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Lana tenía todo listo para la cena. Aaron estaba en su despecho, cuando Alex entró —¿Pasa algo? —Aaron, he decidido que me casaré con Larissa como ella lo quiere. Aaron se levantó, su mirada era severa, no podía aceptar que Alex dijera eso —¿Enloqueciste? —¿Por qué dices eso? Siempre quisiste que fuéramos cuñados, ¿Qué fue lo que cambió? —Lo único que cambió son los sentimientos de mi hermana, Alex, ella no te ama, ama a Archi, ¡¿Cómo te quieres casar con una mujer que no te ama?! —exclamó frustrado —Pero, yo la amo, entiende, yo haré que ella me ame, sé que no le soy indiferente. —No se trata de la indiferencia, entiende, una chispa de deseo o pasión, no es amor, y solo sufrirías, porque cuando eso, pase, si no hay amor que sostenga una relación, se irá al carajo —sentenció —Nuestra decisión está tomada, Aaron, lo quieras o no, Larissa y yo somos adultos, es nuestra decisión. Aaron asintió —Bien, como quieras, entonces, únete a la cena de esta noche, Alex, ahí también podr
Aaron bebió toda su copa de un solo trago, miró al hombre con recelo. Luego tomaron asiento en el comedor. Lana y Larissa llegaron juntas al salón, Terry estaba de espaldas de modo que no pudo verlo, apenas entró, Aaron le señaló la silla a su lado izquierdo para que se sentara —Bienvenidos —dijo Lana, ella caminó hacia donde Aaron le dijo, no miró a nadie, tenía la mirada baja. —Muchas gracias, señorita Randle. «¡Esa voz!», pensó, levantó la vista y lo vio frente a ella, era él, sus ojos azules, su rostro idéntico, Lana abrió tanto los ojos, creyó que podrían salir de sus cuencas. —Lana, él es Terrance Ellis, es el prometido de Damiana. —¿Prometido? —Así es, Lana, vamos a casarnos. Damiana tomó la mano de Terry, él la besó con falsa dulzura. Lana sintió que se descompensaría. —Felicidades —dijo y sintió que su corazón latía con rapidez—. Les pido un permiso Ella salió tan rápido de esa habitación como pudo. Aaron la miró extrañado de su actuar sin entender que era lo que
Aaron dio un paso hacia Terry, lo sostuvo del cuello con fuerza bruta, Terry sintió que se quedaba sin aliento. Lana tuvo un miedo terrible —¡Aaron, por favor! ¡Detente! Lo vas a matar —exclamó asustada, al ver a Aaron tan enfadado y descontrolado. —¡¿Qué demonios haces aquí?! ¿Qué pretendes haciéndote pasar por el novio de mi hermana? ¿Meterte en mi casa, para robarme a mi mujer? Terry lo miraba con furia, luego Aaron lo soltó, se alejó de ellos, caminando tan rápido. Lana intentó ir tras él, y sintió como Terry tomó su mano. —¡Vámonos, Lana! Tú eres mía, me perteneces —dijo —¡Estás loco! —exclamó ella liberándose de su agarre. Cuando Aaron volvió, traía un arma consigo, él apuntó directamente a la cabeza de Terry. Lana gritó que se detuviera, sollozando asustada. Damiana, que se levantó al escuchar tanto ruido y miró tal escena, bajó a toda prisa, conocía a Aaron, era probable que disparara estando tan enfadado, para no medir las consecuencias de sus actos. —¡Eres un desgr
Aaron y Lana fueron a su alcoba. Lana miraba por la ventana como la inclemente tormenta no dejaba de azotar. Aaron tomó su mano y la atrajo a él, necesitaba que ella le dijera toda la verdad, necesitaba confiar en ella con toda su alma. —¿Por qué bajaste? —preguntó con duda, y temor. —Por Larissa, la vi salir, la viste como entró, estaba empleada de lluvia, está triste, mal. Aaron, déjame ir con mi hermano, necesito saber que él está bien, necesito verlo. Aaron bajó la mirada, él sabía que Archi no estaba bien. —Archi fue herido —dijo Aaron esperando que Lana enloqueciera con rabia en su contra. Lana le miró con ojos impactados. —¡Aaron! ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Tenía derecho! Es mi hermano —sentenció molesta, cruzando sus brazos. —Escucha, ahora está mejor, está en Barza, está esperando que todo esté mejor y volver. —¿Cuándo? ¿Cuándo Larissa cometa el peor error de su vida y todo esté arruinado, Aaron? —dijo frustrada Aaron bajó la mirada, sabía que Larissa tenía razón.
—¡No estoy embarazada, Terry! Solo lo dije para evitar que mi hermano te lastimara —dijo Damiana —Tu maldito hermano morirá, no descansaré hasta hacerlo pagar por todo lo malo que me ha hecho —exclamó Archi esperaba que llegara el amanecer, para por fin irse, Franco lo miraba incrédulo, no podía creer que se fuera. —No debes abandonar la aldea, afuera es más peligroso, Archi. —Nada me importa, Franco, te agradezco, no vas a convencerme, debo ver a Larissa, debo ver a la mujer que amo, o de lo contrario la perderé para siempre, y no me alcanzara la vida para arrepentirme. Franco asintió. —Siendo así, te deseo muy buena suerte, espero que llegues a tiempo, y que ella vuelva a tu lado —dijo Franco, dándole una palmada en el hombro, alentándolo. Archi sonrió. —¿Sabes qué? Iré por ella, la traeré conmigo, sé que es peligroso, pero ella es valiente, yo también. Franco sonrió. —Cuando vuelvas la guerra habrá acabado, hijo, seremos los triunfadores. Archi le dio la mano y se dieron
El juez llegó, y también lo hizo Alex. El juez pidió toda la papelería, y Damiana trajo todo. Terry tenía una pinta de derrotado y ansioso, Aaron se sentía feliz, creía que eso sería suficiente para alejar a Terry de Lana, algo presentía que ese hombre no estaba ahí por Damiana, ni el supuesto bebé, sino que venía por su mujer, y eso estaba enloqueciéndolo, quería poner una barrera, y ese sería el matrimonio. —No es exactamente la boda con la que Damiana sueña ni merece —dijo Terry con frustración —No te preocupes, Terrance, las mujeres cuando aman no le importa casarse entre oro o lodo, claro, cuando de verdad hay amor, nada importa —espetó Aaron irónico, Terry pudo notar sus celos, eso lo hizo sentir más importante «Este malnacido sabe que Lana me ama, sabe que a pesar de todo, su corazón es mío, por eso quiere separarnos. Debes saberlo, Aaron Greene, incluso si firmo esa acta de matrimonio, incluso si Damiana estuviera embarazada, no hay poder en esta tierra que me aleje de mi L
—¡Archi! ¿Qué haces aquí? —exclamó retrocediendo. Archi hizo un gesto de dolor, la herida seguía latente, pero soportaría todo por ella, miró sus ojos, había una tristeza profunda. —Larissa, dime que no es cierto, que todo fue un malentendido, ¡Dime que no vas a casarte con otro! Menos con Alex Donovan, Ella levantó la mirada, intentó que las lágrimas no cayeran por su rostro, se aferró a su orgullo, creyendo que era todo lo que tenía. —Sí, Archi, es cierto, me casaré con Alex Donovan en poco tiempo. Archi sintió como si ella estuviera quemando su corazón, un nudo estaba en su garganta. —¡¿Por qué?! —exclamó mordiendo esas palabras con rabia —¿Por qué? ¡No seas cínico! ¡Te vi! Sí, te vi a ti y a esa mujer, en esa cama, ella es tu amante, y claro, yo también lo fui, ¿Eso buscabas? ¿Cierto? ¡Te conté lo que me dolía, lo usaste contra mí! —dijo llorando, ya no podía negar lo que tanto le dolía. —¡No! ¡Nunca lo haría! Larissa, ¡Yo no te engañé! Yo te amo. Larissa sintió una opresi
Braulio sentía un odio en su ser, estaba furioso, bebió todo su trago casi al instante, y cuando giró su mirada, vio a Mauro Randle, apostando como siempre, el hombre hizo un gesto de rabia, Braulio supo que había perdido. Se acercó a él, lentamente, sin que lo esperara, luego lo tomó del cuello, robándole el oxígeno. —¡¿Cómo vas a pagar tu deuda, jovencito?! ¿Acaso tienes plata? Mauro luchaba por liberarse, todos se burlaban de Mauro, pero nadie se atrevía a ayudarlo, luego de que Braulio trabajara en el gobierno, nadie se atrevía a hacerle nada, era intocable para todo el pueblo, excepto para el señor Greene. Braulio lo soltó, haciéndolo caer al suelo. —¡A ver, hombre! Paga tu deuda. Mauro se arrastró hacia atrás, estaba asustado, tembloroso, sabía que no tenía un centavo, temió lo peor. —¿No tienes dinero? Braulio sacó de su bolsillo un fajo de billetes y se los dio al tipo, que quedó conforme. —¡Levántate! Ven conmigo, o te juro que te enviaré a matar. Mauro se levantó y