HOLA, RECUERDA QUE HOY HAY DOS CAPÍTULOS, GRACIAS POR LEER ♥
—Larissa… Larissa… Rocío abrió los ojos, y escuchó a Archi balbuceando ese nombre, se irguió enseguida, acercándose a él, le dolió verlo tan mal, sus ojos se volvieron llorosos. Salió tan rápido de la cabaña, buscaba a Franco y a Martín —Salieron a una comunidad cercana, es que hirieron a varios de nuestros hombres, fueron a ver si pueden salvarles la vida. —¡Archi, está muy enfermo! —¿Por qué no llamamos a la curandera? —¿Curandera? —Bueno, dicen que es una bruja, pero ha salvado a muchas personas enfermas. —¡Sí! Haz que vayan por ella, y traigan ya mismo. La mujer corrió a obedecerla y Rocío volvió con Archi. Alex salió del despacho de Aaron, dejándolo a solas con Damiana —¿Qué dices? ¿Cómo que vas a casarte? ¿Con quién? —exclamó —Es un hombre maravilloso, se llama Terrance, me ama, lo amo, así que, no tenemos nada que pensar, queremos casarnos inmediatamente. —¿Inmediatamente? ¿No hay algo más que debas decirme? —¿Acaso vas a oponerte a mi felicidad? Aaron la miró con
Cuando Archi abrió los ojos de nuevo, era otro día, Martín Luna estaba a su lado—¿Cómo estás, muchacho? ¿Cómo te sientes? —preguntó el doctor al verlo reaccionar—Bien, mejor, ¿Qué me pasó? —dijo, aunque aún estaba adolorido—No te muevas mucho, Archi, aun tu herida no cicatriza.—¿Cómo están todos? —exclamó con angustia—Hay más de cincuenta muertos, algunos heridos.Archi bajó la mirada con pesar—¡Malditos! ¿Cómo es que nos hallaron? —exclamó Archi—Hubo un traidor, pero fue asesinado, ahora ya no tenemos más traidores —aseveró FrancoArchi cerró los ojos con rabia, pensando en los traidores, luego Larissa vino a su mente.—¿Y Aaron, Larissa? ¿Se comunicaron con ellos?—No, estamos en Barza.—¡¿Barza?! —exclamó incrédulo—Es el único lugar seguro ahora, Aaron.ÉL tragó saliva y asintió—Quiero hablar con Aaron.—Intentaré llamarlo, tenemos un teléfono, pero tememos que sea intervenido —dijo Franco.Él salió e intentó tomar señal para llamar a Aaron Greene, pero vio a unos hombres f
Rocío chilló atormentada, y negó, pero Archi ya no le creía nada—¡Dímelo!—Es que, ella no es mujer para ti, ella no…—Dime que le dijiste, ¡Dímelo!—Nos vio juntos, en la cama, es que estabas dormido, yo quería estar contigo…Archi cerró los ojos, manoteó y la mujer cayó al suelo llorando—¡Eres mala! Sabes que no me importas en lo absoluto, y arruinaste mi relación, ¡¿Sabes cuánto he luchado por mi amor?!—Yo… quería hacerte feliz, Archi.—¿Feliz? ¿Crees que me hiciste feliz? Era feliz con Larissa, ahora lo has arruinado todo.—¡Más te vale que pueda recuperarlo! O nunca te lo voy a perdonar —aseveró mirándola con rabiaArchi se quiso levantar, y Martín Luna que llegó corrió a él—¡No te levantes! ¿Qué crees que haces? Me ha costado mucho hacer que esa m*****a herida cierre para que ahora la abras por impulsos, estás mal, tuviste una infección terrible que no se curaba, ahora, no te permitiré que te enfermes de nuevo. Afuera te necesitan.Archi lanzó un suspiro—Tengo tantos problem
Lana tenía todo listo para la cena. Aaron estaba en su despecho, cuando Alex entró —¿Pasa algo? —Aaron, he decidido que me casaré con Larissa como ella lo quiere. Aaron se levantó, su mirada era severa, no podía aceptar que Alex dijera eso —¿Enloqueciste? —¿Por qué dices eso? Siempre quisiste que fuéramos cuñados, ¿Qué fue lo que cambió? —Lo único que cambió son los sentimientos de mi hermana, Alex, ella no te ama, ama a Archi, ¡¿Cómo te quieres casar con una mujer que no te ama?! —exclamó frustrado —Pero, yo la amo, entiende, yo haré que ella me ame, sé que no le soy indiferente. —No se trata de la indiferencia, entiende, una chispa de deseo o pasión, no es amor, y solo sufrirías, porque cuando eso, pase, si no hay amor que sostenga una relación, se irá al carajo —sentenció —Nuestra decisión está tomada, Aaron, lo quieras o no, Larissa y yo somos adultos, es nuestra decisión. Aaron asintió —Bien, como quieras, entonces, únete a la cena de esta noche, Alex, ahí también podr
Aaron bebió toda su copa de un solo trago, miró al hombre con recelo. Luego tomaron asiento en el comedor. Lana y Larissa llegaron juntas al salón, Terry estaba de espaldas de modo que no pudo verlo, apenas entró, Aaron le señaló la silla a su lado izquierdo para que se sentara —Bienvenidos —dijo Lana, ella caminó hacia donde Aaron le dijo, no miró a nadie, tenía la mirada baja. —Muchas gracias, señorita Randle. «¡Esa voz!», pensó, levantó la vista y lo vio frente a ella, era él, sus ojos azules, su rostro idéntico, Lana abrió tanto los ojos, creyó que podrían salir de sus cuencas. —Lana, él es Terrance Ellis, es el prometido de Damiana. —¿Prometido? —Así es, Lana, vamos a casarnos. Damiana tomó la mano de Terry, él la besó con falsa dulzura. Lana sintió que se descompensaría. —Felicidades —dijo y sintió que su corazón latía con rapidez—. Les pido un permiso Ella salió tan rápido de esa habitación como pudo. Aaron la miró extrañado de su actuar sin entender que era lo que
Aaron dio un paso hacia Terry, lo sostuvo del cuello con fuerza bruta, Terry sintió que se quedaba sin aliento. Lana tuvo un miedo terrible —¡Aaron, por favor! ¡Detente! Lo vas a matar —exclamó asustada, al ver a Aaron tan enfadado y descontrolado. —¡¿Qué demonios haces aquí?! ¿Qué pretendes haciéndote pasar por el novio de mi hermana? ¿Meterte en mi casa, para robarme a mi mujer? Terry lo miraba con furia, luego Aaron lo soltó, se alejó de ellos, caminando tan rápido. Lana intentó ir tras él, y sintió como Terry tomó su mano. —¡Vámonos, Lana! Tú eres mía, me perteneces —dijo —¡Estás loco! —exclamó ella liberándose de su agarre. Cuando Aaron volvió, traía un arma consigo, él apuntó directamente a la cabeza de Terry. Lana gritó que se detuviera, sollozando asustada. Damiana, que se levantó al escuchar tanto ruido y miró tal escena, bajó a toda prisa, conocía a Aaron, era probable que disparara estando tan enfadado, para no medir las consecuencias de sus actos. —¡Eres un desgr
Aaron y Lana fueron a su alcoba. Lana miraba por la ventana como la inclemente tormenta no dejaba de azotar. Aaron tomó su mano y la atrajo a él, necesitaba que ella le dijera toda la verdad, necesitaba confiar en ella con toda su alma. —¿Por qué bajaste? —preguntó con duda, y temor. —Por Larissa, la vi salir, la viste como entró, estaba empleada de lluvia, está triste, mal. Aaron, déjame ir con mi hermano, necesito saber que él está bien, necesito verlo. Aaron bajó la mirada, él sabía que Archi no estaba bien. —Archi fue herido —dijo Aaron esperando que Lana enloqueciera con rabia en su contra. Lana le miró con ojos impactados. —¡Aaron! ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Tenía derecho! Es mi hermano —sentenció molesta, cruzando sus brazos. —Escucha, ahora está mejor, está en Barza, está esperando que todo esté mejor y volver. —¿Cuándo? ¿Cuándo Larissa cometa el peor error de su vida y todo esté arruinado, Aaron? —dijo frustrada Aaron bajó la mirada, sabía que Larissa tenía razón.
—¡No estoy embarazada, Terry! Solo lo dije para evitar que mi hermano te lastimara —dijo Damiana —Tu maldito hermano morirá, no descansaré hasta hacerlo pagar por todo lo malo que me ha hecho —exclamó Archi esperaba que llegara el amanecer, para por fin irse, Franco lo miraba incrédulo, no podía creer que se fuera. —No debes abandonar la aldea, afuera es más peligroso, Archi. —Nada me importa, Franco, te agradezco, no vas a convencerme, debo ver a Larissa, debo ver a la mujer que amo, o de lo contrario la perderé para siempre, y no me alcanzara la vida para arrepentirme. Franco asintió. —Siendo así, te deseo muy buena suerte, espero que llegues a tiempo, y que ella vuelva a tu lado —dijo Franco, dándole una palmada en el hombro, alentándolo. Archi sonrió. —¿Sabes qué? Iré por ella, la traeré conmigo, sé que es peligroso, pero ella es valiente, yo también. Franco sonrió. —Cuando vuelvas la guerra habrá acabado, hijo, seremos los triunfadores. Archi le dio la mano y se dieron