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—¡Esto es una broma! Debe serlo, Hermano, ¡Es imposible! —No es imposible, Larissa, me casaré el siguiente fin de semana. Larissa sintió que su boca estaba seca, tragó saliva, y respiró levemente —Así es, nos casaremos, y nada, ni nadie, lo evitará —dijo Lilian mirando a Lana con burla —Muchas felicidades —dijo Lana—. Hacen una hermosa pareja, tal para cual, les deseo lo mejor, yo me voy de aquí. —Adio, querida. —dijo Lilian, satisfecha Aaron se quedó de piedra, soltó la mano de Lilian, y caminó hacia Lana, tratando de seguirla. —Pero… Aaron. —Cállate y quédate aquí —dijo él con severidad y Lilian sintió que se empequeñecía ante sus palabras. Lana subió de prisa a su alcoba, tomó la valija, sentía demasiada rabia, y su garganta estaba apresada por un nudo queriendo romperse, de pronto, la puerta se abrió y él entró, ella le miró con rabia, él tenía esos lentes oscuros que ella quería quitarle para abofetear su rostro —¡No puedes irte, tú y yo tenemos un contrato! —exclamó —¿
Lana se alejó abrupta de Aaron, y le miró severa, él tenía la mirada baja —¡¿Cómo te atreves a besarme?! Pronto llevarás a otra mujer del brazo ante el juez, y le jurarás amor eterno, así, que no vuelvas a hacerlo, nunca más. Lana intentó irse —¿De verdad ya no me amas? ¿Eres tan valiente para verme en los brazos de otra mujer? Dime, ¿Cuándo el orgullo fue más grande que el amor, Lana? Lana sintió que las lágrimas corrían por su rostro —Tienes razón —dijo con frialdad—. Tal vez, nunca te amé. Aaron escuchó sus palabras y ella salió cerrando la puerta, él se sentó al borde de la cama, lágrimas calientes corrieron por su rostro, cuando el cerró sus ojos Aaron tomó asiento frente a su pequeña mesa de noche, y tomó una hoja de papel «Tiene tantos años que no escribo, y ahora puedo hacerlo, puedo tenerlo todo, pero, Lana, no te tengo a ti, es como si no tuviera nada» pensó con tristeza en su corazón, y esa noche escribió en hojas blancas. Al día siguiente, Lana despertó muy tempran
Al día siguiente, cuando Lana despertó se sintió desolada, luego de bañarse se miró al espejo, no podía creer que hoy fuera el día en que vería a Aaron Greene casarse con la mujer por la que la abandonó en el pasado, volvería a sufrir la misma situación, eso la tenía al borde de la devastación. No había podido dormir en paz, sus sueños se convertían en pesadillas, que la perseguían sin parar. Ella salió de ahí y escuchó algunas voces, parecían discutir, fue hasta la habitación de Larissa, ella estaba ahí, y Aaron estaba a su lado —¡He dicho que vas a ir! —sentenció Aaron, golpeando contra el suelo su bastón, Larissa solo agachó la mirada —¡¿Qué pasa? —exclamó Lana entrando —Qué bueno que estás aquí, prepárense, porque hoy a las seis de la tarde es la boda, tienen que estar ahí, será en el jardín trasero. Lana le miró con rabia —Yo no iré. —¡Irás! —sentenció él —¡Estás loco! No lo haré, puedes hacer lo que sea, pero no estaré ahí, celebrando semejante estúpido espectáculo —excl
Alex Donovan corrió a detener a Lilian Paz, quién gritaba como una loca, desesperada, mientras todos los invitados observaban tan horrible situación Lana estaba con Aaron, tocó su nuca, observando la sangre correr, él esbozó de pronto una sonora carcajada que la dejó perpleja —¡Aaron! —exclamó al escuchar su risa retumbar por todo el lugar —¡Qué locura! Estoy bien, no te preocupes, ¡Oh, querida! Déjala que me rompa la cabeza, si es el precio que debo pagar por su despecho —dijo divertido —¡Aaron Greene estás loco! —sentenció Lana, pero, de todos modos, tomó su mano y lo obligó a caminar, alejándose del jardín, junto a Larissa. Todos los invitados fueron marchándose, en el camino se encontraron con Archi, quien al ver la situación se acercó —¿Qué ha pasado? —Ayúdanos a llevar a Aaron a la mansión —dijo Lana con desesperación, Archi le pasó la mano por los hombros, y junto a Larissa fueron a la mansión. Lana se detuvo, observando a Lilian quien intentaba correr hacia la casa —¡¿
Aaron besó sus labios, ella se dejó llevar, sintiendo esa suavidad, ella no podía alejarse de él, sintió sus manos sobre su cintura —Te amo tanto, Lana, perdóname todo, viviré siempre para pedirte perdón, para hacerte feliz, déjame hacerlo, déjame hacerte feliz por toda nuestra vida. Ella sintió sus manos sobre su rostro, miraba sus labios, anhelando que se callara, que la besara con ese fervor —Sí, yo te amo, Aaron, siempre soñé con esto, es como si ahora mismo soñara, es así, llegué a esta casa y fantaseaba con ser feliz, y ahora, parece como si fuera una ilusión. —No lo es —dijo Aaron mirándola con dulzura, y con algo de tristeza, porque le dolía que ella lo viera como una utopía—. Esta casa es tuya, yo soy tuyo, no es un sueño, amor, es la realidad, es nuestra realidad. En este mundo lleno de penumbras, tú eres mi luz, tú pintaste mi alma de colores verdaderos, solo tú, Lana, ahora quiero amarte, déjame amar cada parte de tu alma. —Sé lo que tratas de decirme, tus hermosas pal
Larissa terminó la clase y le dejó algo de tarea a Archi, él estaba por irse, cuando se encontraron con Alex, Larissa sintió unos nervios espantosos —Nos vemos, señorita, y muchas gracias por lo que hace por mí. Alex escuchó sus palabras y de pronto sintió como un miedo en su interior, dejó que Archi se fuera, Pía también se fue, pero los miró con rareza, sintió que había algo entre ellos, algo que estaba a su alrededor y no podían escapar de eso —Larissa, quería pedirte una gran disculpa, la forma en que me comporté contigo, es inadmisible —dijo Alex al mirarla Ella tragó saliva —No te preocupes, lo he olvidado —dijo con algo de desdén y él sintió dolor de pensar que no fuera tan importante para ella —Debo irme. —¿A qué se refiere Archi, cuando te agradeció por lo que haces por él? —exclamó —Bueno, él no sabe leer, ni escribir, quiere aprender, yo me he ofrecido a enseñarle. Alex la miró bien y sonrió —Eres demasiado generosa, ¿Sabes? Tu hermano paga una escuela para que per
Aaron rentó una hermosa casa en el pueblo de Santana, que estaba muy cerca de la bahía —¿Les pareció el viaje muy cansado? —preguntó Aaron —No, en realidad fue muy corto, y las vistas fueron hermosas, este lugar es precioso. —Lo es —dijo Alex prestando mucha atención a Larissa, tanta que la sonrojó. —Bueno, si no están cansadas, mujeres, deberán ir a comprar sus vestidos para la fiesta, nosotros los caballeros, antes de ocuparnos de esos menesteres, primero debemos ir a arreglar unos asuntos laborales. —Está bien, entonces, los veremos después —dijo Lana, y ella besó la mejilla de Aaron, pero él se giró para besar sus labios con dulzura. Lana y Larissa subieron al auto, el chofer las llevó de compras al centro de Santana, ella le dio una carta —Mi hermano me dio esto para ti. Larissa abrió ojos enormes —¿Para mí? —Sí, aunque no entiendo cómo es que ha escrito algo, él no sabe leer, ni escribir. —Yo le estoy enseñando, ¿No te lo dijo? Lana abrió ojos enormes —¿En serio? ¡Va
El día de la fiesta de los nobles, estaban listos para acudir, cuando Aaron vio a Lana no pudo tener ojos para nadie más, ella era tan hermosa para él, con sus largos cabellos rojizos y su vestido elegante, azul celeste, ellos se adelantaron al auto y cuando Larissa bajó, y Alex pudo verla le pareció tan bella como una mítica ninfa, le prestó su brazo, ella lo tomó, yendo a su lado. Pronto, llegaron a la villa del conde Federico de Esla, la villa era espectacular y hermosa, con jardines verdes, llenos de vida. Al entrar, los llevaron hasta un gran salón, donde pudieron encontrar a la crema y nata de la sociedad noble del Mediterráneo. Aaron llevaba sus lentes oscuros, su bastón blanco, y tomaba la mano de Lana, a la que ahora presentaba a todo el mundo como su prometida. Un hombre se acercó a ellos, tenía un porte impecable; alto, rubio, de ojos oscuros —Un placer tenerlo aquí, señor Greene, tengo entendido que usted ha odiado estos eventos, encontrándolos superficiales, me alegra