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Dos meses después. Aaron leía los periódicos, se hacían eco de la noticia de la desaparición de Lito Morales, se presumía su muerte, sin embargo, Aaron sabía que eso era falso, no, Lito no estaba muerto, estuvo malherido, pero ahora sanaba en un pequeño pueblo de Barza, escondido para no ser hallado. Un traidor que logró inmiscuirse en su equipo, logró informar su ubicación y hacer que fuera emboscado, ahora estaban libres de traidores. Él lanzó un suspiro, esperaba que pronto acabaran con el gobierno de Suárez, esperaba que pronto todo eso fuera el pasado. Larissa tocó a su puerta, eran solo las siete de la mañana, ella trajo su café —Buenos días, hermano, ¿Cómo estás? —Bien, ¿Cómo estás, tú? —Bien, quería preguntarte, ¿No te ha llegado alguna carta de Archi para mí? Aaron frunció el ceño, confuso. —No, ¿Por qué lo preguntas? —Es que, no he recibido ninguna carta de él, desde hace casi un mes, es raro, él no es así, siempre me manda cartas o regalos, y, no sé nada de él. Aa
Lana no podía hablar, sintió que estaba congelada ante Terry y su fría mirada azul —No quiero que grites, no quiero que hagas nada, solo escúchame, por favor. Ella asintió despacio y él la liberó, ella se quedó en calma, sus ojos estaban cristalinos —Terry… Él siseó despacio —No fuiste, Lana, te esperé, esperé por ti toda la noche, por amor, pero tú, volviste con ese hombre, el mismo que casi acaba conmigo, ¿Cómo elegiste a ese monstruo? —Terry, escúchalo, él no tiene nada que ver con lo que te ocurrió, Aaron es inocente. —¿Eso te dijo? ¿Eso es lo que te dices cada noche para no sentirte mal por mí? ¡Me traicionaste, Lana! Rompiste mis sueños de amor, me dolió, créeme, me dolió. —Lo siento, Terry, no te amo, te lo dije, amo a Aaron, siempre lo amaré a él. Terry frunció la boca, sus manos se volvieron un puño de furia, conteniendo toda su violencia, no quería perderla, no como a su exnovia Aranza —¿Sabes? He estado sufriendo por ti, mucho tiempo, pero no más, quería que lo sup
—¡Él no existe, nunca existió! Así es, nunca más nombraremos a ese hombre, no será ninguna sombra entre nosotros, ese será nuestro juramento. Ella colgó sus manos en su cuello —Lo juro, eso es el pasado, algo inexistente, tú eres mi destino, Aaron, juro que te amo. Aaron la llevó hacia la cama, depositándola con suavidad, apenas la dejó ahí, comenzó a desvestirse, quería amarla, luego de perder al bebé, era la primera vez que volvían a hacer el amor. Lana sintió algo de temor, con la perdida de su aborto y el legrado sufrido, se sentía distinta, y tuvo miedo de volver a sentirse una mujer deseada. Pero la mirada de Aaron lograba derretirla con su pasión, él besó sus labios con ardor, la deseaba tanto, la adoraba de pies a cabeza, ella se puso de rodillas sobre la cama, abrazándose a él, que estaba de pie ante ella. Él le quitó el vestido, la tomó en sus brazos, la besó, sus lenguas se acariciaron, como si danzaran, la pasión los quemaba en esa habitación, escuchaban a lo lejos la
Alex y Larissa llegaron a la aldea, era casi la madrugada, parquearon el auto, pudieron ver como seguía un ambiente festivo. Franco fue el primero en recibirlos —Bienvenido, señor Alex, nos alegra verlo por aquí. —¿Cómo está todo? Parece que han hecho una fiesta. —Celebramos un cumpleaños, y también nos enteramos sobre la brecha que se hizo entre la monarquía y el gobierno, últimamente no hay mucho por lo que celebrar, así que… —Sí, Franco, pero, si ahora mismo hubiese un ataque, estaríamos en graves problemas, no debes olvidarlo. Franco asintió y hundió la mirada —Tiene razón. —¿Dónde está Archi? —exclamó Larissa, sin ocultar la ansiedad en su tono de voz —Él está durmiendo, estaba agotado y prefirió dormir. Larissa sonrió —Pero, ¿Está bien? —Claro que sí, señorita, está bien, todo aquí está bien. Larissa sintió una calma en su corazón —Bien iré a buscarlo, solo quiero verlo, solo un momento. —Iré contigo. Larissa se detuvo y miró a Alex desaprobando su actitud posesiv
Larissa y Alex llegaron al hotel, ella fue directamente a su habitación, pero supo que Lana y Aaron no estaban ahí.Ella se recostó en su cama, estaba agotada, estaba tan triste, cuando recordó todo, se levantó y miró en su maleta, tenía consigo, la última carta que Archi le dio, leerla fue como si golpeara su pecho«Recorreré todos los valles, y escalaré grandes montañas, soportaré gélidos inviernos a cambio de que no me olvides.Soportaré la fuerza del viento, erosionar todas las rocas, y observaré cada estación cambiar en el tiempo, recordándote.Estarás en mí, como el sol calentando a la tierra, como la luna que enciende la oscura noche, tú encenderás mi alma, por favor no me olvides.El amor no muere, solamente sabe crecer, ramificándose por todo mi ser, así que no me olvides.No es mi poema, pero lo leí, y pensé en ti, te amo tanto, Larissa, no me olvides, estoy esperándoteTuyo, Archi»—¿Cómo alguien puede escribir esta carta, y luego solo traicionar sin piedad? ¡Archi! ¿Quién e
Archi tocaba su herida, y miró, no era tan profunda, pero sangraba —¡Archi! —gritó Rocío —Estoy bien… —dijo con voz débil, escucharon de la radio que el hombre tenía un mensaje con claridad «Estamos llegando, traemos tres convoyes con hombres armados, estamos llegando, cambio y fuera» Archi abrió ojos enromes, su herida dolía, pero la soportaba —¡Vámonos! Todos ¡Retirada! Vienen por nosotros, debemos huir. Franco hizo sonar una chicharra, todos se reunieron, debían huir, tomaron las camionetas, los caballos, dejaron todo ahí, incluso debieron abandonar a sus muertos, solo llevaron a los heridos. Archi fue en un auto que manejó Franco, Rocío intentaba hacer que dejara de sangrar, ella lloraba —¡¿A dónde iremos?! —preguntó Franco desesperado —¡No lo sé! —exclamó Archi frustrado—. Llama a Aaron, tal vez puede ayudarnos. Cuando Franco intentó llamar, no pudo enlazar ninguna llamada. Estaban angustiados, cuando una llamada entró —Hola. —¡Les tendieron una emboscada! —exclamó el
Aaron se detuvo y sostuvo a Lana de la mano —Tengo un regalo para ti, no quería dártelo, no hasta nuestra luna de miel, pero, quiero hacerlo ahora, porque te amo, y solo quiero gritarlo. Lana sonrió y acarició su rostro —Debes decírmelo ya mismo, no me ocultes nada. Aaron sonrió —Cierra los ojos para que te dé mi sorpresa. Lana le miró divertida y cerró los ojos —No vayas a abrirlos, hasta que yo te diga, ¿Lo prometes? Ella asintió Él se arrodilló ante ella, abrió una caja con dos anillos, eran de oro blanco, y con piedras de zafiro incrustadas. —Bien, puedes abrirlos. Lana los abrió y vio a Aaron ante ella, se sorprendió muchísimo y sonrió tan feliz, sus ojos brillaron, estaba conmovida —Mi amor, ¡¿Qué es esto?! —exclamó sorprendida —Pensé en ti, en todo el tiempo que perdí lejos de ti, sin amarte como lo merecías, eso sigue pesando en mi conciencia, pero, no más, ahora quiero, hacer mi más grande promesa de amor, una inquebrantable, y que nos durará por todas las vidas,
—Larissa… Larissa… Rocío abrió los ojos, y escuchó a Archi balbuceando ese nombre, se irguió enseguida, acercándose a él, le dolió verlo tan mal, sus ojos se volvieron llorosos. Salió tan rápido de la cabaña, buscaba a Franco y a Martín —Salieron a una comunidad cercana, es que hirieron a varios de nuestros hombres, fueron a ver si pueden salvarles la vida. —¡Archi, está muy enfermo! —¿Por qué no llamamos a la curandera? —¿Curandera? —Bueno, dicen que es una bruja, pero ha salvado a muchas personas enfermas. —¡Sí! Haz que vayan por ella, y traigan ya mismo. La mujer corrió a obedecerla y Rocío volvió con Archi. Alex salió del despacho de Aaron, dejándolo a solas con Damiana —¿Qué dices? ¿Cómo que vas a casarte? ¿Con quién? —exclamó —Es un hombre maravilloso, se llama Terrance, me ama, lo amo, así que, no tenemos nada que pensar, queremos casarnos inmediatamente. —¿Inmediatamente? ¿No hay algo más que debas decirme? —¿Acaso vas a oponerte a mi felicidad? Aaron la miró con