enfermar por lo desagradable del lugar, mi corazón comenzó acelerarse. No, era resultado del ejercicio en subir innumerables escalones. Mi cuerpo está en buena condición física para verse afectado por eso.

Se, trataba de algo más que me asustaba descubrir tras esa puerta. Algo me decía que una vez estuviera en su interior mi actual vida cambiaria.

-Vas a golpear la puerta ¡Oh debo hacerlo por ti Maximiliano! –Pregunta con una sonrisa burlona Margot.

A veces mi mejor amiga es irritante.

-Si, tocare solo me tomaba un tiempo para respirar –Digo, ocultando mis verdaderas razones.

-Aja, como tú digas amigo. Bien en vista que tardaras voy hacerlo por ti, así que apártate de mi camino.

Margot se dirige a la puerta decidida en golpear pero su impulso se queda en eso cuando se abre mostrando en el umbral un pequeño niño de unos cinco años muy parecido a mi hermano.

-Señora me puede decir a quien busca. Mi mamá no está en casa, pero si esta esa molesta chica que es nuestra niñera –Comenta el pequeño con su rostro molesto.

-¡Oye pequeño no soy una señora! –Protesta Margot.

-Mmm, bueno, usted parece tener la edad de mi mamá por lo tanto pienso que es una señora. Si, se perdieron pueden regresar por las gradas –Murmura mi sobrino de mal humor.

Que pequeño más interesante. Es cuando decido intervenir para salvar a mi mejor amiga de este pequeño con su boquita inteligente, saliendo de las sombras que me protegían de su mirada. Fue entonces cuando el pequeño soltó un grito que no me esperaba seguido de la palabra ¡papá!

-Espera pequeño que haces –Digo, por el arrebato del pequeño que corre a mi encuentro aferrándose con sus pequeños brazos en mis caderas.

-Papá, estas vivo… Mamá dijo que… Estabas muerto, sabía que no era cierto –Dice, con su voz quebrándose mientras lucha con sus emociones.

-Maximiliano, este niño piensa que eres su papá. Espera chico estas confundiendo… -Antes que termine de decir algo Margot. Con mi mirada niego que le aclare en este momento quien soy y porque mi parecido con su padre.

-Escucha amiguito, necesito que te tranquilices. ¿Dónde está tú madre? –Pregunto pero luego recuerdo que menciono que ella no estaba en casa –Me puedes decir a donde fue tú madre.

-Ella, salió con mi tía Jaqueline, dijo que irían a una entrevista de trabajo. Me dejo la dirección del lugar está adentro papá ¿Quieres tenerla? –Margot ahora está en un mar de lágrimas al escuchar como me llama mi sobrino

–Muéstrame su dirección pequeño.

El niño asiente tomando mi mano para llevarme al interior de su departamento. Me suelta para dirigirse a una cómoda donde agarra una agenda luego me la entrega.

-Ella, está ahí papá.

Papá nuevamente ese título que le pertenece a mi hermano. ¡Dios!

Estudio su agenda memorizando la dirección en su interior cuando estoy a punto de decir a Margot que será mejor aguardar por la llegada de mí cuñada en este departamento hasta que termine su entrevista. Un retrato en la repisa atrae mi mirada. Se trata de una pareja que se encuentran abrazados fuera de una iglesia parecen muy felices. Ella tiene una hermosa sonrisa.

Mi corazón enloquece nuevamente queriendo salir de mi caja torácica al reconocer a la chica es ella… ¡Mi Ali!