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Aaron bajó el bastón, intimidado por la fuerza de esa voz —¡¿Cómo puedes ser tan cruel?! —gritó Lana como el aullido de un animal herido. Aaron dio un traspié y se quedó inmóvil ante su actitud Braulio se recuperaba de los golpes y miraba a aquella jovencita conmocionado de su valentía «¿Quién es ella?» pensó —¡Llévate a este tipo de aquí, Alex! ¡Estás despedido, Braulio! —exclamó Aaron Braulio no esperaba eso, y de pronto se abalanzó arrodillándose como un pusilánime ante él —¡Por favor, no me despidas! No tendré más trabajo, si no es contigo, ¡Te lo suplico! Lana miró a aquel hombre con dolor y al mismo tiempo con vergüenza, su propia dignidad le impedía pensar que alguien pudiese rebajarse ante el maligno Aaron Greene, pero ese hombre estaba impactándola Aaron se alejó como si aquel hombre fuera solo estiércol y le diera asco —¡He dicho que te largues! Alex Dónovan lo levantó con fuerzas y lo sacó de ahí. Un silencio envolvió a Aaron y a Lana —¡Es la última vez que te
Lana de pronto tomó el bastón de Aaron, y le dio un ligero golpe en la cabeza, tanto que el hombre se quejó abrupto de su actuar y se rio de la escena, el bebé que estaba tan tranquilo, comenzó a chillar con fuerzas —¡Qué grosera! Mira lo que hiciste, el bebé se despertó —Aaron intentó arrullarlo y lo calmó pronto, Lana admiró aun lo dulce y descarado que ese hombre podría ser en un solo instante. Más tarde volvieron a casa, al llegar, se detuvieron en el salón principal, y Aaron logró tomar su mano, sorprendiéndola —¿Ya no me odias? —preguntó con voz suave Ella le miró atónita, y bajó la mirada —No… además, solo se odia lo amado, yo no te odio —dijo ella Sus palabras incluso fueron duras para él, pero Aaron no soltó su mano —Lana, ¿Te quedarás? ¿Te quedarás conmigo? Ella le miró atónita —¿Acaso tengo otra opción? —Si quieres irte, puedes hacerlo, no me opondré. Ella le miró tan confusa —¿Y destruirás a mis hermanos? Él sonrió con algo de malicia —No, no lo haré. Puedes i
—¿Qué dices, Lana? ¡Estás bromeando! Solo… disparé sin pensar, estaba asustado —dijo Aaron Lana le miró con ojos confusos, pero miró su rostro, su mirada ausente, parecía no mentirle, pero algo había de raro, algo que ella no entendía De pronto Larissa se desmayó y se mostraron inquietos —¡¿Qué pasa?! —exclamó Aaron —Larissa se desmayó, la llevaré a casa —dijo Alex Donovan cargándola entre sus brazos —¿Estará bien! —exclamó asustado —Lo estará —dijo Lana revisando sus signos vitales—. Solo ha sido el susto. Alex la llevó a casa con rapidez, para recostarla y que se calmara. De pronto, Aaron extendió su mano hacia Lana, ella lo miró y la tomó —Dime que estás bien, dime que ese maldito desgraciado no te hizo daño, no me perdonaría si algo malo te hubiese pasado. —Estoy bien, solo ha sido un buen susto, pero, no comprendo, ¿Quién fue? —No lo sé, pero lo sabré y te juro que lo haré pagar. Sus palabras sonaron tan frías, como oscuras, que Lana sintió miedo, pero no soltó su man
—¿Qué dices? —exclamó Lilian perpleja —Lo que oyes, parece que Aaron decidió volver con su ex esposa, parece que ha pensado que ella es mejor que tú. Lilian sintió una rabia incontenible, y Braulio se despidió de ella, yéndose. Lilian pensó en Aaron y tomó de su bolsillo aquella foto que guardaba como un tesoro, ahí estaban abrazados ella y Aaron, con una gran sonrisa feliz, pero eso solo era el pasado. «Aaron, mi amado, era tan inmadura y tonta, te dejé ir, y no lo merecías, siempre pienso en si esto hubiese sido al revés, tú nunca me hubiese dejado sola, perdóname, mi amor» pensó, mientras una lágrima recorría su rostro. Al día siguiente, Aaron pidió que redoblaran la seguridad en la mansión Greene, Alex le recordó que debían ir a la aldea —Debemos ir a revisar los pendientes. Aaron estaba inseguro de hacerlo —¿Está bien? —Sí, pero… con todo lo que pasó, no quiero dejarles solas —dijo —Bueno, tendrán que acostumbrarse, ahora eres el líder, no lo puedes olvidar, aceptaste se
Lana no pudo dormir en toda la noche, mientras Larissa dormía abrazada a ella, había tenido algunas pesadillas que quisieron despertarle, pero Lana se encargó de calmarla para que siguiera durmiendo. Ella pensó en sus palabras, le dolía saber que había sido víctima de una bajeza tan dura, y Lana se preguntó si el mismo tipo que quiso dañarla, fue el mismo que lastimó a Larissa. Larissa despertó y Lana no estaba más en la alcoba, cuando ella se enderezó pensando en lo que había pasado, y recordó todo lo que ella dijo ayer, se sintió desesperada, se echó a llorar y recordó las palabras del malvado Braulio «—¡Si dices cualquier cosa de esto a tu hermano, él no te defenderá porque antes yo lo mataré, es solo un ciego, lo mataré antes de que él pueda hacer nada, y después, iré por Damiana y le haré lo mismo que a ti!» Su voz sonó en sus pensamientos como el ladrido de un perro feroz y ella se estremeció, sollozando —¿Y si fue él quien intentó abusar de Lana? No lo sé, no pude ver su ros
Aaron retrocedió, pero sintió unos pasos que se acercaban, quería evitarla, pero supo que no podría —Aaron, ¡Dios mío! Moría por verte, soñaba con verte —dijo Lilian y su voz era como titubeante, casi temblorosa, lo miraba con los ojos llorosos Aaron sintió que estaba desbordado, temblaba, algo dolía, los recuerdos volvieron como un terremoto, imposible de detenerlo en su mente «Flashback: —Oye, Lilian, esto… va a pasar, yo… me curaré. —recordó que le dijo con optimismo, pero temblando de miedo tratando de contenerse para que ella no sufriera, acababa de despertar del accidente y se daba cuenta que estaba ciego —No, Aaron, el doctor no da esperanzas, ahora eres un invidente, y lo serás por siempre, no puedo, ¡Juro que no puedo unir mi vida y sacrificarla a un… ciego! —Lilian, íbamos a casarnos, ¿Sabes? En la salud, en la enfermedad, en las buenas y en las malas… no se abandona a quien se ama, no se le deja en el peor momento… —dijo con la voz llena de coraje —¡Pero, yo no soy tu
—Lana… Ella se giró a mirar a Aaron, notó que él alzó la mano, era como si la buscara en el aire, ella tomó su mano para que pudiera encontrarla, y de pronto sintió como él dejó su mano y tocó su rostro, acunándolo con suavidad, estaban muy cerca, ella de cuclillas frente a él y Aaron sentado sobre el sofá, acercándose como para reducir la distancia —No te creo nada. —¡¿Qué?! —exclamó ella confusa —No creo que ames a ese hombre, solo me lo dices por despecho, porque la presencia de Lilian te hizo sentir asustada, pero no hay nada que temer, esa mujer no es nada más que una espina para mí, tú lo eres todo. Ella sintió que sus mejillas se ruborizaron al escuchar sus palabras —¿Acaso te crees capaz también de saber mis sentimientos, Aaron Greene? —exclamó casi como si pudiera estar molesta y una sonrisa se formó en los labios de ese hombre, era una sonrisa algo cínica —Sí, lo sé todo sobre ti, Lana, yo puedo verte, más allá de lo que crees, incluso puedo desnudar tu alma. Cada pal
Larissa salió de su alcoba iba por un vaso con agua, bajaba la escalera, levantó la vista y vio a Alex Donovan, que aseguraba las puertas de la mansión, él vivía en una pequeña casa, dentro de la propiedad Greene, pero, a veces, también dormía en la casa, ella le sonrió al verlo, en ocasiones, Larissa se embelesaba con su presencia, le gustaba desde la primera vez que lo vio, era como su amor platónico e imposible de cumplir. De pronto, escucharon un fuerte grito, ambos se miraron con temor, el grito era de Lana, y seguía gritando, Larissa fue la primera en subir la escalera y entrar a la alcoba, Lana estaba en medio de la habitación, quejándose de un dolor en su pierna. Larissa la miró atónita, pero Lana señaló a una serpiente, Larissa gritó, y Alex entró, observó a aquella serpiente, —¡Me mordió! —exclamó Lana, con la voz rota, sollozando, quejándose del gran dolor, Alex sabía que era muy venenosa, y pidió a Larissa que no se le ocurriera acercarse. Aaron llegó de inmediato —¡¿Q