Había una vez un gordo suspendido.
Estábamos en la biblioteca de la universidad, nos pusieron a hacer un trabajo de investigación de unos autores de Francia. No me podía concentrar porque me sentía mal, tenía ansiedad, me temblaban las manos y escuchaba unos susurros en mi cabeza. Mi tía me dijo que no me preocupara por esas voces, que eran ángeles que querían cuidarme, pero estos no me decían nada bueno o no sé, no les entendía y la verdad es que eso de ángeles suena más falso que el diario de Ana Frank. Digo esto porque mi tío siempre dice esa frase cuando no cree en algo.El desde niña me dice que no crea en cosas divinas ni nada por el estilo, que nada de eso existe y le creo, él no me mentiría.Masticaba unos chicles que me dio mi tía, me gustan mucho porque traen stickers que pego en mi brazo. Me pusieron en un grupo de cuatro personas, nadie que yo conociera. A Brandon y Jordan los pusieron con Derek y sus amigos, cómo los envidio y a Linda la pusieron con las asiáticas. El trabajo lo hicieron los chicos del grupo, no hice nada porque no sabía nada del tema, ni sabía qué era lo que no entendía. Lavez pasada supe responder porque Aaron me hizo repetirlo doce veces, pero no estudié de nuevo. Me quedé viendo Johnny Bravo en la madrugada mientras comía palomitas y refrescos.Cuando terminamos luego de unas horas, salimos a desayunar. Aaron se acercó a mí y me dijo que debía hablarme. Fuimos hasta un salón vacío del tercer piso.- Qué frío hace aquí, parece el polo norte. – Dije.- Mm sí, ponte esto mientras estemos aquí, afuera hace mucho calor. – Me dijo y me dio una camisa que tenía en el bolso. – Quería disculparme por lo de ayer, me molesté sin motivo y no debí dejarte sola ahí.- Está bien. – Le dije.- ¿Puedo pedirte algo? – Preguntó nervioso.- Claro.- Si ese que conociste en el parque te llama para invitarte a salir, ¿podrías decirle que no?- ¿Qué? ¿por qué?- Solo hazlo por mí, ¿está bien?- Sí…Salimos a desayunar con los chicos y luego regresamos a clases. Era con el mismo profesor de ayer. Me senté adelante y ya me sentía peor que antes, no me podía concentrar y me sentía triste, no sé por qué. Estaba a punto de empezar a llorar, pero escuché que el profesor empezó a preguntarles cosas a mis compañeros. Les preguntó a tres personas y luego le preguntó a Jordan:- ¿Está de acuerdo con lo que dijo la señorita Buendía? ¿o tiene un punto de vista diferente?- No, para nada. Opino que es una gran exageración todo lo que han dicho de la esclavitud. – Dijo Jordan sin tener contacto visual con el profesor.- ¿Cómo que exageración? Hay suficiente evidencia histórica paraafirmar que… - Lo interrumpió.- Cállese, usted está molesto porque es negro y aún están resentidos por cosas que pasaron hace más de cien años. Siempre viven pensando en esas cosas del pasado y por eso es que no progresan, nada más sirven para ser atracadores o para vivir en una choza africana llenándose de hijos.Evidentemente, suspendieron a Jordan por dos días por decir eso. Además, debía disculparse delante de toda el aula por haber ofendido a las personas negras. Eso es lo que nos molesta de él, no respeta a nadie. Dice cosas sin sentido.Esa noche me senté a ver una telenovela con mi tía, no es que me guste porque no le he prestado atención, pero ella me dijo que la viera con ella. No puedo decirle que no.Luego fui a mi habitación, quería peinar a unas muñecas, pero sentí mucho miedo, esas voces seguían en mi cabeza y no me dejaban en paz. Estaba segura de que había alguien viéndome y acechándome por las noches. Dormí esa noche con mis tíos.Al día siguiente fui al apartamento de Linda, íbamos a ver un dorama coreano que ella me dijo que me iba a encantar. Lo dudaba porque no me gustan esas cosas tan cursis, solo veo caricaturas. Nos sentamos en la sala de televisión y ella me prestó una sábana, el aire acondicionado estaba fuerte.- Agatha, ¿crees que los argentinos nos llamen?- No lo sé, espero que a ti sí. – Dije mientras bebía una malteada de chocolate.- ¿No quieres que David te llame? – Preguntó sorprendida.- Aaron me dijo que no saliera con él, supongo que sabe que él no es un buen chico para mí.- Es muy raro que te haya dicho eso, no lo conoce.Dos días después fui con mis tíos al museo del caribe. Mi tío cumplía años, no sé cuántos, pero supongo que serán como doscientos porque él se ve muy arrugado y sus fotos de bebé son en color sepia. Me aburrí durante todo el recorrido, mostraban cosas de tribus y tradiciones que a nadie les podría interesar. Solo a mi tío era quién se veía fascinado con lo que el guía decía.Mi teléfono sonó y me aparté para contestar. Era David, me preguntó que si quería ir a cenar con él. Lo pensé unos segundos y le dije que no podía o bueno, eso intenté decirle porque me dio pena y colgué. Al parecer no podría haber salido con él, ni aunque Aaron no me hubiera dicho eso.Eso fue muy deprimente, recordé que algo similar me pasó cuando estaba en primaria. Un niño moreno me pidió que fuera su novia por medio de un papel y me dieron tantos nervios, que arrugué el papel y lo evité todo el año.Luego de que al fin salimos del museo, fuimos a cenar a un restaurante elegante. Mi tío se quejaba del menú y mi tía intentaba hacer que dejara de quejarse y pidiera algo de una vez. A regañadientes lo hizo. Yo no sabía que pedir, el menú estaba lleno de nombres raros, parecía comida muy elaborada o no sé. Le pedí a la mesera que me hicieran una hamburguesa y mi tío me fulminó con la mirada.- ¿Cómo vas a pedir eso en un sitio como este? ¿no te da vergüenza? –Me dijo molesto.- No sé qué es cada cosa que sale en el menú. – Dije mirando hacia abajo.- Cariño, enséñale unas cosas a esta antes de que me avergüence de nuevo. – Le dijo a mi tía.Salimos, nos subimos en el viejo auto de mi tío. Lo tiene desde el año 92’ y no ha querido cambiarlo. Le pedí que me dejara donde Aaron, pero me dijo que era muy tarde. Así que cuando estaba en mi habitación, estaba alistándome para salirme sin que se dieran cuenta, pero hubo un apagón en todo el vecindario. Esto es muy frecuente, se va la luz en todos los vecindarios al menos una vez por semana en esta ciudad. Ya no podía salir sin luz, me podrían secuestrar los del FBI y venderían mis órganos a los rusos o peor aún, podrían usarme para sus experimentos del diablo.Escuché golpes en mi ventana y me asusté. No me gustan las ventanas,¿será que esta habrá tomado vida y se iba a vengar de mi por no abrir nunca las cortinas? Vi que se abrió y Aaron saltó, entrando en mi habitación, suspiré.- Pensé que acá iba a haber luz, pero tampoco. No hay en ninguno de los vecindarios cercanos. – Me dijo.- Iba a ir a verte, pero está oscuro. – Le dije.- Estaba trabajando, iba a seguir, pero no puedo sin luz. El papá de Jordan lo castigó y casi le da un infarto al saber lo que él le dijo al profesor. Fue genial ver cómo lo regañaban, Jordan estaba callado y miraba hacia abajo, recibió su merecido por andar de racista. Nos burlamos de él después.- Y yo me lo perdí… - Dije decepcionada.- No te preocupes, mañana podrás burlarte de él. – Me dijo y en ese momento regresó la luz. - ¿Te molesta si me quedo contigo hoy?- ¿Por qué? ¿le pasó algo a tu apartamento?- No, no es eso. Es que hace rato que no te quedas allá a dormirconmigo así que… - Lo interrumpí.- Está bien, ¡será genial! Solo no hagas ruido o mi tío te dispara.- Lo sé. – Me dijo riéndose.Vimos televisión un rato, estaban dando una película estupenda, pero tenía mucho sueño. Fui a acostarme en la cama, Aaron me siguió y se acostó a mi lado.- ¿Te llamo ese chico?- Sí, hice lo que me dijiste.- Gracias. – Me dijo, sonrió y no entendí a qué se debía que dijera eso. Él es raro, amargado, tímido, cursi y muchas cosas más, pero no me importaba. De una u otra manera, en casi todos mis recuerdos de infancia y demás está él, me cuida y está pendiente de mí, por eso no lo cambiaría por nada.Frustraciones.Era sábado y me encontraba en el hospital. Me sentía muy mal, acaba de tener un ataque psicótico según la psiquiatra, pero no es así, lo que vi era real, así se sintió. Odio cuando Courtney aparece, ella me pega y tira de mi cabello. Esto duele y la odio, pero mi tía me dice que no piense en ella, que no es real, pero ella que sabe.Estaba acostada en la camilla, mis manos y pies estaban congelados. Esa sabana tan delgada no servía de nada. La habitación era muy blanca, la tv estaba encendida, estaban dando un programa genial, una serie que dan en Sony que se llama How to get away with murder. Me cuesta entenderla porque soy lenta, pero Aaron siempre me explica. Mis tíos estaban dormidos en el sofá que estaba al lado de mi cama. Ellos no deben quedarse conmigo, están muy viejos, no es bueno para ellos estar tan estresados por mi todo el tiempo.
Momentos intensos e inesperados.Esta semana había sido muy agotadora, después de la universidad fui a tomarme las fotos que me dijo Angelica, así se llama la rubia que me inscribió en el casting. Eso fue bastante estresante, tenía una maquilladora propia que me untó unas cremas pegajosas en todo el rostro. Se demoró una hora maquillándome, tanto que me dio calor. Entonces saqué mi super termo que es en forma de una muñeca gorda, estaba lleno de leche chocolatada que mi tía me preparó. Cuando esa mujer terminó de maquillarme, no podía reconocerme, me veía completamente diferente a como soy en realidad. Me pintó los ojos muy oscuros, parecía que me hubiera golpeado un mormón. Peor fue cuando me peinaron, el señor que hablaba bastante afeminado me hizo rulos que estaban enredados, pero según él era la moda, &ique
Confundida.Cuando regresé de viaje, los chicos me esperaban para hacer un cover de Kill rock n’ roll de system of a down, no es que me agradé mucho hacer covers, pero Brandon dice que los videos de estos nos darían más fama en la red y claro está que esa canción es muy buena. Estábamos en el sótano de Brandon, Jordan y Lisa afinaban los instrumentos mientras yo hacía ejercicios vocales. Me costó mucho aprenderlos, no tengo buena retención de información y tardé el doble de lo que esperaba en aprenderlos, pero ya los hacía muy bien ya que tocábamos desde losonce años.- Y ahora eres modelo… -Me dijo Brandon.- No me gustan las etiquetas. – Afirmé.- Podrías ser actriz porno. – Dijo Jordan.- Sí, podría… eso sería estupendo pero mi tía se enfadarí
Cortejada por primera vez.Al día siguiente fui a la universidad. Jordan y Brandon me molestaron bastante porque le gusté a una chica. La tonta de Linda después de que le conté esto, salió corriendo a decirles. Estábamos desayunando en el comedor. Yo comía dos sándwiches de pavo algo grandes, me da mucha hambre en las mañanas y tomaba un café que me preparó mi tía.-Eres lesbianosa. – Dijo Jordan riéndose.- No, lesbianica. – Dijo Brandon.- Lesbianon, lesbianosa, ¿cómo lo podré mezclar con su nombre? –Dijo Jordan.- Lesbiagatha. – Respondió Brandon con satisfacción.- Cállense malditos o les voy a pegar, no se burlen de mí.Luego llegó Aaron, traía algo atrás de la espalda. Llegó adonde yo estaba sentada, me dio un beso en la mejilla y
Sola e indecisa.El lunes por la mañana fui a la universidad, tenía examen de inglés y,¿qué se imaginan? Oh sí señores, no me sabía nada. No estaba Aaron para ayudarme a estudiar todas esas palabras, es que esa cuestión de los verbos hebreos esos que hablan los gringos no es lo mío.Este era mi primer lunes sola. Muy sola, en esa enorme casa.Me levanté a las seis de la mañana cuando sonó la alarma del teléfono y salí corriendo, bajé al comedor rápidamente esperando comer los huevos con tocino y tostadas francesas de mi tía, pero solo vi una mesa de madera vacía. La realidad me dio un duro golpe en el rostro. Ya no estaban conmigo y debía acostumbrarme, deseo con todas mis fuerzas que mi tía se recupere pronto para que regresen. No sé cuánto tiempo podré lidiar con esto, solo han
10. Sorpresa a la vista.Para la madrugada del sábado, recibí la llamada que tanto había estado esperando. Estaba durmiendo con mi pijama violeta. Sonó mi celular y vi que era Aaron. Me sentí tan emocionada que cogí el celular tan rápido que se me cayó de las manos. Se le partió la pantalla y no volvió a encenderse.Entonces, exactamente a las cuatro de la mañana, salí a verlo tal cual como estaba porque si me ponía a vestirme perdía tiempo y podría irse de nuevo. Bajé al garaje y saqué mi bicicleta. Llegué lo más rápido que podía. Corrí al ascensor y apreté las teclas con mucha fuerza. Corrí hasta su apartamento y noté algo raro, la puerta estaba abierta. El jamás la deja así y menos en la madrugada, también las luces estaban encendidas. Caminé lentamente hacia dentro. ¿Será que entró un ladrón? Me agaché y empecé a gatear por los pasillos. Tenía miedo, mucho miedo, pero debía salvarlo.Más adentro, vi en la sala a un bebé como de dos años o más, durmiendo en el inmenso sillón en medi
11. Jamie, la sorpresa de la vida.Al día siguiente fuimos los tres a comprar cosas para la habitación de Jamie. Esta era la que Aaron usaba como oficina, pero en la mañana la desocupó y el escritorio que tenía lo acomodó en la sala, también los estantes con libros.Jamie era callado a veces y me miraba mal, como si yo fuera mala. Eso me aterraba. También come en grandes cantidades. Aaron lo llevaba cargado sobre los hombros mientras caminábamos por el centro comercial. Jugaba con él, le compró varios pares de zapatos, ropa y juguetes. Se veía muy feliz al ver a Jamie, le agradaba su nuevo rol de papá y a mí también, nunca lo había visto así, tan contento y con el transcurrir de los días se veía más emocionado. Cansado a veces, pero igual alegre, el niño se veía igual. Lo miraba como si fuera su ídolo o un superhéroe y en cambio a mí no me hablaba, ni me respondía cuando le preguntaba algo, se tapaba los oídos y fingía mirar hacia otro lado. A veces me atrapaba distraída y me mordía en
12. Visitando a mi psiquiatra.Cuando salí de la universidad, esperé ver a Aaron afuera pero no, no lo vi a él y tampoco a su auto. Esperé a los chicos en la entrada. Luego de un rato los vi salir y se acercaron a mí. Noté que Jordan me miraba extraño, como con tristeza. No sé por qué.- Agatha, quiero disculparme por lo que te dije la otra vez. Me sobresalté un poco. Te prometo que no volveré a decirte nada así de nuevo.- Sí Jordan, está bien. – Le dije y me abrazó para hacer las paces.- ¿Quieres que te llevemos al edificio de tu marido? – Dijo Jordan burlón, como siempre.- Sí, eso fue genial. ¿Cierto Brandon? Golpeó al profesor como lo hacían las tortugas ninja. – Dijo Linda emocionada.- Fue lo máximo. Parecía repartidor de pizza porque le repartió unos buenos golpes a ese idiota. No escuches lo que dijeron ellos. Nosotros no pensamos eso de ti. – Dijo Brandon y sacudió mi cabello.- No pensamos que el con esa cara de marica pudiera repartir tan bien. Yo juraba que lo iban a hace